Como con cualquier otra infección vírica, la fiebre es una medida que tiene el cuerpo para defenderse del virus que le está causando problemas. Este aumento natural de la temperatura se ha establecido como uno de los síntomas más evidentes del tristemente famoso coronavirus y los métodos para lograr identificar a alguien con esta dolencia están en auge.
Algunos países han optado por cerrar sus fronteras directamente a las personas que hayan estado en lugares delicados como medida extraordinaria. Pero otros han optado por implementar algunas medidas extras en los controles aeroportuarios.
Aunque todavía existen países que toman la temperatura corporal pasajero por pasajero, para manejar grandes volúmenes de personas es impensable dadas las colas que provoca. Para paliar esto, una de las medidas que ya se están aplicando es la implementación de cámaras termográficas automáticas, una tecnología que está aumentando el interés de empresas privadas y organizaciones públicas.
Cómo detecta la fiebre
En la feria de seguridad Sicur OMICRONO ha podido ver de primera mano una de estas cámaras termográficas en funcionamiento y comprobar cómo es capaz de detectar a una persona con fiebre. Siemens, una de las compañías de seguridad más importantes del mundo, tiene su propia tecnología para identificar cuándo una persona tiene una temperatura corporal anómala.
Se trata de una cámara termográfica algo particular en su sistema de detección. Y es que, aunque la temperatura corporal media se sitúe en los 36 grados centígrados, ésta puede variar dependiendo de la temperatura exterior. Es decir, si nos encontramos en un ambiente muy calurosos, la temperatura corporal aumenta pudiendo dar falsos positivos. Justo lo contrario si el ambiente es más frío.
La cámara de Siemens realiza una media de la temperatura de las personas que van pasando para eliminar este error. Y, cuando detecta a alguien por encima de esa media estipulada automáticamente, lanza la alerta en la pantalla para que el encargado del control de acceso esté informado. La cámara no reconoce rostros, así que es imposible que asocie una temperatura a una persona en concreto, tarea que recae en el personal de seguridad.
Este sensor de temperatura está especialmente diseñado para ser instalado en aeropuertos y en cualquier control de acceso donde haya una aglomeración más o menos grande de personas. Por ejemplo, puede colocarse en un edificio de oficinas para tener controlada la temperatura corporal de todo el que quiera entrar. Aplicable del mismo modo a cualquier industria, fábrica o empresa.
Las medidas para evitar la propagación se recrudecen en China, epicentro del virus, si donde las autoridades están traspasando algunas líneas delicadas. Las últimas informaciones señalan que el Gobierno estaría espiando a sus ciudadanos a través de Twitter y WeChat para evitar que hablen sobre el coronavirus.
Aumento de demanda
En un mundo tan interconectado como el que nos ha tocado vivir, el coronavirus puede saltar de un país a otro sin muchas complicaciones. Esto provoca que los servicios sanitarios se pongan las pilas ante una posible escalada a pandemia, como ya ha advertido la OMS (Organización Mundial de la Salud).
"Estamos teniendo un aumento de la demanda desde organismos públicos y empresas privadas", ha comentado a OMICRONO Alberto Alonso, Product Manager de Siemens, ante las preguntas por el miedo al coronavirus. También ha confirmado que ya "existen en España emplazamientos públicos y privados con este sistema instalado". Lo que nos conduce a pensar que las autoridades públicas de salud están tan preparadas como algunas empresas por evitar contagios.
La cámara termográfica de Siemens "tan solo necesita que el sujeto a examinar se encuentre entre los 4 y los 5 metros", detalla Alonso, con lo que sería perfecta para situarse junto a los arcos de seguridad de aeropuertos o estaciones de tren.
El fácil contagio del coronavirus ha provocado que fábricas enteras se hayan visto obligadas a cerrar temporalmente y que compañías tecnológicas tan importantes como Apple hayan tenido que rebajar sus previsiones. La última en verse afectada por el virus ha sido Italia, una nación muy conectada con España a través de decenas de vuelos diarios que ya ha resultado en un enfermo de coronavirus del país andino en Tenerife.