La era del teletrabajo nos ha dejado muchas estampas curiosas. Una de ellas es la resurrección de las impresoras en casa. Si bien es cierto que estos dispositivos no han muerto del todo (al menos en España), sí que veíamos como su uso se había visto relegado a campos muy específicos, como la fotografía o la productividad ocasional.
Y por ello marcas como Canon no han podido evitar lanzar sus modelos híbridos, pensados para ambas tareas. Es lo que pretende la Canon Pixma G650, una impresora que además de contar con escáner, dispone de fotocopiadora y de una gran potencia de impresión que cuesta en España 269 euros.
Desde OMICRONO hemos puesto a prueba esta Pixma G650 en todo tipo de ámbitos. Y da la casualidad de que un servidor es fotógrafo, y este es un campo en el que la Pixma G650 tiene mucho que decir, ya que el fabricante es uno de los líderes en el terreno de la fotografía profesional y de entusiasta.
Impresora, escaneadora y fotocopiadora
Esta nueva impresora de Canon es un todo en uno: una impresora, una escaneadora y una fotocopiadora, con funciones inalámbricas para que podamos realizar impresiones desde todo tipo de dispositivos con WiFi. Y uno de los primeros detalles a mencionar es el diseño.
Porque esta clase de soluciones suelen dejarnos armatostes enormes, pero no es el caso. La Pixma G650 es relativamente compacta; pesa 6,6 kilos, y con las bandejas extendidas (tanto la superior como la inferior) tiene unas dimensiones de 445 x 555 x 238 milímetros, nada mal.
Lo más remarcable del diseño, un punto a menudo olvidado, es el sistema de almacenamiento de tinta. Contamos con 6 depósitos, dos separados para el gris y el negro y otros 4 para el rojo, el magenta, el amarillo y el cian. Y este sistema es sin duda uno de los más interesantes que hemos visto en mucho tiempo.
Si abrimos la impresora para acceder a su interior (mediante un simple gesto), veremos encima de cada depósito una pequeña pestaña de color que podremos levantar. Los depósitos tienen unas boquillas que se conectan con los de sus respectivas botellas de tinta. Por ende, lo único que tenemos que hacer es con un poco de maña conectar ambas boquillas, y verter el líquido dentro del depósito.
Un sistema muy ingenioso e intuitivo, ya que si bien al principio da algo de respeto tener que llenar los tanques, una vez lo has hecho con los primeros es muy sencillo. Abres la tapa, pones la boquilla de la botella sobre la del depósito, y pones boca abajo la botella. Esperas hasta que se rellene hasta donde marca el indicador, y listo.
Pero ¿por qué estas botellas? Según Canon, estas tintas son colorantes, y las nuevas botellas roja y gris pretenden ampliar la gama de colores resultante en las fotografías. Señal de que esta impresora tiene un foco importante, como es lógico, a la impresión de trabajos fotográficos. Este sistema, además, facilita el llenado de los tanques de tinta.
Obviamente podremos usarla también para imprimir, copiar y escanear documentos más propios de la productividad. Según Canon, este juego de botellas permite imprimir hasta 3.800 fotografías de 10 x 15 centímetros, y lo mejor es que no vaciaremos las botellas una vez hayamos llenado los tanques, sino que nos quedará un poco para por si lo necesitamos.
Otro punto a destacar del diseño es lo intuitivo del mismo; es tremendamente sencilla de manipular. Las tapas del escáner y de la impresora son sencillísimas de levantar, y las bandejas se expanden también de forma fácil. Incluso tenemos un sistema dentro de la impresora para asegurar el contenido de la impresora y poder transportarla y que no haya mayores inconvenientes.
¿Qué tal funciona?
Esta impresora puede funcionar o bien de forma inalámbrica o bien a través de USB-B de alta velocidad, el cual no viene incluido. Por ende, si no compramos un cable aparte, tendremos que hacer uso de la función inalámbrica. Y al final el hecho de no usar un cable no nos ha parecido un inconveniente, sino toda una ventaja.
La impresora funciona con todo tipo de tecnologías; es compatible con Alexa, Google Assistant y tecnologías como Apple AirPrint, haciendo uso además del software Easy-PhotoPrint Editor. Como ya hemos mencionado, podemos usar nuestro WiFi (solo bandas de 2,4 GHz) para imprimir desde nuestro smartphone, tablet o PC.
La configuración es muy sencilla; tan solo tenemos que usar en nuestro móvil la aplicación Canon PRINT y en nuestro PC simplemente el software de la impresora para poder conectarla vía WiFi. La propia impresora cuenta con botones físicos en un lateral mediante los cuales podremos accionar la impresión de forma manual, conectar la impresora a Internet y realizar otros ajustes. También incluye el CD de instalación.
Podremos imprimir todo tipo de papeles, como A4, A5, A6, LTR, LGL y otros tamaños, como Sobres DL, COM10, C5 o Monarca. El escáner tiene una resolución de 600 x 1200 ppp y profundidad de color y escala de grises de 16 bits. Respecto a la copiadora, podremos fotocopiar hasta 99 copias y admite documentos, fotografías, copia de dos en uno, cuatro en uno o copias de carné de identidad.
Es muy importante que una impresora que vaya a imprimir fotografías de alta calidad, provenientes de equipos fotográficos bastante caros y que busquen satisfacer encargos, tengan una fidelidad de color muy precisa. En nuestro caso, hemos impreso fotografías exportadas desde RAWs a JPG en máxima calidad, en cuerpos de alta gama como las Canon EOS R5, EOS R6 y EOS RP. Es decir, la gama principal de cámaras R de la propia firma.
La propia Canon vende por su parte todo tipo de conjuntos de papeles fotográficos. Hemos usado papeles como los Pro Luster, Brillo II, Mate, Plus Semi Brillante y por supuesto papel normal, así como papel pensado para fotografías de tamaño compacto. Y los resultados han sido muy buenos.
Hemos impreso fotos con una profunda colorización, con cambios de definición y marcadas por un alto contraste, así como tomas con un rango dinámico muy marcado. En todas las impresiones, vemos cómo la impresora de Canon consigue colores fieles, una definición sorprendente y además unos resultados profesionales, incluso en las fotografías más difíciles de imprimir.
Por si fuera poco, las fotografías aguantan en el tiempo. Nuestro entorno de pruebas era muy polvoriento y los papeles de mala calidad así como las impresiones provenientes de máquinas de baja gama suelen estropearse con el tiempo. En nuestro caso, las fotografías están como el primer día.
Respecto a las copias y al escaneo, nos encontramos resultados muy similares. Los documentos y fotos escaneadas quedaban perfectas; no notábamos manchas, falta de definición u otros problemas que suelen aparecer en escaneos de baja calidad. Un punto a favor sobre las bandejas tanto superior como inferior; son regulables, fáciles de manipular y dan mucho espacio para poder imprimir todo tipo de fotos.
Conclusión: el híbrido perfecto
La Pixma G650 de Canon busca ser el centro de la impresión de nuestro hogar, independientemente de si somos fotógrafos, oficinistas o simplemente usuarios que quieran guardar en físico sus mejores recuerdos. Además, su precio es relativamente comedido: 269 euros. Este precio incluye los cabezales de impresión, los frascos de tinta y el cable de alimentación.
Y esta es la gran ventaja de esta impresora de Canon; no busca satisfacer solo a un tipo de usuario, sino a todos. Y si estabas buscando una impresora que pudiera servirte para todo tipo de trabajos (incluso si eres fotógrafo), esta es una de las mejores alternativas.