En los últimos años, las pantallas de 6,7 pulgadas se han convertido en el estándar más habitual en los móviles. Las phablet, punto intermedio entre teléfonos y tablets, no acabaron de cuajar en su día, pero sigue siendo útil la existencia de dispositivos con un tamaño intermedio. El último modelo que ha arrasado en Lidl es un gran ejemplo, pero también lo es la apuesta de realme con su Pad mini, un dispositivo que se vende en Amazon por solo 169,99 euros, en su configuración básica de 3 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento.
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Esta versión reducida de la Realme Pad, tanto en tamaño como en precio, ofrece especificaciones muy limitadas a un coste igualmente rebajado. Eso implica no tener demasiadas expectativas, ya que no está pensada para apps y juegos exigentes, sino para utilizarla como pantalla complementaria en el día a día, como leer noticias, ver vídeos en YouTube o echar unas partidas a algún juego casual.
Entre los principales inconvenientes está un panel LCD con una resolución que parece de otros tiempos y un procesador muy limitado, pero todo se compensa con una buena batería y, sobre todo, un precio bastante ajustado.
Un diseño resultón
Realme acostumbra a innovar con el aspecto de sus nuevos productos, como el GT Neo 3, inspirado en los bólidos de carreras de Le Mans. Pero no siempre es así. En el caso del realme Pad mini, la marca ha apostado por un diseño tan minimalista y resultón como el del Realme Pad: un fino chasis metálico (7,6 mm) con bordes cuadrados y un módulo rectangular en la esquina superior izquierda para la cámara trasera de 8 MP. La sensación al tacto es excelente y se sujeta con facilidad, aunque está lejos de los modelos más ligeros (372 gramos de peso).
El frontal, con su pantalla de 8,7 pulgadas, tiene unos marcos bastante grandes en la parte superior e inferior, que permiten sostener la tablet fácilmente en orientación horizontal sin preocuparse por tocar la pantalla accidentalmente. El problema del panel LCD es la reducida resolución HD, que sólo llega a los 1340 x 800 píxeles, por debajo de lo habitual en los últimos años.
Basta con poner la tablet junto a un móvil con pantalla AMOLED para darse cuenta de sus limitaciones a la hora de reproducir contenido, especialmente cuando hablamos de texto. El tamaño de la realme Pad Mini, que la hace ideal para utilizarla como lector de ebooks, por desgracia no viene acompañado por la nitidez habitual en un dispositivo de 2022. Eso sí, el brillo funciona bastante bien, ofreciendo buena visibilidad incluso en entornos muy iluminados.
Vayamos a las buenas noticias: el doble altavoz ofrece unos resultados bastante decentes y alcanza un nivel máximo considerable sin distorsionar. La separación de los dos canales estéreo funciona siempre que se utilice en orientación horizontal, aunque siempre se conseguirá mejor resultado con unos buenos altavoces o auriculares. Por si acaso, el conector de auriculares de 3,5 mm está presente en el borde superior.
Lo importante no está en el interior
El realme Pad mini tiene distintas configuraciones, pero todas montan un chip Unisoc T616 de ocho núcleos, emparejado con unos valores máximos de 4GB de RAM y 64GB de almacenamiento. Esta es la configuración que he estado utilizando y no se ha quedado 'colgada' en ningún momento mientras veía series en Netflix y HBO Max, más allá de algún pequeño retraso puntual.
El problema llega cuando pones a la Pad Mini a trabajar en serio: a partir de tres o cuatro aplicaciones abiertas, al poco tiempo empieza a 'tartamudear' y se hace algo engorroso pasar de una otra. Con juegos que consumen tantos recursos como PUBG o Asphalt 9: Legends, la caída de fotogramas es constante y a veces llegan a cerrarse abruptamente.
Para un niño pequeño, que se conforme con vídeos de YouTube y juegos casuales, o si lo que te va es el Among Us, no hay ningún problema. Cuando las sesiones se prolongan demasiado, se calienta la parte trasera y hace algo incómodo sujetar la tablet, pero no llega a niveles alarmantes.
Una de las mejores características de la realme Pad mini es sin duda su batería de 6.400 mAh. La he puesto a prueba a conciencia, y consigue superar el día de uso necesidad de cargarla. Si se hace un uso moderado, con cargarla dos o tres veces por semana es más que suficiente. Además, viene acompañada por un cargador de 18 W, que está lejos de los más potentes actualmente en el mercado pero es capaz de cargar la tablet en menos de dos horas.
¿Me la compro?
La decisión a la hora de adquirir cualquier dispositivo siempre debe partir de la misma pregunta: ¿para qué lo voy a utilizar? En este caso, si es un regalo para un niño que vaya a ver vídeos o jugar a algún juego no demasiado exigente, o si necesitas una pantalla secundaria para hacer lo propio, es una buena compra dado el precio que tiene, a pesar de sus limitaciones.
Ahora bien, si lo que buscas es una tablet con una pantalla de gran resolución, jugar a juegos que necesitan alto rendimiento o necesitas utilizarla para trabajar, te vas a llevar un buen chasco, porque parece un producto que ha envejecido prematuramente.
Existen alternativas con un precio algo superior, como la propia Realme Pad original, la Samsung Galaxy Tab A8 o la Lenovo M8 HD, que ofrecen mejores características. También hay opciones más económicas, como la Fire HD 8 de Amazon, que ofrecen un resultado acorde a su precio. Aún así, por 179,99 euros en su configuración de 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento, la realme Pad mini brinda un rendimiento razonable, siempre que las expectativas iniciales no sean demasiado altas.
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