Probamos el mejor objetivo de Canon para hacer fotografía macro
Probamos el objetivo de Canon RF 100 mm 2.8L Macro IS USM, una lente de corte profesional que permitirá sacar fotografía de naturaleza y retrato de manera increíble.
9 agosto, 2021 01:49Aunque es cierto que cualquier usuario en España tiene una cámara en su bolsillo gracias a su smartphone, no todas valen para algunas situaciones fotográficas. Por ejemplo, si queremos hacer fotografías profesionales siempre será necesario apostar por una cámara de gran formato. En el caso concreto además de querer inmortalizar un retrato necesitaremos lentes con focal larga y si queremos combinar además con macrofotografía, objetivos con distancia de enfoque reducida. Es lo que promete esta nueva lente de Canon.
Canon ha lanzado recientemente al mercado su nuevo objetivo: el Canon RF 100 mm F2.8L Macro IS USM, una lente profesional de macrofotografía que destaca no sólo por ser perfecto para esta modalidad, sino por ofrecer resultados impresionantes en retrato. Todo ello a un precio de 1.659 euros.
En OMICRONO lo hemos podido probar, junto con la cámara tope de gama de la compañía, la Canon EOS R5 (4.600 euros), una auténtica bestia que presume de un sensor de 45 megapíxeles y de capacidades a la altura de lo que exigen los fotógrafos profesionales de hoy en día. Os contamos nuestras impresiones.
RF 100 mm Macro
Este objetivo, tal y como explica la propia Canon, está pensado para la fotografía macro. Este tipo de fotografía se conoce comúnmente por tener un sujeto u objeto central muy aumentado. Es decir, hablamos de fotografías con sujetos muy pequeños, pero vistos muy de cerca, lo que los hace verse más grandes.
Esta clase de fotografía es bastante específica y lo cierto es que necesita de equipamiento también específico. Hacen falta la capacidad de enfocar a una distancia muy corta, y están diseñados específicamente para trabajar en espacios mínimos.
Empecemos por el diseño. Este es un objetivo que no es precisamente pequeño; mide 148 milímetros de largo y su diámetro es de 81,5 milímetros. Pesa 730 gramos, y si acoplamos esta lente a una cámara de cierto peso, como es el caso de la EOS R5 que hemos usado para nuestras pruebas, conseguiremos un pack que tendremos que tener cuidado de manejar.
Cuenta con 3 diales en el cuerpo; uno de ellos es un anillo que controla la aberración esférica del efecto bokeh, es decir, el desenfoque del fondo del sujeto que se fotografía. Si movemos el anillo a la derecha, conseguiremos una aberración mucho más presente, mientras que si lo giramos a la izquierda, esta será más sutil.
Los otros anillos ya son una marca en los objetivos RF; nos permitirán controlar algunos aspectos tanto de la cámara como de las propiedades del dispositivo en sí. Dentro de los ajustes de la cámara, podremos ajustar qué controlar con dichos anillos, y el propio objetivo tiene botones dedicados para cambiar algunos valores como la distancia de enfoque, el enfoque automático o el estabilizador.
Eso sí, tiene 2 principales usos: la macrofotografía y la fotografía de retrato, gracias a su apertura focal de F2.8, y hemos probado dicho dispositivo en estas dos situaciones, siendo la primera la más importante.
Macrofotografía
El RF 100 mm F2.8L Macro IS USM tiene especificaciones impresionantes. Este ofrece un aumento increíble de 1,4x, lo que nos permitirá acercarnos muchísimo al sujeto que querremos estar fotografiando. Cuenta con estabilización óptica híbrida de hasta 5 pasos (que se convertirán en 2 pasos a 1,0x) y una distancia focal en Full Frame equivalente a 100 mm.
En nuestras pruebas, hemos usado dos cuerpos de cámara: una Canon EOS R5 y una Canon EOS RP, ambas Full Frame pero con precios y especificaciones muy distintas. Y sin duda alguna, este objetivo es absolutamente impresionante en su cometido, independientemente de qué cuerpo se use.
En macrofotografía hay muchos puntos a tener en cuenta, siendo uno de los más importantes el enfoque. Tanto con la EOS RP como con la EOS R5 el enfoque de este objetivo es excelente; en ningún momento hemos perdido el foco en una imagen, incluso con sujetos móviles, como pájaros o flores mecidas por el viento. Tanto en modo servo de enfoque continuo como en enfoque fijo el objetivo sabe exactamente dónde enfocar y no lo pierde en ningún momento.
El aumento de 1,4x nos deja instantáneas tremendamente definidas, con una calidad de imagen excelente y extremadamente cercanas al sujeto, recogiendo toda la información necesaria para que la foto sea espectacular. Además, la apertura focal tan amplia de F2.8 no sólo nos permitirá trabajar en condiciones lumínicas más difíciles, sino que nos permitirá obtener un efecto bokeh de corte profesional.
