Si hay algo que podemos agradecer al coronavirus es que, como otros desastres, sirve para dejar al descubierto las prioridades de la gente. Aunque aparentemente, la máxima prioridad es el papel higiénico.
Las últimas semanas van a dar mucho material a las hemerotecas; desde políticos que cambian de dirección como una veleta, a verdades absolutas que pasan a ser vilipendiadas por todo el mundo.
Pero si hay una persona que aún no parece tener muy clara su postura respecto al coronavirus, esa es Elon Musk. En estos tiempos de crisis, muchos hemos buscado la opinión de la persona detrás de algunas de las mayores innovaciones de lo que llevamos de siglo. Y cada día, hemos encontrado una diferente.
Musk ignoró inicialmente la crisis
Inicialmente, el coronavirus ni siquiera estaba en el radar de Elon Musk. No fue hasta que fue evidente que la situación iba a empeorar en poco tiempo que realmente decidió tomar partido; pero lo hizo quitándole importancia a la situación.
Usando su plataforma favorita, Twitter, Musk declaró el pasado 6 de marzo que el pánico por el coronavirus le parecía algo "tonto"; por contexto, cuando dijo esas palabras el COVID-19 ya llevaba dos meses azotando China, con 3.400 muertos, y la enfermedad estaba empezando a expandirse en los EEUU.
Es muy fácil criticar en perspectiva. Nadie puede leer el futuro, ni saber que en las dos semanas siguientes el mundo cambiaría completamente. El problema con Musk es que incluso ahora, su postura no parece haber cambiado nada. ¿O sí?
Comparativa engañosa
Hace apenas cinco días, Elon Musk reaccionaba a las cuestiones de los empleados de SpaceX sobre qué hacer ante la expansión del coronavirus; preguntas que desestimó porque, afirmaba, estos trabajadores tenían más posibilidades de morir en un accidente de coche que del coronavirus. La única postura oficial es que, si un trabajador se sentía mal, no fuese al trabajo; igual que con cualquier otra enfermedad.
La comparativa con los accidentes de tráfico puede que te suene. Es muy repetida por los contrarios a las medidas tomadas por gobiernos como el de España; pero ignora completamente el comportamiento del virus, la manera en la que se expande por la población, y cómo afecta más a los más débiles y desfavorecidos.
Mientras el planeta está luchando contra la expansión del coronavirus, Elon Musk sigue actuando como si no estuviese pasando nada. Hasta el punto de enfrentarse a la ley por ello.
Las fábricas de Tesla, abiertas en cuarentena
Musk se niega a cerrar las fábricas de Tesla por el coronavirus, enviando un correo a los empleados algo contradictorio. Por una parte, les tranquiliza afirmando que no tienen que ir al trabajo si están enfermos o preocupados por el coronavirus; pero por otra, afirma que él, por su parte, sí va a ir a trabajar. La presión es evidente, y el hecho de que no haya un plan concreto de contención, preocupante.
El pasado miércoles esta decisión provocó un enfrentamiento con el sheriff del Condado de Alameda, que ha limitado la apertura de negocios para evitar la expansión del coronavirus. Sólo los establecimientos "esenciales" pueden abrir, y el sheriff declaró que la fábrica de Tesla en Fremont, California, no lo era.
Por lo tanto, la fábrica sólo podría funcionar en servicios mínimos, lo cual es insuficiente para la producción; aunque está muy automatizada, sigue necesitando empleados humanos. Por lo tanto, Tesla se habría visto obligada a dejar de fabricar coches, lo que hubiera sido un golpe muy duro para sus aspiraciones en este 2020, en el que ha lanzado un nuevo modelo, el Model Y.
Finalmente, la negociación entre las fuerzas de la ley y Elon Musk ha terminado en un acuerdo: la fábrica podrá seguir operando, pero sólo con una cuarta parte de los empleados. No está claro si es una victoria para Musk, pero por el momento planea centrar esos empleados en la entrega de nuevos vehículos a los clientes.
¿Giro de 180 grados?
A estas alturas parece evidente que Elon Musk no ha dado mucha importancia a la expansión del coronavirus. Algo realmente raro, ya que Musk es famoso por tener una opinión y una solución para todo; como por ejemplo, cuando desarrolló un submarino para los niños atrapados en una cueva de Tailandia.
En las últimas horas, parece que el Musk de siempre ha vuelto, porque ha declarado que está dispuesto a producir respiradores para hospitales en sus fábricas. El sorprendente giro llega en un momento en el que el miedo por el coronavirus está mucho más arraigado que hace dos semanas.
Según Musk, sus empresas están cualificadas para producir ese tipo de material médico. Tesla produce coches con sistemas de climatización avanzados capaces de parar bacterias. SpaceX produce sistemas de respiración para astronautas. Basado en eso, Musk afirma que producir respiradores no sería difícil, aunque no instantáneo. Sin embargo, al mismo tiempo pone en duda que ahora mismo haya hospitales que lo necesitan.
Por lo pronto el alcalde de Nueva York ya ha aceptado la oferta de Musk, afirmando que el país sufre una "escasez drástica".