El móvil que quiere popularizar la cámara tras la pantalla: probamos el ZTE Axon 30
El ZTE Axon 30 es el segundo teléfono de la compañía en esconder la cámara delantera, pero el primeor en emplear un procesador potente con triple sistema de refrigeración.
5 octubre, 2021 01:22Noticias relacionadas
Destacar en el amplísimo mercado de smartphones con el que cuentan países como España es sin duda muy complicado. Las marcas se esfuerzan por intentar diferenciar sus productos con nuevos formatos, diseños y funciones que llamen la atención de un comprador que se suele encontrar muy perdido a la hora de renovar.
Entre esas novedades destaca las ansias de conseguir un dispositivo que sea realmente todo pantalla. Afinar hasta el extremo los marcos del frontal fue el primer paso, después llegó la eliminación del notch que tan presente sigue en los nuevos iPhone 13 y, finalmente, ha llegado el momento de despedirnos de la cámara delantera. Aunque tiene truco.
La cámara estrella para las videollamadas y selfies no hace acto de presencia en el ZTE Axon 30 (500 euros) que acaba de pasar por nuestras manos. Este terminal consigue esconder el sensor bajo la pantalla, de modo que no hay ni una sola interrupción en el panel frontal.
La marca es una de las especialistas en este terreno que ya el año pasado con el ZTE Axon 20 consiguó eliminar visualmente la cámara delantera. Este año han redoblado la apuesta con un teléfono mucho más maduro con un hardware interno más potente y avanzado y prácticamente respetando el precio de salida.
Con el progresivo abaratamiento de la tecnología que implica el paso del tiempo y con terminales como el Samsung Galaxy Z Flip 3 que y Galaxy Fold 3 llevándolo por bandera, es más que posible que se convierta en una de las innovaciones más populares de los próximos meses.
Diseño original
Más allá de esconder la cámara delantera bajo la pantalla, de lo que luego hablaremos con detenimiento, el diseño del ZTE Axon 30 cuenta con algunas particularidades a nivel estético al mencionar. La principal se encuentra en la parte trasera del teléfono que cuenta con un módulo de cámaras muy particular con un diseño muy poco visto.
Situado en la parte superior derecha, el círculo de arriba cuenta con una única cámara mientras que el de abajo emplaza a un total de tres sensores que se completan con un flash LED y la insignia de 64 megapíxeles. La trasera se completa con el logo de la marca y también con la inscripción del modelo. Todo ello en un color negro tan elegante como atractivo para las huellas y la suciedad en general.
La parte delantera, sin la cámara a la vista, ofrece un diseño totalmente limpio protagonizado por un panel con resolución FullHD+ (2460 x 1080 píxeles) de 6,92 pulgadas con tecnología AMOLED y una frecuencia de refresco de 120 Hz. Esta combinación es una de las mejores que ZTE ha podido escoger, proporcionando una excelente experiencia de usuario.
De hecho, la pantalla es una de las cosas que más nos han gustado con los 120 Hz y una buena calidad del panel AMOLED. Si se combina con una pantalla que roza las 7 pulgadas, se convierte en el compañero perfecto para ver vídeos en YouTube o capítulos de series en cualquier aplicación de streaming.
En cuanto al resto del apartado estético, tan solo comentar la ausencia de minijack para auriculares y la posición algo elevada de la botonera física en el canto derecho. El canto inferior está protagonizado por un puerto USB Tipo C (viene cargador y cable en la caja) y el único altavoz, así que nos olvidamos de tener un sonido estéreo.
Triple refrigeración
La buena combinación de componentes continúa con la elección del 'motor' de este ZTE Axon 30. En el apartado del procesador nos encontramos con un Qualcomm Snapdragon 870 de ocho núcleos y fabricado en 7 nanómetros. Este chip se ha consolidado a lo largo del año como protagonista para los gamas de muchas marcas que lo han situado justo por debajo del Snapdragon 888 como la punta de lanza del fabricante.
Este Snapdragon 870 cuenta con módem preparado para 5G, WiFi 6 y Bluetooth 5.2 en el segmento de la conectividad, lo que completa la experiencia con un rendimiento afinadísimo. Y es que junto al procesador ZTE ha dispuesto dos versiones: una con 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento (la de esta unidad) y otra más potente con 12 GB de RAM y 256 GB de memoria interna. Ambas sin capacidad para ampliarse mediante microSD.