Sorprende, ya que cuanto más baja es la apertura focal, más difícil es que un objetivo consiga tomas definidas. En esta ocasión, el detalle es nítido y presente, incluso en F2.8 y con el objeto muy cerca de la lente. Además, la estabilización de imagen integrada logra que el sujeto quede bien enfocado incluso aunque este o nosotros estemos movimiento, algo que podremos mejorar todavía más si usamos un cuerpo de cámara también estabilizado.
Otro punto a destacar del objetivo es que su enfoque es muy silencioso. Usa dos motores Nano USM que aunque funcionan a pleno rendimiento dando un enfoque preciso y casi instantáneo, no hacen nada de ruido. Recordemos que la fotografía macro se suele realizar en la naturaleza, y controlar el ruido es importante para no espantar a posibles sujetos como animales o insectos.
Aunque no hemos podido probar las condiciones de sellado de este objetivo, Canon promete que dispone de una protección especial con revestimiento de fluorita que protegerá la lente de todo tipo de problemas metereológicos, incluyendo el polvo y el agua.
Retrato
La apertura focal fija de 100 mm y la focal F2.8 nos permiten también realizar fotografías de retrato. Esta se caracteriza por sacar a un sujeto enfocado y con el fondo totalmente desenfocado.
De nuevo, esto se consigue con longitudes focales altas (desde 80 milímetros hacia adelante) y con aperturas focales amplias, que bajen de F4, consiguiendo lo que se conoce como una poca profundidad de campo.
El objetivo de Canon vuelve a sacar pecho; la calidad de imagen es buenísima, incluso en F2.8 y el desenfoque que proporciona es muy suave y homogéneo, sin por ello perder información o detalle en el sujeto.
El enfoque es uno de los grandes puntos fuertes. una vez que 'captura' al sujeto, no lo suelta en ningún momento y el tiempo de enfoque es prácticamente instantáneo. Con este objetivo, es prácticamente imposible que una fotografía nos salga desenfocada, y conseguiremos grandes resultados.
Canon EOS R5
Aunque hemos realizado pruebas con dos cuerpos de cámara, la gran mayoría de nuestras fotos han sido tomadas con la Canon EOS R5, una de las cámaras más potentes de la firma en su gama mirrorless.
Y es que el RF 100 mm F2.8L no deja de ser un objetivo profesional que vale más de 1.600 euros, lo que implica que sólo se podrá aprovechar con un equipo equivalente. Un equipo que comparte sensor y sistema de enfoque con la Canon EOS 1DX Mark III, una cámara réflex bastante más cara y que es bastante más grande.
Estamos ante una cámara con un sensor Full Frame de 45 megapíxeles, que alcanza las 20 fotografías por segundo y dispone de un estabilizador de imagen de 8 pasos. El vídeo es su gran fuerte, ya que es capaz de grabar en 8K en formato RAW de 12 bits y vídeo 4K a 120 fotogramas por segundo. Todo ello en un cuerpo de cámara que pesa 738 gramos con tarjeta y batería.
La EOS R5 es una cámara preparada para todo tipo de situaciones; las 20 imágenes por segundo (con obturación electrónica) la hacen ideal para fotografía deportiva, que capten a sujetos a mucha velocidad, la estabilización nos permite enfocar incluso en condiciones de luz casi nula y su autonomía es una maravilla, prometiendo aproximadamente 490 fotos (aunque nosotros hemos rozado los 600 disparos)
Este equipo suple prácticamente todo lo que cualquier profesional necesita; doble ranura SD y CFexpress, una sensibilidad ISO máxima de 51.200 y Bluetooth y WiFi integrado. Una cámara extremadamente potente, que sabe aprovechar al máximo este objetivo y que en nuestras pruebas ha dado la talla con nota. No por nada es un equipo que cuesta 4.600 euros.
¿Me lo compro?
Mientras que el objetivo RF 100 mm F2.8L IS USM cuesta 1.659 euros, el cuerpo de la EOS R5 (sin lente) cuesta 4.600. Esto hace que el pack total suba hasta los 6.259 euros. Un precio que por supuesto no es admisible para la gran mayoría de nosotros y que sitúa a estos dos aparatos en el sector profesional.
Sin embargo, creemos que este objetivo es el híbrido perfecto para fotografía de retrato y fotografía macro. El aumento de 1,4x nos permite acercarnos a los sujetos como nunca antes, y sus propiedades de enfoque y estabilización lo posicionan como una de las mejores opciones del mercado. Incluso un buen profesional de retrato quedará satisfecho, gracias a su calidad de imagen y a su rapidez.
Además, hemos de recalcar que este objetivo se ha comportado bien incluso usando un cuerpo de cámara como es el de la EOS RP, que cuesta 1.059 euros y que está enfocado a un público amateur de entusiasta, ya que cuenta con especificaciones mucho más modestas que su hermana mayor, la EOS R5. Y siempre se puede usar con cuerpos más baratos, como el de la R6.