He probado el nuevo móvil de 300 euros de Xiaomi: un smartphone de gama media redondo
Cada vez es más complicado competir en este franja de precio, pero Xiaomi ha dado con la clave para lanzar móviles equilibrados para todo el mundo.
10 abril, 2022 00:36Noticias relacionadas
A mediados de febrero nos sorprendía la capacidad del Redmi Note 11 para ocultar su precio económico tras un diseño y características más propias de cifras más abultadas. Hoy nos enfrentamos en un nuevo análisis a su hermano mayor, el Redmi Note 11 Pro con el que Xiaomi pretende arrasar en la gama media al resto de marcas en España.
El reto que tiene por delante este modelo es mejorar aquello que ya era casi redondo en el Note 11 estándar para un teléfono de gama baja. A simple vista, debe crecer en calidad fotográfica, rendimiento y pantalla sin perder autonomía y manteniendo el precio más ajustado posible, se dice pronto, pero no es un objetivo fácil.
El Redmi Note 11 Pro se presenta así en las tiendas con un precio que ronda los 300 euros, en su combinación de 8 y 128 GB de almacenamiento. Con un panel AMOLED FullHD+, altavoces duales, un sensor principal de 108 megapíxeles y batería de 5.000 mAh, vemos si cumple con las expectativas.
Diseño y pantalla
Nada nuevo en lo que al diseño de este móvil se refiere. Xiaomi sigue el patrón que ya vimos con el Redmi Note 11: líneas curvas en las esquinas, pero bordes rectos y planos. Crece un poco en tamaño sin dejar de ser cómodo, para encajar una pantalla más grande; las dimensiones son de 164,19 mm x 76,1 mm x 8,12 mm, con un peso de 202 gramos.
Estamos ante un móvil grande en el que cuadra más ese estilo premium que tanto nos sorprendió en la versión estándar. Un diseño cuidado y elegante, sin elementos que destaque por encima del resto y agradable al tacto. La carcasa es algo mate y lisa, con sutiles reflejos y en color gris oscuro acorde al módulo de las cámaras del que hablaremos más adelante, que esconde un truco.
En el lateral, el botón de encendido y apagado hace la función de lector de huellas a una altura en la que resulta fácil activar el teléfono con rapidez. También se puede usar el reconocimiento facial que ofrece menos seguridad, ambos sistemas biométricos han dado pocos errores y son bastante rápidos.
En los bordes superior e inferior están el puerto USB-C para cargarlo, el jack para auriculares y los dos altavoces estéreos. El sistema de sonido con Dolby Atmos alcanza un buen volumen para usarlo cuando vemos una película o escuchamos un pódcast sin accesorios como auriculares o altavoces externos, graves y agudos se escuchan dentro con claridad.
Pasamos ahora al frontal donde está la pantalla que ocupa casi todo el espacio con bordes muy delgados y un orificio central arriba donde se integra la cámara. Se trata de un panel AMOLED con resolución FullHD+ (2.040 x 1.080 píxeles), 120 Hz de tasa de refresco. La resolución y tamaño permiten ver películas (no contenidos 4K), consultar redes sociales o jugar a videojuegos con comodidad y buena calibración de colores.
En líneas generales no se le puede pedir mucho más a una pantalla de móvil por este precio, los 120 Hz le dan fluidez al navegar, aunque no cuenta con un sistema automático que regule su uso para no perder batería rápidamente. Sí tenemos ajuste automático de brillo que funciona bien en cada situación y llega a los 1.200 nits para luchar contra los días soleados.
Rendimiento y autonomía
Se nota el escalón superior en el que se sitúa el Redmi Note 11 Pro con respecto a su hermano menor en fluidez y rendimiento, aunque el otro modelo tampoco sacaba mala nota en este apartado. El corazón de este móvil es un procesador Snapdragon 695 que Qualcomm lanzó en octubre de 2021 para los móviles de gama media con 5G. Su potencia se combina con varias opciones de memoria, en el caso del terminal que estamos probando, es de 8 y 128 GB.
Esto se traduce en un rendimiento fluido en todo momento, tanto en momentos relajados cuando solo queremos consultar el correo, hasta cuando le damos algo más de trabajo editando vídeos, saltando rápidamente de una aplicación a otra o jugando a videojuegos, aunque no es un teléfono gaming se notan algunos tirones, nada que impida distraerse de vez en cuando con algún juego. Quizás algo más de almacenamiento se hace necesario para un modelo de este calibre, pero al tener espacio para incluir una tarjeta microSD de hasta 1 TB, este detalle se soluciona rápido.