El teléfono funciona realmente bien y puede con todo. La combinación de hardware garantiza un excelente rendimiento hasta en juegos pesados al mismo tiempo que consigue buena autonomía. En esta línea y para satisfacer las necesidades de un público todavía más exigente, ZTE ha incluido un triple sistema de refrigeración.
El primero de ellos es una cámara de vapor grande, seguida de un material compuesto de una matriz de cobre y grafeno y, por último, un gel transmisor de calor de alta potencia. Ese despliegue de medios consigue contener la escalada térmica cuando se exige potencia al teléfono. Tras un buen rato jugando, el calor generado no llega a ser para nada molesto como en ocasiones sí pasa en otros terminales donde la disipación es peor. Eso sí, habrá que echar muchas horas delante de los videojuegos para sacar realmente provecho a esta función.
MyOS 11, muy ligero
Si bien el ZTE Axon 30 corre en su interior Android 11, la compañía ha desarrollado su propia capa de personalización llamada MyOS 11. Esta versión se olvida de todo tipo de aplicaciones extra y tan solo viene con lo estrictamente necesario para hacer funcional el terminal.
Las dos únicas excepciones de aplicaciones que no se pueden desinstalar vienen precisamente de la mano de Facebook. La primera es la propia app de la red social y la segunda la de Messenger, su servicio de mensajería. El resto de -los escasos- extras como WPS Office (una suite china de ofimática) o la app del tiempo se pueden eliminar sin mayores problemas.
Todo ello proporciona una experiencia de usuario cercana al tan valorado Android stock. Esto es, un sistema operativo sin añadidos y lo más limpio posible de todo lo que entorpezca el rendimiento. Donde sí hay un cambio respecto a otras capas de personalización es en el centro de notificaciones y en los menús de ajuste, que están especialmente diseñados para el uso a una mano.
Cámaras cumplidoras
El sistema de cámaras trasero está compuesto por un total de 4 lentes. La primera -y principal- es una Sony IMX682 de 64 megapíxeles f/1,8 que se comporta realmente bien en todas las circunstancias que se combina con algoritmos de inteligencia artificial para realizar los últimos ajustes. Esta cámara es la que montan dispositivos como el Realme GT y que tan buenos resultados están dando en la gama media.
La segunda es un gran angular de 8 megapíxeles junto con una macro de 5 y un sensor de profundidad de 2. Salvo por el gran angular, que de día ofrece buen rendimiento, y el sensor de profundidad para los retratos, la macro es más bien una lente testimonial que se usará en muy pocas ocasiones con un rendimiento limitado.
Pero donde de verdad la marca ha despuntado es en la cámara selfie, que se esconde bajo la pantalla gracias a que el panel AMOLED es capaz de apagar los LEDs situados justo encima y alrededor para no meter más luminosidad de la necesaria.
Eso sí, el rendimiento, a pesar de sus 16 megapíxeles, no es el esperado. La calidad fotográfica está claramente por detrás de sus competidores más directos y, quizá, el estar colocada bajo el panel resta puntos. Eso sí, consideramos que el suficiente para el uso que se le suele dar a esta cámara y si como usuarios no somos muy aficionados al selfie, puede encajar perfectamente para tener una pantalla sin agujeros.
¿Me lo compro?
Como comentamos anteriormente, la gama de entre 400 y 500 euros es una de las más complicadas para las marcas. Más allá de la cantidad de propuestas que existen de todos los fabricantes, el usuario ha desembolsado una cierta cantidad de dinero como para exigir una cierta diferenciación respecto a las gamas más bajas. Además de un excelente rendimiento y un apartado fotográfico que cumpla.
El ZTE Axon 30 por 500 euros cuenta con todos esos ingredientes con la filigrana tecnológica de tener la cámara delantera debajo de la pantalla. Algo que se puede ver en teléfonos de gama más alta como el Samsung Galaxy Z Flip 3. Por otro lado, existen otras propuestas mucho más tradicionales -con la pantalla agujereada- pero que añaden mejor procesador por aproximadamente 80 euros menos como el Realme GT.
ZTE, además, juega con el hándicap de ser una marca poco conocida por el gran público en España y que no está disponible en los canales de compra tradicionales como Amazon. De lo que hay poca duda es que más marcas se irán sumando a la moda de esconder la cámara delantera bajo la pantalla dejando a un lado los complejos periscopios e impulsando esta tecnología que todavía está por pulir.
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