Si usted no está metido en el mundillo de la tecnología la marca Nothing probablemente no le suene de nada. No se preocupe, es lo normal. Su cuota de mercado en España ni aparece en los gráficos. Es una empresa joven, pequeña y que hasta hace un par de meses sólo tenía unos auriculares en el mercado. Sin embargo, esta compañía con sede en Londres ha conseguido poner patas arriba el sector con un teléfono de menos de 500 euros, algo que hasta hace unos meses parecía impensable y que es un serio aviso para los gigantes del sector. Y se prepara para lanzar un tercer dispositivo.
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Pese a su juventud y al desconocimiento general para el gran público, el Nothing Phone (1) —que así se llama el teléfono— se puede encontrar en los principales puntos de venta de España: El Corte Inglés, Fnac, PcComponentes, Amazon, Media Markt... Todos quieren tenerlo en sus expositores; nadie se quiere quedar fuera del fenómeno Nothing.
Para entender la expectación generada por el Nothing Phone (1) no sólo hay que mirar al teléfono, también al equipo que hay detrás, liderado por Carl Pei, cofundador y CEO de la compañía. Él es un visionario de la tecnología y su discurso cala entre millones de entusiastas. Lo hizo con OnePlus hace 8 años y ahora quiere repetir la jugada. No lo hace solo, va con parte del equipo que le acompañó en el crecimiento de OnePlus y con inversión de Google Ventures (ahora GV), Tony Fadell (padre del iPod), el cofundador de Twitch, youtubers de renombre como Casey Neistat y miles de inversores privados.
Pero ¿qué ofrece el Nothing Phone (1)? ¿Merece la pena realmente el smartphone o estamos ante la campaña de marketing perfecta? En EL ESPAÑOL - Omicrono lo hemos probado durante los últimos dos meses para comprobar de primera mano si el Nothing Phone (1) está a la altura del bombo generado.
Un diseño diferencial
El diseño del Nothing Phone (1) es completamente diferente a todo lo visto en el sector hasta ahora. Aunque sus líneas, dimensiones y terminaciones recuerdan a un iPhone, su trasera transparente con una interfaz de luces LED le da un toque único. En palabras de Pei a este periódico "tiene que ser reconocibles a dos metros de distancia sin mirar el logotipo", y vaya que si lo consigue.
El Nothing Phone (1) no está pensado para que se le coloque encima una funda que arruine su personalidad, es por eso por lo que la única que vende la compañía es transparente. Su parte trasera ha sido reajustada de tal forma que los componentes no sólo queden a la vista, sino que también sea estético. Una atención al detalle que demuestra cómo no hay nada en este móvil que sea casual.
Sin embargo, lo más llamativo del diseño del Phone (1) es su interfaz Glyph. Los 900 LED dispuestos en su parte trasera sirven para alertar de las notificaciones, llamadas, interacción con el Asistente de Google o cuando estamos cargando el teléfono u otro accesorio desde él. Todo es personalizable, tanto el patrón de llamadas al ritmo del tono de llamadas, como la intensidad de las luces o la posibilidad de desactivarlo mientras estamos durmiendo. Es un añadido llamativo que suma en la experiencia de usuario y aporta frescor a un sector de móviles clónicos.
Una de las particularidades de la interfaz Glyph es que cambia la forma en la que nos relacionamos con el teléfono. Por regla general, no me gusta que mi teléfono suene cuando estoy trabajando en redacción o en mi despacho y el Phone (1) se adapta justo a eso. Si se le da la vuelta al teléfono, se pondrá automáticamente en silencio y serán las luces Glyph las que alerten únicamente de las notificaciones. Una herramienta configurablemente sutil que busca integrar el diseño con motivo en el día a día del usuario.
Más allá de la trasera, el diseño del Phone (1) recuerda al iPhone 14 Plus, tanto en dimensiones, líneas rectas, disposición de botones y ergonomía. Pese a su enorme pantalla de 6,55 pulgadas y casi 16 cm de alto es cómodo de usar y manejar, siendo una de sus claves el peso, que queda en torno a los 193 gramos gracias al usar aluminio y apostar por una batería de 4.500 mAh. Es un teléfono grande pero bien compensado, simétrico y con el que podrías estar horas entre manos sin llegar a resultar abrumador.
Experiencia más que potencia
Aunque el Phone (1) ha provocado un terremoto en el sector, no lo hace siendo el teléfono más potente del mercado. Pese a su acuerdo con Qualcomm no monta el chip más capaz de la compañía estadounidense. Su máxima es apostar por la experiencia de usuario frente a la guerra de las especificaciones. Ser capaz de lograr el equilibrio entre un chip potente y más asequible que permite reducir el precio final sin sacrificar la fluidez que se espera en un teléfono de gama alta. Lo cierto es que lo consigue.
Carl Pei explicaba a EL ESPAÑOL - Omicrono que uno de los pilares principales de Nothing es " fabricar productos que usaríamos nosotros mismos y que estemos orgullosos de compartir con amigos y familiares" y con este teléfono lo demuestra. El Snapdragon 778G+ se desenvuelve con soltura y va fluido en la gestión de aplicaciones, el procesado de imágenes e incluso la mayoría de juegos. Además, fruto de la colaboración con Qualcomm está ligeramente modificado para incorporar funciones como la carga inalámbrica que no tienen otros smartphones en el mismo rango de precios que montan el 778G como el Xiaomi 12 Lite o el Realme GT Master Edition.
