DJI lanzó en 2019 Mavic Mini su nueva categoría de drones que se sitúan por debajo de los 250 gramos para poder volarse en cualquier parte, dentro de la legalidad, incluso en cualquier ciudad de España. Este concepto evolucionó un año después con la llegada del DJI Mini 2, que al reducido tamaño sumaba una potentísima cámara con resolución 4K a 30 fps. Ahora, la compañía ha presentado el DJI Mini 3 Pro, el primer dron de gama alta en su formato más pequeño.
Con la nueva aeronave de la compañía el planteamiento es claro: se pueden tener funcionalidades de gama alta en un tamaño tan pequeño como una lata de refresco. Y es que precisamente la combinación de altas prestaciones en reducidas dimensiones y peso son uno de los grandes impedimentos de los usuarios más avanzados para no optar por drones más pequeños. La idea de DJI es que ahora todo cambie.
El nuevo Mini 3 Pro no aspira a ser el modelo de entrada y su precio parte de los 739 euros. Entre las novedades que suben el nivel del dron no sólo están las mejoras de grabación —con la llegada del formato vertical—, sino también cambios en el diseño para que vuele mejor y con mayor seguridad pero conservando el mismo factor de forma. Ahora tiene más sensores que la generación anterior, lo que le permite incorporar funcionalidades como ActiveTrack y que el dron sea más inteligente para grabar por sí mismo.
Por otro lado, la compañía también ha presentado DJI RC, un control remoto con pantalla incorporada con lo que se evita tener que montar el móvil personal en el controlador. Una forma mucho más cómoda y directa de poder manejar el dron, pues el enlace es instantáneo y la vinculación perfecta.
Un dron profesional de bolsillo
El MIni 3 Pro cuenta con un diseño estructural completamente nuevo pensando en que la capacidad de vuelo y sus funciones inteligentes vayan un paso más allá. Para ello, incorpora nuevos sensores visuales duales frontales y traseros lo que amplía el rango de detección de obstáculos y hace que volarlo sea más fácil y seguro. Sin embargo, no ha renunciado a lo que le hace tan especial: su factor de forma. Sigue contando con la capacidad de plegarse y poderse en cualquier maleta o en un bolsillo de un pantalón cargo.
Este rediseño para seguir siendo increíblemente compacto ha sido un reto para la compañía debido a la necesidad de incorporar tanta tecnología en un espacio tan pequeño. Desde la empresa explican que con el cambio de estructura se ha llevado a cabo un ajuste de brazos y hélices para tener un vuelo más dinámico y así lograr una mayor eficiencia. Es decir, tener más tiempo de vuelo.
Por otro lado, el nuevo Mini 3 Pro incorpora un nuevo sistema estabilizador de cámara que no sólo aporta una suavidad y estabilidad en los planos, sino que aboga por la posibilidad de tener más ángulos que nunca con una capacidad de movimiento impensable en la gama mini gracias a poder grabar tomas inclinadas y pasar a un formato vertical.
Aunque la gran clave del diseño compacto del MIni 3 Pro es su peso. Los 249 gramos le sitúan por debajo del umbral de los 250 gramos que marca la legislación, con lo que no será necesario un examen para poder volarlos legalmente. Es ideal tanto para aquellos profesionales que quieran una mayor agilidad, como para los que quieran adentrarse en este mundo sin complicarse demasiado y con una calidad 'pro' asegurada.
Uno de los detalles que más llaman la atención es que la batería es increíblemente ligera, con lo que la mayor parte del peso se concentra en el propio dron. Aún así, la autonomía de vuelo del Mini 3 Pro devuelve un máximo de 34 minutos de vuelo, unos minutos más que el modelo anterior. También aumenta la distancia de transmisión, que ahora alcanza hasta 12 km con transmisión en directo en calidad 1080p.
Un cámara pro
Más allá del diseño, el gran reclamo del Mini 3 Pro es su cámara. El nuevo drone DJI viene con un sistema de imagen completamente mejorado de la mano de un sensor CMOS de 1/1.3 pulgadas. Ésta dispone de ISO nativo dual, una tecnología de grabación solo disponible antes en cámaras de cine y en algunas cámaras micro de objetivo único.
La cámara cuenta con capacidad para capturar imágenes de hasta 48 megapíxeles, una apertura de f/1.7 y grabación de vídeo 4K a 60 fps, aunque baja a los 30 fps cuando se desea grabación en HDR. Y es que la cámara es capaz de detectar qué es los que predomina en la escena, no sólo para equilibrar el color automáticamente, sino para enfocar mejor. El perfil de color se puede editar de forma rápida en la aplicación, pero también se puede usar D-Cinelike, pensando en sacar todo el jugo al vídeo en la posedición. Un claro guiño a los profesionales a los que va enfocado este dron.
