Los que ya tenemos una edad no hemos crecido con tablets y dispositivos electrónicos. No obstante los jóvenes de hoy sí, y es común ver a infantes de temprana edad con uno de estos aparatos entre sus manos. Esto ha generado un debate que no parece tener fin en los tiempos que corren: ¿libros electrónicos o libros tradicionales para los más pequeños?
La lógica con la que hemos crecido nos dice que para aprender a leer o, en general, para asimilar conceptos lo mejor son los libros de papel de toda la vida. Pero esto podría no ser así: un reciente estudio afirma que los libros electrónicos podrían ser mejores para que los niños aprendan a leer mejor.
¿Cómo es esto posible? La clave está en las animaciones: según el propio estudio los niños que leían libros electrónicos recordaron el 60% de todo lo que habían leído.. En el caso de los niños que leyeron la versión en libro de papel, el porcentaje fue de un 47%.
Los libros electrónicos podrían ser mejores que los libros estándar para aprender a leer
El estudio publicado en la revista Developmental Psychology desliza según sus resultados que los libros electrónicos animados podrían ser mejores que los libros de papel a la hora de retener texto de memoria. Se llevaron a cabo una serie de experimentos con niños de entre 3 y 5 años usando libros estándar, eBooks como Kindle e iPads.
Concretamente fueron 35 los niños que participaron en el experimento. Se usaron 2 libros para niños: Cat’s Pyjamas y Zoom City, ambos del autor Thacher Hurd. Se realizaron un total de 3 experimentos para comprobar la comprensión y recuerdo de las lecturas que los niños llevaban a cabo. Y los resultados fueron cuanto menos peculiares.
El primer experimento puso a los niños a leer estos cuentos en libros de papel en voz alta. Los resultados de comprensión y recuerdo se compararon con los resultados de los niños que leían estos cuentos en un iPad. La diferencia es que este iPad tenía animaciones. Concretamente, este iPad escuchaba a los niños pronunciar las palabras y animaba las palabras que los niños pronunciaban correctamente.
El segundo experimento consistió en comparar los resultados que los niños otorgaban cuando leían el libro animado del iPad y el libro en un Kindle sin animaciones. Más tarde se realizó un tercer experimento en el que se comprobaba qué método ayudaba a recordar mejor las palabras, si las palabras animadas o la lectura de la palabra de forma correcta.
El estudio determinó que los niños que leyeron un libro tradicional en papel recordaron un 47% de lo que habían leído. En el caso de los libros animados, el porcentaje subió hasta un 60%. En el segundo y tercer experimento las animaciones también ganaron. El coautor del estudio, el profesor asociado de psicología en Carnegie Mellon Erik Thiessen explica este fenómeno con un simple ejemplo.
Pongamos que leemos la palabra "gato". Una persona que ya sepa leer o que, en su defecto, tenga mejor comprensión lectora asociará esta palabra a una serie de imágenes de gatos en su cabeza a la hora de leerla. Una persona joven que no sepa leer o que esté aprendiendo no hará esta asociación.
Por lo tanto, podría intentar descubrir qué significa "gato" en lugar de comprender el papel de ese gato en la historia. También añade que las animaciones hacen que la lectura sea más divertida y por lo tanto más fácil de asimilar para los jóvenes. Pero no podemos deshechar los libros de papel de buenas a primeras, ya que hay otros detalles a considerar.
Las animaciones pueden distraer a los niños
Thiessen explica que si bien es cierto que las animaciones en los libros pueden ayudar al aprendizaje, esto puede suponer un problema. La investigación establece que las tablets diseñadas para niños a menudo conducían a conflictos entre padres e hijos y que en ocasiones estas se volvían adictivas para los pequeños. Thiessen especifica que "si bien nuestro libro electrónico es útil, probablemente sea menos útil que interactuar con un humano".
El profesor también explica que estas animaciones pueden desembocar en distracciones. "[Las animaciones tienden] a a ser instanciadas de tal manera que terminan distrayendo un poco, como minijuegos o botones emergentes, en lugar de desplegarse [para] convertirse en una parte integral de la historia". Thiessen recuerda que los lectores más fuertes surgen cuando las familias tienen acceso a muchos libros y tiempo para leerlos.
Aún con todo, estos libros pueden suponer una gran ventaja para, por ejemplo, niños desfavorecidos que no tengan una figura humana con la que aprender a leer. El mismo Thiessen asegura que la investigación se realizó con el objetivo de "ver si la misma facilitación ocurriría si un niño interactuara con una pareja no humana". En una sociedad tan informatizada como la nuestra y con los libros electrónicos bajando de precio, esta alternativa podría ser la solución para muchos niños en todo el globo.