La gran mentira de las redes sociales: crear usuarios falsos es barato y no se persigue
Un informe de la OTAN revela que las grandes redes sociales permiten la existencia de usuarios falsos, formándose una economía basada sólo en eso.
9 diciembre, 2019 13:28Noticias relacionadas
Si tienes cuenta en cualquier red social, es prácticamente seguro que te has encontrado algún "bot", usuarios falsos que se comportan como si fueran reales; puede que hayan intentado venderte algo, o darte una opinión que no has pedido, o simplemente te hayan solicitado pulsar en un enlace.
Aunque parezca una pequeña molestia, la verdad es que los usuarios falsos suponen una buena parte del tráfico total de las principales redes sociales; más preocupante aún es que estas no parecen tener interés alguno en acabar con estas prácticas.
Es una de las conclusiones del último informe del StratCom (Centro de Comunicaciones Estratégicas) de la OTAN, centrado en esta ocasión en la influencia de las redes sociales y cómo pueden ser manipuladas.
Por qué hay tantos usuarios falsos en redes sociales
Los investigadores de la OTAN estudiaron el comportamiento de redes como Facebook, Instagram, Twitter y Youtube, durante cuatro meses entre mayo y agosto de 2019. Para comprobar hasta qué punto es posible manipular el contenido disponible en redes sociales, decidieron buscar maneras de generar interacciones de manera artificial.
Es el objetivo de todas las empresas, gobiernos y organizaciones: maximizar el alcance de su campaña publicitaria, su desinformación ("fake news") y su mensaje político o ideológico. Hay toda una ciencia y todo un negocio montado alrededor de generar esas interacciones; los anunciantes, por ejemplo, buscan interacciones genuinas (o al menos, que lo parezcan) para hacerse "virales" y que la imagen de su producto llegue a más gente y a otros medios.
No es ningún secreto que existe un mercado negro alrededor de estas prácticas, basado en crear usuarios falsos que generen esas interacciones de manera automática. Los investigadores de la OTAN no solo descubrieron lo fácil que es conseguir esas cuentas e interacciones falsas; también que las empresas detrás de las redes sociales no persiguen estas prácticas.
Los investigadores usaron 300 € para comprar interacciones falsas en las redes sociales estudiadas. Por esa cantidad, obtuvieron cifras absurdas de interacciones para sus cuentas:
- 3.520 comentarios.
- 25.750 "Me gusta" o "likes".
- 20.000 visitas.
- 5.100 seguidores nuevos.
Basándose en esas interacciones, consiguieron identificar unas 19.000 cuentas falsas, usadas para estos propósitos. Lo cual no es sorprendente, ya que crear una cuenta en estos servicios no es difícil, y suele bastar con tener un correo electrónico, algo fácil y barato de conseguir.
Tal vez más preocupante es que esta actividad falsa no fue perseguida de manera activa por Facebook, Twitter y el resto de servicios. Los investigadores comprobaron que, un mes después de comprar las interacciones, el 80% de las cuentas usadas aún seguían activas.
Puede parecer simplemente que los algoritmos no consiguieron detectar estas interacciones como falsas. Pero esa teoría no se aguanta por una sencilla razón: las cuentas se mantuvieron incluso después de ser denunciadas. Los propios investigadores denunciaron las cuentas, y tres semanas después, el 95% de las cuentas denunciadas seguían activas.
Los problemas de las redes sociales
Los resultados fueron similares en todas las redes estudiadas, aunque hubo algunas diferencias. Por ejemplo, la web que más cuentas falsas permitió fue Youtube; pero al mismo tiempo, también fue la mejor a la hora de eliminar visitas y likes generados con esas cuentas falsas.
Twitter fue la mejor a la hora de identificar y eliminar las cuentas falsas; pero también es la red social más fácil de manipular, por la velocidad a la que se extienden las interacciones y el contenido falso.
Por su parte, Facebook destacó bloqueando la creación de cuentas falsas, pero tiene problemas a la hora de borrar el contenido y las interacciones falsas generadas por las que cuentas que consiguen ser creadas, algo que también ocurre en Instagram.
Todas las grandes redes sociales se han comprometido a luchar contra este tipo de manipulaciones, pero los resultados no se notan. Es por eso que últimamente la prioridad no está tanto en eliminar cuentas sospechosas, sino en reducir su visibilidad; por ejemplo, haciendo que aparezcan menos en nuestro timeline.