Xiaomi peca en incluir demasiado bloatware, es decir, aplicaciones preinstaladas que no necesitamos en absoluto y toca limpiar para liberar espacio. La capa de personalización MIUI 13, basada en Android 11, es algo pesada, pero muy completa con funciones de personalización, para juegos y gestos rápidos.
Otro de los puntos en los que no defrauda este smartphone es su autonomía, los 5.000 mAh auguran varios días de uso sin pasar por el cargador. Su batería consigue soportar dos días de uso entre aplicaciones, haciendo fotos y perdiendo la noción del tiempo viendo vídeos y redes sociales. Si se lleva el rendimiento y la pantalla al máximo de trabajo, la autonomía baja, pero siempre consiguiendo resistir el día casi al completo.
Para cargar el terminal una vez hemos agotado la batería, Xiaomi ofrece un sistema de carga rápida de 67W con cargador incorporado en el embalaje. Este unido al teléfono suponen cargarlo por completo en unos 40 minutos, velocidad suficiente para en un momento de urgencia revivir el terminal rápido y contar con él otras tantas horas. No hay carga inalámbrica, pero en este rango de precio y con el sistema de carga rápida, tampoco se la espera.
Cámara de buen nivel
El módulo de cámaras del Note 11 y el Pro pueden parecer iguales, pero en realidad hay varios detalles que los diferencian. Por un lado están las cualidades del sensor principal, que pasa de 50 a 108 megapíxeles, algo normal cuando se trata de un móvil superior. Sin embargo, el conjunto de lentes de esta versión retrocede al perder uno de sus ojos, tiene tres en vez de cuatro en la parte trasera, uno es de pega.
Así tenemos el principal de 108 megapíxeles, acompañado de un gran angular de ocho megapíxeles, una cámara macro de dos megapíxeles y decimos adiós al sensor de profundidad de dos megapíxeles que sí equipa el Note 11 estándar. A cambio, la cámara frontal aumenta hasta los 16 megapíxeles.
Las tres cámaras traseras consiguen imágenes equilibradas en luz y colores, instantáneas con buen nivel de detalle y definición, sobre todo de día. Los 108 megapíxeles permiten hacer fotos de gran tamaño para después editarlas y que pierdan menos detalle, además ayuda a recoger algo más de luz. Pero el resultado general se mantiene dentro del nivel de fotografía que puede ofrecer un móvil de gama media.
El gran angular consigue respetar las formas y mantener la luminosidad de la escena, por lo que es una buena opción para fotografías paisajes o grandes edificios. Por otro lado, el HDR regula las sombras y luces en las escenas sin saturarlas, es útil a la hora de suavizar un cielo quemado, por ejemplo. De forma similar, el Modo Noche matiza bien ese contraste entre las luces intensas de las farolas y la oscuridad de otras zonas, sin perder el realismo del momento.
En tercer lugar, la cámara macro sirve para acercarnos a detalles más pequeños y capturar las líneas de una flor o el relieve de una moneda. Suele ser una opción más anecdótica que la mayoría de usuarios no aprovecha, además es complicado ajustar el enfoque y distancia justa para que la imagen se haga con buena definición.
Los selfies con la cámara de 16 megapíxeles también son equilibrados para un móvil de gama media, junto con el modo retrato que ofrece un buen encuadre, si no se abusa del desenfoque del fondo que no es perfecto y se nota fácilmente en los bordes del pelo. En cuanto a la grabación de vídeo, sin estabilización la calidad se reduce en gran medida para un teléfono que permite grabar en Full HD (1920x1080 píxeles de máxima) a 30 fotogramas por segundo.
¿Me lo compro?
El Redmi Note 11 Pro es un móvil de gama media casi redondo, una opción de compra muy a tener en cuenta por sí solo, que consigue perfilar aquellos aspectos difusos de su hermano menor y con un precio justo de 299 euros. Claro que cuando se busca un móvil nuevo no se valora solo las cualidades de un modelo, sino que hay que compararlo con otros del mercado.
A pesar de lo competitiva que es esta franja de precio, Xiaomi es uno de los grandes a batir. Pocos móviles del mercado ofrecen una relación calidad-precio tan estrecha, salvo el Poco X4 Pro 5G, presentado a finales de febrero y que comparte casi todas las características del Note 11 Pro.
Sí, Xiaomi compite consigo mismo. La estrategia de la marca es abarcar el mayor espectro del sector, para ello lanza terminales muy similares con distintos precios para que todos los consumidores encuentren en su catálogo el que mejor se adapta a sus necesidades. Por 270 euros, es decir, casi 50 euros menos, el Poco consigue desafiar al Note 11 Pro.