El cambio climático es uno de los mayores problemas con los que va a tener que lidiar el ser humano durante los próximos años, décadas e incluso siglos, al menos si queremos seguir viviendo en el planeta Tierra. Los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento de las temperaturas son ejemplos de lo que nuestra contaminación está afectando al planeta.
Cada vez más personas son conscientes de que estamos jugando con fuego y de que hay que hacer algo para revertirlo. Así, en 2015, 195 naciones de todo el mundo firmaron el Acuerdo de París, comprometiéndose a mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados.
¿Qué pueden hacer las ciudades?
Como es obvio, las ciudades juegan un papel muy relevante en el cambio climático. Estas grandes urbes generan un 70% de los gases de efecto invernadero, además de acumular aproximadamente el 80% de la demanda energética mundial. Teniendo en cuenta esos datos, queda claro que si las ciudades se esfuerzan en ser más sostenibles, la Tierra se lo agradecerá.
Durante los últimos años, multitud de ciudades han desarrollado políticas para tratar de mitigar esa polución. La mayoría se centran en la movilidad sostenible, logrando así mejorar la calidad del aire, utilizar energías renovables y ser más eficientes energéticamente hablando.
Pese a esos esfuerzos, necesitaremos mucho más para que el cambio climático no se nos vaya de las manos. Las ciudades tendrán que aliarse con organizaciones o colectivos que les permitan adaptar los servicios e infraestructuras de la actualidad a modelos más sostenibles.
Alianzas contra el cambio climático
Forética es un ejemplo ideal para plasmar la importancia de esas alianzas contra el cambio climático. Esta organización, referente en sostenibilidad, ha creado un proyecto que tiene como objetivo equipar a los ayuntamientos, municipios y administraciones públicas de la información y las herramientas necesarias para tener estrategias de adaptación al cambio climático a nivel local.
Podemos sacar varias conclusiones de este proyecto. La primera es que, si queremos seguir viviendo en la Tierra, debemos tomar medidas urgentemente. También destacar que todas las áreas del planeta son susceptibles de sufrir las consecuencias del cambio climático, independientemente de dónde estén y de sus características.
En otro orden de cosas, queda claro que las ciudades tienen que promover la transversalización del conocimiento sobre el cambio climático entre las diferentes áreas municipales, para que así los cambios se vayan realizando escalón por escalón, desde los pueblos y barrios más pequeños hasta los principales ayuntamientos.
Por último, no hemos de olvidarnos de la propia sociedad. Los ciudadanos tendrán que comprender la gravedad de la situación y comenzar a cambiar sus patrones de consumo.
- Aprende más sobre las ciudades y el cambio climático en 'Un Hábitat Mejor'
De nada serviría que los gobiernos se esfuercen si los ciudadanos no ponen de su parte cambiando sus hábitos contaminantes. Ambas partes tendremos que trabajar conjuntamente si queremos ser más sostenibles. ¿Y tú? ¿Pondrás tu granito de arena?