Imagina que pudieras crear objetos en 3D idénticos con ADN e, obviamente, impresión 3D. Puede sonar a ciencia ficción pero no es así: unos científicos han conseguido replicar conejos de políester impresos en 3D usando ADN que contenía planos para fabricar nuevos conejos. Este experimento sirve para destacar el potencial para usar el ADN para almacenar información en objetos cotidianos.
Todo empezó con un correo electrónico entre Robert Grass del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zurich y Yaniv Erlich del Erlich Lab, una compañía de almacenamiento de ADN en Israel. Erlich propuso a Grass probar qué ocurría si ponían información "real" en un objeto impreso en 3D.
El resultado fue que, gracias a la información almacenada en el ADN que luego se incrustaría dentro del conejito de poliéster original se formarían otros conejos totalmente idénticos. Además de mostrar los usos del ADN en lo que a almacenar información en objetos se refiere, también puede ser una buena técnica para replicar objetos en 3D de forma casi exacta.
Replicar objetos hechos con impresión 3D... con ADN
Estos investigadores usaron 4 bases de ADN (adenina (A), citosina (C), timina (T) y guanina (G)) para codificar instrucciones para hacer el conejito y sintetizar la secuencia de ADN correspondiente. Este ADN se "empaquetaron" en microscópicas esferas de vidrio para protegerlo e incrustarlo en el plástico del conejito.Estas instrucciones, por cierto, tenían un peso de unos 45 kilobytes.
Luego cortaron un pequeño pedazo de plástico proveniente de la oreja del conejito y aislando el ADN en él. Se usó una máquina de secuenciación de ADN para leer la secuencia específica de bases de ADN, traduciéndose por consiguiente en instrucciones para la impresora 3D. El resultado no decepcionó: pudo producir un conejito exacto al anterior. Repitieron el proceso con este segundo conejito y produjeron un tercero. Finalmente, lo repitieron unas 4 veces en total. Además, lo sorprendente es que este proceso aún era posible después de que uno de los conejos hubiese sido almacenado durante 9 meses.
El objetivo de Grass tras este hallazgo s hacer del almacenamiento de ADN una tecnología cotidiana. Este tipo de almacenamiento podría tener aplicaciones en la fabricación de objetos, donde las instrucciones se almacenasen de forma local en estos.
Via | New Sciencist