La agricultura y la ganadería de un territorio tan poblado como China no es una cuestión baladí. Los casi 1.400 millones de chinos que residen en el país oriental necesitan cubrir las necesidades básicas y muchas compañías ya apuestan por dar una vuelta de tuerca al rendimiento de la producción alimentaria.
De hecho, ni en el mundo occidental pensamos que la agricultura y la ganadería sean de los sectores más punteros tecnológicamente hablando. Trabajos como la cría del cerdo parecen de los más rudimentarios a los que podemos tener acceso, pero nada más lejos de la realidad.
Pero esto está cambiando a marchas forzadas. Debido en buena parte a amenazas de salud pública como la fiebre porcina, el campo ha vivido una revolución tecnológica con innovaciones que van desde la inteligencia artificial y el internet de las cosas. El futuro es bastante halagüeño y lo será aún más con el despliegue del 5G en zonas rurales.
China, reconocimiento facial y cerdos
El país asiático es el mayor consumidor de carne porcina del mundo. Más de la mitad de los cerdos que se consumen en el mundo se crían, sacrifican y comen en China. Unas cifras astronómicas que hacen de la crianza del cerdo una buena oportunidad económica.
Y también un sector muy potente para invertir e innovar. La gigante tecnológica Alibaba, matriz de la tienda online AliExpress, ha desarrollado un sistema de inteligencia artificial denominado Agriculture Brain basado en reconocimiento facial y análisis de datos.
Al igual que un reconocimiento facial para humanos, el sistema es capaz de diferenciar entre un cerdo y otro gracias a los ojos, orejas, hocico y las cerdas (pelo). Pero los sensores no se limitan a identificar cada uno de los animales de la granja, van muchísimo más allá.
Gracias a los micrófonos, pueden recoger información de la respiración y los sensores infrarrojos de la temperatura. Pudiendo identificar síntomas asociados a enfermedades graves como la fiebre porcina, según informan en Counterpoint.
En cuanto al reconocimiento facial puro y duro, es capaz de recoger todos los movimientos de cada uno de los animales y monitorizar si están llevando una alimentación adecuada. Cada cerdo tiene su ficha independiente donde se plasman datos como la fecha de nacimiento, el peso, la frecuencia de ejercicio y sus hábitos alimentarios.
Con ello se consigue una radiografía muy fidedigna de la salud del animal. Al mismo tiempo, el responsable de la explotación podrá identificar a los cerdos que no se están comportando como se espera y examinarlos. En caso de posible enfermedad, conseguir un diagnóstico temprano puede salvar millones de dólares.
Sin salirnos de las fronteras del país oriental, tenemos el caso de la startup Yingzi Technology. Esta compañía está probando su sistema de reconocimiento en una granja con 3.000 cerdos. No necesita más que un smartphone para realizar un escaneado continuo de todos los cerdos fijándose en la apariencia física.
Los datos cosechados son analizados por una aplicación instalada en el teléfono inteligente y utiliza algoritmos de deep learning para subirlos a una base de datos. Los datos que proporciona son muy similares a los de Agriculture Brain de Alibaba: número de identificación, raza, fecha de nacimiento, peso, sexo y composición genética.
El caso de la fiebre porcina
La fiebre porcina, o gripe porcina, provoca al año miles de infectados humanos. Para personas sanas, se comporta como una gripe más fuerte de la normal que nos asalta cada año, pero en casos de pacientes de riesgo puede provocar hasta la muerte.
Con la rápida identificación de la enfermedad, gracias al reconocimiento facial, se podrían evitar infecciones y muertes de personas y también la de millones de cerdos, solo en Asia. La mortalidad en cerdos es prácticamente del 100% y el contagio entre los animales es rápido.
El pasado 2019 fue un año especialmente negro en este tema. A esto le unimos la dependencia de la carne de cerdo en la dieta china y da como resultado la subida meteórica de los precios. Del 70% en algunos casos.
La gripe cruzó las fronteras de China y llegó a Vietnam, Camboya y hasta a la hermética Corea del Norte. En nuestro continente, la Unión Europea dio cerrojazo en 2018 a las importaciones de animales para caza mientras los Ministerios de todos los países intensifican el control.
Lo que sí hemos sufrido en España es el aumento del precio del cerdo. Desde enero, el kilo de cerdo ha aumentado en un 31% dejando al clásico cochinillo navideño como un producto de lujo. Consecuencia directa de la demanda de China debido a sus cerdos muertos por la gripe porcina.