Probamos el Honor Magic4 Pro: un buque insignia bello por fuera y bestial por dentro
Este móvil de gama alta tiene un diseño deslumbrante y especificaciones premium que lo convierten en uno de los grandes competidores del iPhone
7 julio, 2022 02:43Hace tiempo que Honor dejó de ser la filial de productos asequibles de Huawei para convertirse, por derecho propio, en un competidor muy destacado en el mercado de la tecnología y la electrónica de consumo, con ganas de "dejar huella en España". Si normalmente la marca ha apostado por smartphones con especificaciones notables a precios modestos, el Magic4 Pro parece un decidido cambio de estrategia. Hablamos de un flagship con todas las de la ley, con una apabullante factura técnica.
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El Magic 4 Pro, que ya pudimos probar durante el último MWC, entra por los ojos y ofrece unas sensaciones inmejorables desde el primer minuto. Una apuesta sólida para competir de tú a tú con móviles tan potentes como el Samsung Galaxy S22 Ultra, el Google Pixel 6 Pro o el Xiaomi 12 Pro, a los que planta cara con unas especificaciones de gama alta.
Su precio es similar al del iPhone 13 Pro de 128 GB, quizá su mayor rival en los móviles de alta calidad. Si, los 1.099 € que cuesta el nuevo buque insignia de Honor pueden ser un hándicap, pero viendo cómo se desenvuelve no es arriesgado decir que vale cada céntimo de su precio.
Acabado sobresaliente
El diseño es uno de los aspectos clave de los smartphones. Ante la enorme cantidad de modelos que se presentan cada mes, los móviles de Honor tienen mucha personalidad y el Magic4 Pro no iba a ser menos. Su elemento más distintivo son los sensores de la cámara agrupados en un módulo circular en el centro de la trasera. El cuerpo metálico y la pantalla curvada en los bordes lo dice alto y claro: estamos ante un terminal premium en todos los sentidos.
El que he podido probar durante cerca de un mes era de un elegante color azul claro (también hay modelos disponibles en negro, blanco, naranja y dorado), y la única pega de la trasera, que refleja casi como un espejo, es el eterno problema de las huellas con el acabado de brillo. Más allá de eso, nada que objetar en cuanto al diseño.
En el lado derecho están los tres botones, el de apagado/encendido y los de subir y bajar el volumen. En la parte superior se sitúa el emisor de infrarrojos y en la inferior la bandeja para dual SIM y el puerto USB-C. Pero lo que se lleva la palma son los altavoces estéreo, que ofrecen unos resultados sorprendentes, capaces de rivalizar con un buen altavoz Bluetooth. Probé a subir el volumen al máximo y la distorsión es casi imperceptible.
La pantalla, un panel AMOLED LTPO, mide unas generosas 6,81 pulgadas y es brillante y nítida gracias a su resolución de 2.848 x 1.312 píxeles y los 1000 nits de brillo. La tasa de refresco llega a los 120 Hz y tiene compatibilidad HDR10+. Para ver contenido multimedia y disfrutar con todo detalle y un buen rango dinámico de los videojuegos es perfecta.
El sensor de huellas está incorporado en la propia pantalla, pero no tan abajo como en otros móviles, lo que permite un desbloqueo más rápido sin tener que hacer ningún gesto raro con el dedo. Tras probarlo me decanté por el reconocimiento facial, porque funciona a una velocidad pasmosa, incluso en situaciones con poca luz.
El corazón de la ‘bestia’
El ya célebre Qualcomm Snapdragon 8 Gen 1 es lo que mueve los engranajes: ágil y con potencia de sobra para hacer frente a las tareas más exigentes. Está respaldado por 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento. Los más acumuladores pueden echar de menos la posibilidad de ampliar la capacidad con tarjeta SD, pero es un almacenamiento más que suficiente para guardar miles de fotos, música y vídeos.
En el día a día, el Honor Magic4 Pro funciona como la seda, sin molestos retrasos al navegar por la interfaz de Android 12 con la capa de personalización Magic UI 6. Juegos exigentes como PUBG o Asphalt 9 Legends se ejecutan sin ninguna ralentización, incluso con los ajustes gráficos al máximo.