La cámara va montada en un sistema de estabilización realmente efectivo y versátil que hace que la experiencia de grabación sea muy fluida para devolver una experiencia cinematográfica total. En concreto, la cámara gira 90 grados para permitir grabación vertical sin zoom ni recortes que comprometan la calidad de imagen pensando en el consumo móvil. Eso sí, no renuncia al zoom digital en vídeo que está disponible hasta en 2x en 4K, 3x en resolución 2.7K y 4x en Full HD. Asimismo, la cámara cuenta con píxeles de gran tamaño (2.4 μm) que permiten captar mayor detalle e iluminación.
Sin embargo, más allá de la calidad de la propia lente, DJI sigue apostando por las funciones de grabación inteligentes que convierten al dron en una cámara voladora en la que el usuario se despreocupa casi por completo de manejar la nave. Hereda el pack de modos de captura inteligente de las series Air y Mavic, pero en un tamaño reducido.
Con sólo pulsar una vez, el dron puede mantenernos encuadrados mientras vuela en manual, rodearnos a un radio y velocidad fijados, así como seguirnos a una distancia constante. Sin embargo, no renuncia a los llamativos modos de vuelo de QuickShots o funciones como MasterShots o Hyperlapse. Movimientos de cámara con el dron impresionantes que aportan una calidad profesional sin tener que hacer más que darle a un botón.
Mando con pantalla
Más allá del dron, la otra novedad que la compañía ha presentado es DJI RC, un mando radiocontrol que integra una pantalla táctil de 5,5 pulgadas con la idea de que el piloto no tenga que poner su propio smartphone como sí sucede con el DJI RC-N1.
Este mando integra la aplicación DJI Fly y se carga a través de USB-C, con lo que la experiencia de integración con el dron es mucho más fluida y se emparejan en cuestión de segundos. Es un complemento perfecto para quienes vuelan por primera vez y lo quieren hacer más fácil, o para aquellos que buscan mayor independencia.
Lo cierto es que este mando es realmente cómodo, es muy ligero y pese a contar con pantalla no se calienta —cuenta con un sistema de refrigeración en la parte trasera—. Dispone de dos botones detrás, otros dos en la parte superior para hacer fotos y grabar, así como dos ruedas superiores para cambiar la inclinación y ajustar el zoom de la cámara. En la parte frontal, como habitualmente, dispone de los tres modos de vuelo, botón de encendido y para volver a casa, así como los gatillos de control y batería.
¿Me lo compro?
El Mini 3 Pro es la demostración de que DJI va muy por delante de la competencia en lo que calidad, manejo y uso de drones se refiere. En esta ocasión se trata de un dron de marcado corte profesional, pero que llega en unas dimensiones hasta ahora sólo concebidas para aquellos que querían tener una primera aproximación a este mundo.
Los 739 euros de los que parte le colocan por características, capacidades y precio, como el dron perfecto para el aficionado que quiere ir un paso más allá, el profesional que quiere tener mayor versatilidad y capacidad de movimiento, e incluso para quien quiere tenerlo como dron secundario para grabar vídeo de calidad y no tener que transportar modelos más grandes en viajes u otras actividades.
Sin embargo, su precio es un modelo quizá demasiado elevado para alguien que no conoce nada de drones y quiere probar con uno por primera vez. Podrá volarlo sin problema y sin conocimiento previo —ahí reside la magia de DJI—, pero el DJI Mini 2 sigue siendo una mejor compra para entrar en el mundillo.
Eso sí, una de las recomendaciones que haría es optar por el DJI RC. Personalmente, me gusta mucho más la posibilidad de tener liberado mi teléfono para otras gestiones y tener un mando con pantalla exclusivamente dedicado al dron. Es un total acierto de DJI. De momento para comprarlo será necesario hacerlo en pack junto al dron (999 euros), aunque también se podrá optar por el pack con el mando DJI RC-N1 (el que sí necesita móvil) por 829 euros. Si se compra el modelo de 739 euros, vendrá sin control remoto, pensando precisamente en los profesionales que ya tengan uno y quieran aprovecharlo.
Como es habitual, DJI vende kits adicionales como el Vuela más con dos baterías inteligentes, centro de carga, dos juegos de hélices y bandolera por 189 euros; o Vuela más plus con la misma combinación pero con dos baterías inteligentes plus que consiguen arañar 13 minutos más de vuelo.
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