El lunar en la elección del procesador apunta a su vida útil. La teoría dice que si apuestas por un chip más potente el móvil funcionará mejor durante más tiempo. La compañía se compromete a 3 años de actualizaciones de sistema operativo Android y 4 años de parches de seguridad cada 2 meses, con lo que —al menos sobre el papel— es un teléfono que entra en el ciclo de renovación habitual de smartphones de gamas superiores. Eso sí, la incógnita estará en ver cómo evoluciona la excelente fluidez y experiencia que tiene ahora mismo en los próximos años.
Lo cierto es que durante estos dos meses he estado usando el Nothing Phone (1) como teléfono personal y en ningún momento he pensado que le faltase potencia, no he echado de menos un chip mayor. Dispone eso sí de dos versiones de RAM (8 y 12 GB), pero mi unidad de prueba es la más asequible, la mejor opción para el gran público. El desbloqueo facial y de huella en pantalla es rápido, las aplicaciones se mueven con soltura y la cámara responde muy bien. Todo lo que quieres hacer lo haces justo como deseas.
Más allá de procesador y memoria, la clave de que esta fluidez se traslade a la experiencia de usuario se encuentra en el tipo de RAM y almacenamiento que usa (DDR5 y UFS 3.1), una pantalla con una frecuencia de refresco de hasta adaptativa de 120 HZ, un sistema operativo muy limpio que evita cualquier tipo de aplicación añadida que no deseemos y una buena gestión de la batería que da de sobra para pasar el día con él haciendo un uso intensivo.
Nothing OS, como se denomina la capa de personalización de Android del teléfono, aspira a ser el centro de un ecosistema de productos que van más allá del móvil —y más allá de la marca—, y que recuerda poderosamente a cómo los dispositivos de Apple responden entre sí. La ambición es esa, aunque ahora mismo están los cimientos.
Una cámara óptima
Su cámara responde a la misma estrategia de buscar equilibrio entre prestaciones y experiencia de usuario. No hace falta tener cuatro lentes si dos de ellas no aportan nada. En este caso el Nothing Phone (1) viene con una doble cámara de 50 megapíxeles con un sensor principal firmado con Sony con una apertura de f/1.88 y un gran angular Samsung con una apertura f/2.2.
Esta diferencia en las aperturas se nota a la hora de captar luz y la cámara principal es bastante más resuelta a la hora de hacer fotografías. La cámara responde muy bien para la gama de precio en la que se mueve y destaca con nota. Es de agradecer que apueste por un tratamiento de imagen realista, con desenfoques naturales y un equilibrio de color que realmente plasma lo que se está viendo en la realidad.
En su rango de precios hay otras opciones de cámara mejor como el Pixel 6a, sin embargo, la apuesta fotográfica del Nothing no decepciona y es agradable el resultado que se obtiene en términos generales. Cuenta además con una serie de modos inteligentes que ayudan a tomar la fotografía sin complicaciones, detectando la escena, gestionando el HDR o el modo nocturno.
Quizá la mayor carencia en sus cámaras esté en el apartado de vídeo. Ahí se siente que no puede competir contra los mejores teléfonos del mercado. La grabación en 4K a 30 fps, el vídeo con HDR a 1080p, o sólo poder grabar a 60 fps si es en calidad 1080p hace que vaya un paso por detrás de otros. La grabación es buena y fiel gracias a su sistema de estabilización, pero podría dar más si se busca la excelencia.
Un punto interesante de la cámara es la integración con el sistema de luces Glyph. El usuario podrá aprovechar la iluminación que aporta este conjunto de leds para iluminar las tomas, un puntazo único que sólo el Nothing Phone (1) puede aportar al mercado.
¿Me lo compro?
El Phone (1) es una excelente carta de presentación de Nothing. Un teléfono bien diseñado, capaz y con una experiencia de alta calidad a un precio rompedor. Lo tiene todo para recomendárselo a casi todo el mundo. Y es que aunque su diseño es su principal reclamo, el balance entre calidad, rendimiento y precio hace que sea una de las compras maestras a recomendar. Esa para quien quiere un móvil bueno, que haga buenas fotos y al precio más ajustado posible.
Los 459 euros de los que parte (8 GB y 128 GB) es un precio muy ajustado para la experiencia premium que devuelve. No es un teléfono de gama media más, aspira a ser ese móvil diferente que quiere competir contra los mayores de la clase desde un escalón menor. Como David contra Goliat. La startup contra la gran corporación. El planteamiento de Nothing con su primer smartphone es inteligente y funciona al 100%.
Las luces Glyph atraen al público y su uso en el día a día al final pasa más desapercibido, sin embargo, la experiencia que devuelve el teléfono —y que ha ido actualizando en las semanas que he tenido el móvil— son las que hacen que te quedes usándolo durante más tiempo. La experiencia de uso es sensacional. Es lo más cercano a iPhone en Android, pero a mitad de precio.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que también tiene limitaciones como los formatos de grabación de vídeo o su carga rápida —que se queda en 33W por cable y 15W inalámbrica—, sin embargo, son renuncias entendibles cuando se aspira a un precio por debajo de los 500 euros.
En suma, el Nothing Phone (1) es un teléfono muy completo que brinda más de lo que cuesta. Si se busca un móvil equilibrado, fácil de usar, que cumpla de forma notable en todos sus aspectos y con un diseño único, éste es tu teléfono.
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