Bastante a menudo conocemos casos de startups o pequeños emprendedores que logran revolucionar un determinado sector con una idea completamente nueva y rompedora. Cuando algo así ocurre es bastante común que, incluso, desaparezcan empresas que hasta ese momento lideraban ese sector.
Tal y como explica Clayton Christensen, la clave de su éxito se encuentra en que esos pequeños emprendedores tienen un enfoque disruptivo de la innovación. Esto quiere decir que no buscan nuevas formas de hacer lo mismo (como sí ocurre con las compañías consolidadas), sino que persiguen nuevas formas de actuar, en nuevos entornos y con nuevos productos y servicios.
Netflix, el ejemplo perfecto
Seguro que conocéis más de un caso en el que una startup ha puesto patas arriba un sector, pero nunca viene mal poner ejemplos prácticos. Netflix os sonará, ¿no es así?
La compañía tuvo claro desde el principio que el modelo de videoclub tradicional tenía los días contados, además de otorgarle suma importancia a la distribución de contenidos a través de Internet.
Ahora parece muy fácil estar de acuerdo con esas suposiciones, pero hace dos décadas lo normal es que te tomasen por loco si les hablabas sobre ese tipo de cosas. En Netflix arriesgaron innovando y han triunfado, ¡vaya si lo han hecho!
Por el contrario, Blockbuster, la compañía estadounidense de videoclubes por antonomasia, no supo o no quiso adaptarse a los nuevos tiempos de Internet y cayó en desgracia.
Cómo ser disruptivos en nuestro trabajo
Innovar suena bien, sin embargo, no es nada fácil de aplicar. Para ello debemos cambiar nuestra forma de pensar y hacer a todos los niveles. Un primer paso es perder el miedo al fracaso.
Mucha gente se hunde al ver que sus proyectos no alcanzan las expectativas esperadas y es un gran error, pese a quien le pese. La idea es aprovechar ese error como aprendizaje para tomar un rumbo distinto. Básicamente se trata de convertir ese error en algo productivo que nos haga crecer.
Después, en lo referente a nuestros empleados, no debemos olvidar que el futuro de nuestro proyecto depende de cada uno de ellos y las tareas que lleven a cabo. Por esa razón es relevante ayudar a cada miembro del equipo a detectar sus fortalezas y potenciar sus intereses y que cada uno pueda dar lo mejor de sí.
Si queremos precisamente dar con esa innovación disruptiva quizás lo ideal sea conformar equipos con personas muy diversas, eso fomentará la creatividad y aumentará la posibilidad de dar con la tecla para crear algo que marque la diferencia frente al resto.
Otros aspectos clave
Decir a los empleados de una empresa que innoven es tremendamente fácil, pero, éstos seguramente no lo hagan si no ven un ejemplo en sus superiores. Un trabajador difícilmente luchará por innovar si ve que los directivos no tienen una actitud similar, esos altos cargos tendrán que ejercer como ejemplos a seguir. Y no solo tendrá que ser así con los altos cargos, sino con las personas que más carisma e influencia tengan en la empresa, incluso entre cargos intermedios.
Si se trata de una compañía tradicional, ese viraje hacia la innovación será algo más complicado. En ese caso la innovación disruptiva no aparecerá por arte de magia, tendremos que intentar que surja poco a poco premiando las nuevas ideas y reservando tiempos para fomentar el pensamiento libre.
La comunicación también es clave para alcanzar la innovación. Debemos mantener un flujo de información constante en todas las direcciones para saber cómo se sienten las personas con la nueva dirección de la empresa y qué podemos hacer para ayudarles a afrontar ese cambio. Tampoco estaría de más explicarles el motivo de ese cambio y dejarles clara su importancia para llevar a cabo el proyecto en cuestión.
Aprende más sobre la innovación disruptiva en 'Un Hábitat Mejor'
Como habéis podido comprobar, crear un negocio innovador no es una tarea fácil que surja de la noche a la mañana por una idea sorprendente, sino que conlleva toda una metodología detrás en la que hay que emplearse al máximo. ¿A qué esperas para intentarlo?