Sí se nota un leve calentamiento en el terminal cuando llevas un tiempo jugando, algo que le ocurre a todos los móviles que montan un 8 Gen 1 y que, en este caso, no es demasiado grave.
Pero lo que merece toda nuestra atención son las cámaras y ese módulo circular tan singular. Se puede decir que no hay un sensor principal, sino tres: uno de 50 MP, un ultra gran angular también de 50 MP y un teleobjetivo de 64 MP que ofrece un zoom óptico de 3,5 aumentos muy útil en distintos tipos de situaciones.
Las fotos de la cámara principal están generalmente bien expuestas y con colores vibrantes y vivos. Puede que en alguna ocasión estén sobresaturados, pero es una percepción personal que siempre se puede corregir con filtros o un buen balance de blancos. El rango dinámico que ofrece es, en general, excelente, algo especialmente patente en el cielo o en fotos de paisajes.
La cámara ultra-ancha, con 122 grados de visión, mantiene el mismo equilibrio de colores vivos y hace un buen trabajo para lograr una exposición uniforme, incluso en escenas de alto contraste. Flojea un poco en situaciones con baja iluminación, pero en términos generales ofrece buenos resultados.
El teleobjetivo telescópico da mucho juego: con él puedes obtener imágenes nítidas y claras a gran distancia. A partir del zoom híbrido (zoom óptico y digital combinados) de 10 aumentos las imágenes comienzan a degradarse notablemente, ya no digamos cuando llegas al 100x. Algo por otra parte muy habitual y comprensible, salvo en portentos del zoom como el Samsung Galaxy S22 Ultra.
La doble cámara frontal consta de un sensor de 12 MP, que también puede grabar vídeo en 4K, y un sensor ToF 3D, responsable del rapidísimo reconocimiento facial. Esta combinación te permite jugar a tu antojo con el efecto bokeh y los desenfoques para los selfies. Todo bien en este sentido, quizá un poco corto en cuanto a resolución, pero muy correcto a la hora de captar luz y color, tanto en exterior como en interiores.
La aplicación para controlar la cámara es correcta, sin más, y se echa en falta un poco más de agilidad a la hora de cambiar entre los modos de foto y vídeo. Ninguna queja importante: el Magic4 Pro cumple con creces los deseos de cualquier aficionado a la fotografía.
En cuanto a la batería, los 4.600 mAh se antojan algo cortos, aunque sirven para ofrecer un día completo siempre que se tenga un cuidado razonable con la utilización del teléfono. Eso sí, gracias a la carga de 100 W, tanto con cable —incluido en la caja—como inalámbrica, volverás a tener tu teléfono al máximo en menos de 30 minutos. La caja del Magic4 Pro también incluye una carcasa de plástico flexible muy útil, porque su pantalla curva es su elemento más delicado y toda precaución con un móvil de ese precio es poca.
¿Me lo compro?
El Honor Magic 4 Pro entra de lleno entre los móviles de gama alta más destacables, por diseño, rendimiento, cámaras, carga rápida y también por algo tan etéreo e indefinible como las sensaciones que ofrece. Puede que no signifique una revolución, pero sí la entrada por la puerta grande de Honor en el mismo terreno de juego en el que compiten el Samsung S22 Ultra, el Xiaomi 12 Pro o el Google Pixel 6, mirando de reojo a los últimos modelos de iPhone.
También está en el mismo rango de precios, algo más barato en algunos casos, pero ofrece un rendimiento superior gracias a su 8 Gen 1 perfectamente optimizado, rápido y sin problemas graves de calentamiento, una de los puntos débiles de este potente chip de Qualcomm.
En definitiva, estamos ante un móvil completísimo, que enamora al primer vistazo y convence en el largo plazo. Su aspecto exterior captará todas las miradas, pero lo que te cautivará es el resultado que ofrece en el día a día, sobre todo con sus cámaras, que compiten de tú a tú con las de prodigios como el S22 Ultra.
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