Si hay un dispositivo que aumentó su demanda como la espuma en España tras la pandemia han sido las webcams para PC. Con la expansión del teletrabajo, estos gadgets se han convertido en todo un imprescindible en el escritorio y el mercado ha crecido hasta límites insospechados.
Hay usuarios a quienes les basta tener una webcam sencilla, asequible y que lo único que quieren es que den una buena imagen, sin más pretensiones. Otras firmas, como la popular Anker, han traído opciones que pretenden aportar además un extra de calidad en las videollamadas. Es lo que promete la Anker PowerConf C300.
Una webcam pensada tanto para Mac como para PC que no sólo buscará sustituir la webcam vieja que guardamos en un cajón (o la que monta nuestro ordenador portátil), sino que sea la opción ideal para los que quieren asegurarse un mínimo técnico en sus videoconferencias. ¿Dará la talla teniendo en cuenta su precio es de 129 euros en España?
Sencilla y discreta
Aunque es cierto que una webcam no tiene por qué destacar precisamente en diseño, la PowerConf C300 intenta ser equilibrada en cuanto a estética y sobriedad. Lo cierto es que el factor de forma es conocido. Horizontal, con una pequeña peana regulable y con el sensor de cámara situado en el centro, con un pequeño aro plateado. A diferencia de otras opciones mucho más avanzadas como la webcam Kiyo Pro de Razer, no integra aro LED.
En la parte frontal encontraremos micrófonos, sensor de cámara, la regulación de la peana, mientras que la parte trasera un puerto USB-C. Este es uno de los grandes aciertos de la cámara, ya que este puerto tiene profundidad en el cuerpo para asegurar que el cable no se mueve o no se desconecta fácilmente de la cámara. Además, al usar esta conectividad, podremos usar otros cables USB-C (de nuestro portátil o de nuestro móvil) para hacerla funcionar.
La cámara tiene detalles ingeniosos en su diseño. La peana, en su parte inferior, cuenta con una rosca para poder sujetarla en un trípode y en la caja se incluye un pequeño adaptador USB-C a USB-A, para asegurarnos de que si nuestro PC o Mac no tienen USB-C, poder conectarla sí o sí. También se incluyen un par de tapas de plástico deslizables para tapar el sensor de la cámara que podremos pegar al cuerpo de la misma.
La peana por su parte no necesita de ningún tipo de mecanismo adicional para su sujeción. Se puede acoplar en nuestra pantalla de forma sencillísima, usando el propio peso de la cámara para ajustarla. Podremos moverla de todas las direcciones posibles, tanto en vertical como en horizontal, haciendo que sea muy fácil de instalar en nuestro monitor.
Fácil de usar
El sensor de esta Anker PowerConf C300 es un CMOS de 2 megapíxeles, de 1/27 pulgadas. Su campo de visión es de 115 grados, y su resolución puede alcanzar el 1080p hasta los 60 fps. El rango de enfoque es 3 metros y este es automático, y la distancia de enfoque mínima es de 15 centímetros, siendo la máxima de 3 metros.
Si no contamos con un micrófono externo, la propia cámara monta los suyos propios. Micrófonos duales con cancelación de ruido y una distancia de captación de 3 metros. El códec que usa la cámara es el archiconocido H.264 MJPEG. Pero sin duda alguna, el punto más destacable de esta cámara es su sencillez a la hora de utilizarla.
Si queremos aprovechar la cámara al máximo, tenemos la opción de instalar el software AnkerWork, desde el cual podremos entre otras cosas cambiar el ángulo de visión de la cámara, cambiar valores de imagen como el brillo o el contraste y activar el perfil HDR. También nos servirá para actualizar el firmware de la cámara.
Y aunque es recomendable usar este software, compatible con Mac y Windows, lo cierto es que no nos será necesario. En el mismo momento en el que conectemos la cámara al ordenador, este la reconocerá inmediatamente. Cualquier aplicación que usemos, incluyendo las nativas de Mac y Windows, harán uso de la cámara de forma automática, sin necesidad de ningún ajuste adicional. Un punto muy a favor.
En general, el funcionamiento de la cámara es más que correcto. La definición es buena, la gestión del color es adecuada y lo cierto es que el rendimiento que consigue incluso con mucho movimiento es suficiente. No obstante, su mayor debilidad está en las condiciones de luz adversas. Al ser un sensor tan pequeño, este no puede obrar milagros y cuando la luz descienda, la definición también lo hará, al no ser capaz de captar demasiada información.
Además, por defecto la cámara alcanzará los 1080p a 60 fps pero sólo si no usamos el perfil HDR. Aunque no contemos con un panel HDR, podremos notar que este perfil mejora la saturación de los colores para hacerlos más vivos, pero en este caso la cámara se limitará a 30 fps. Un usuario experimentado puede perfectamente tocar los valores de imagen para ajustar la calidad de imagen a estas condiciones, pero esto requerirá que el usuario sepa cómo mover dichos valores.
La calidad de audio tampoco decepciona. Por supuesto, si no tenemos acceso a un micrófono externo, el micrófono dual de la webcam de Anker será suficiente para todo tipo de videoconferencias y llamadas, especialmente con la cancelación de ruido. Sin embargo, siempre será mejor tener un equipamiento de audio dedicado.
En definitiva, la Anker PowerConf C300 es una cámara que si bien se queda atrás si la comparamos con otras alternativas de alta gama más caras como la Logitech StreamCam, por méritos propios saca pecho y da lo que promete: una calidad de imagen superior a lo que obtendríamos con cámaras mucho más económicas o con cámaras que integran los ordenadores portátiles, por ejemplo.