Un nuevo escándalo salpica a Google en referencia al activismo laboral. La compañía habría estado espiando a algunos de sus empleados para luego despedirlos debido a sus intentos para organizar protestas laborales, según podemos leer en The Verge. Un suceso que contrasta con las últimas políticas públicas que ha estado teniendo la compañía en la pandemia que asola a España y al resto del mundo.
La sospecha proviene de dos empleados que han registrado una queja en la Junta Nacional de Relaciones Laborales de los Estados Unidos o NLRB. Los trabajadores Laurence Berland y Kathryn Spiers alegan que fueron despedidos en el año 2019 en relación al activismo laboral que desempeñaban en la compañía.
Concretamente, se habrían estado organizando contra la decisión de Google de trabajar con empresas conocidas por su carácter antisindicalista. Un caso que ha desembocado en la decisión del NLRB de considerar que algunas políticas de Google contra sus empleados y especialmente estos despidos son ilegales.
Espionaje y sindicalismo
La raíz de este problema reside en la iniciativa de Google con colaborar con IRI Consultants, una firma con un amplio historial de casos de malas prácticas contra empleados relacionados contra el activismo laboral. Berland fue descubierto consultando los calendarios laborales de otros empleados, motivo por el cual fue despedido.
Spiers, por su parte, fue despedida por agregar una ventana emergente en los equipos de los trabajadores de Google que consultaran la web de IRI Consultants. La notificación reclamaba que "los empleados de Google tienen derecho a participar en actividades protegidas". Esto, según Google, dañó la imagen de la empresa alegando que Spiers había incumplido las políticas de seguridad de la firma.
Las quejas de Berland y Spiers han sido admitidas y la agencia del Gobierno de los Estados Unidos forzará a Google a llegar a un acuerdo con los trabajadores. En caso de no hacerlo, la denuncia acabará en manos de un juez administrativo en los próximos meses. En el peor de los casos, Google tendrá que, si es condenada, pagar indemnizaciones y salarios atrasados a los empleados y restituirlos en caso de que así lo exija el juez.
Berland se siente orgulloso, considerando que "la organización de los trabajadores está protegida por la ley" mientras que Spiers denuncia el daño que ha recibido su "credibilidad". "Descubrieron que fui despedida ilegalmente por ayudar a mis compañeros. [...] Creen que abusé de mi trabajo debido a las mentiras que dijo Google mientras tomaba represalias contra mí. La NLRB puede ordenar a Google que me restituya, pero no puede revertir el daño causado a mi credibilidad".
Más escándalos
Este no es ni mucho menos el único escándalo que ha salpicado a Google, una empresa caracterizada desde hace años por ofrecer una imagen agradable de cara al público. Recordemos que su eslogan principal así lo dictamina: "Don't be evil".
En el pasado, reportes aseguraron que Google pagó cifras millonarias a Andy Rubin, ingeniero conocido por ser el considerado padre del sistema operativo Android en relación a acusaciones de abuso sexual. Un caso que desembocó en protestas masivas en las oficinas de Google de todo el mundo.
En otra ocasión, los trabajadores de Google criticaron duramente a la compañía por trabajar estrechamente con el Departamento de Defensa en el Proyecto Maven, una iniciativa que pondría la famosa inteligencia artificial de Google al servicio de la organización para mejorar las capacidades de los drones para realizar ataques coordinados.
En 2018, más de 3.000 empleados firmaron una carta pidiendo a Sundar Pichai, CEO de Google, que retirase a la compañía del proyecto, algo que acabaron consiguiendo.