Apple pondrá a la venta el próximo miércoles los nuevos iPad y iPad Pro M2, sus nuevas tabletas de alta gama anunciadas la semana pasada. En EL ESPAÑOL - Omicrono los hemos podido probar durante los últimos días para comprobar de primera mano sus novedades, su evolución y descubrir cuáles son los pros y contras de ambos.
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Las últimas incorporaciones de la familia iPad llegan enfocadas a dos públicos completamente diferentes. Por un lado, el iPad sin apellido aspira a la versatilidad de quien busca una tablet potente con el que poder dejar el ordenador en casa para realizar tareas fundamentales en cualquier parte. Mientras que por otro lado está el iPad Pro con el chip M2, que está pensado para profesionales que quieren una tablet de alto nivel al tiempo que resulta en una absoluta demostración de fuerza por parte de Apple, para enseñar de lo que es capaz su equipo ultraportable más potente de la historia.
Ambos modelos refrescan el catálogo de tabletas de Apple por arriba y por abajo manteniéndose los iPad Air y iPad mini entre ellos en prestaciones y precio, con una notable subida debido a la inflación y al cambio con el dólar. El nuevo iPad parte de los 579 euros , el iPad Pro M2 empieza en los 1.049 y 1.449 euros (para 11 o 12,9 pulgadas), mientras que iPad mini y iPad Air también han subido sus precios hasta los 649 euros y 769 euros, respectivamente. Para encontrar un iPad que ronde los 400 euros, como hasta el año pasado, habrá que irse al iPad de novena generación —de diseño antiguo— que también sube su precio hasta los 429 euros.
iPad: rediseño a todo color
El nuevo iPad de décima generación recuerda poderosamente al iPad Air que Apple lanzó en 2020. Un lenguaje de diseño más recto e industrial que elimina bordes para tener más pantalla en menor espacio; que quita el sensor Touch ID de la parte frontal para llevárselo al botón de encendido; que mejora considerablemente el consumo de contenido y también da un salto de calidad en conectividad con la llegada de puerto USB-C o Smart Connector.
Quizá el mayor cambio en el rediseño ha sido mover la cámara frontal a una nueva ubicación. Ahora está colocada horizontalmente y no en vertical, en lo que parece una declaración de intenciones: ¿por qué comprar un portátil barato y que pese poco para ir a la universidad si puedes comprarte este iPad? Ése es el mensaje que parece lanzar Apple con su nuevo iPad, aspirando a que las nuevas generaciones vayan dando el salto a un mundo post-PC.
El principal reclamo del nuevo iPad es el diseño. La pantalla de 10,9 pulgadas con una resolución de 2.360x1.640 píxeles (264 ppp) y 500 nits hacen que ver contenido o pasar horas trabajando sobre ella sea un verdadero gusto. Es muy ligero (477 gramos) y podremos pasar horas con él —una jornada laboral sin problemas— sin preocuparnos de la batería.
Las 0,7 pulgadas más de tamaño se notan especialmente en la multitarea, que ahora es mucho más cómodo mover dos aplicaciones a la vez en términos de productividad. Así pues, con algunas de funcionalidades de iPadOS como la capacidad de recorte automático de fotos o selección de textos en vídeo, hacer presentaciones o montar vídeos con él es extremadamente fácil y fluido.
A nivel de rendimiento va sobrado para la gran mayoría de usuarios. No es únicamente una tablet para ver series, es realmente potente. Pese a que el A14 Bionic es el chip que equipaba el Air de 2020, es un procesador que devuelve un rendimiento que se sigue situando a años luz de la gran mayoría de tablets Android del mercado, incluso en precios superiores.
Con el A14 Bionic podemos editar vídeos, jugar a videojuegos, realizar montajes de vídeo o editar fotografías, en suma, sacar partido a la variada tienda de aplicaciones de Apple para que el iPad se adapte lo mejor que nos convenga a nuestras necesidades del día a día.
Entre las mejoras, desde el punto de vista creativo y de productividad, están las cámaras. Ahora cuenta con una lente principal de 12 megapíxeles con captura de vídeo a 4K y cámara lenta a 240 frames por segundo. Así como una cámara frontal ultra gran angular con la tecnología Center Stage (que te enfoca siempre que estés en videollamadas). La idea es que el iPad sea el centro de todo y puedas ser completamente productivo con él. Pensando en la inmersión en videollamadas y contenido, se nota especialmente la mejora en audio. Dispone de dos altavoces con soporte para audio espacial, la tecnología que hace que parezca que estemos dentro de películas, series y Música.
Sin embargo, el iPad de décima generación no es perfecto y tiene un punto negro difícil de comprender: la apuesta por el Apple Pencil de primera generación. De los iPad con el nuevo lenguaje de diseño es éste el único que no es compatible con el lápiz inteligente de segunda generación, algo que supone un problema por el método de carga.
El iPad ha cambiado el puerto Lightning por USB-C, un avance que supone un problema para cargar el Apple Pencil, ya que sólo se puede recargar a través del puerto antiguo. Y la solución que ha adoptado Apple no es buena. Ahora será necesario un adaptador USB-C a Lightning y un cable USB-C a USB-C (el mismo que sirve para cargar el iPad) para poder cargar el lápiz. Un engorro que no sucede en el Air, mini y Pro al poderse sujetar —y cargar— magnéticamente el lápiz en el borde.
Apple explica que han optado por mantener la compatibilidad con la primera generación del lápiz porque estiman que muchos usuarios del iPad anterior, que ya tienen un lápiz, darán el salto al nuevo y sólo tendrán que comprar el adaptador, pudiendo aprovechar el pencil que ya tienen. Aún así, chirría la diferenciación entre generaciones y el método de carga, sabiendo lo perfeccionista y el cuidado del detalle que tiene la empresa.
Eso sí, la llegada del USB-C a su iPad más básico es fundamental. Ahora permite cargarlo más rápido y conectarlo a pantallas externas con la idea de hacer presentaciones o poder trabajar puntualmente en monitores más grandes. Este iPad verdaderamente quiere que te olvides de usar un ordenador.
Tanto es así que el nuevo Magic Keyboard Folio mejora en ocasiones al Magic Keyboard de los iPad Pro y Air. Este teclado (de 269 euros) se divide en dos partes, una que se acopla en la trasera del iPad y sirve para colocarlo con la inclinación que deseemos como si de un atril se tratase, y otra que se acopla en la parte inferior para tener trackpad y teclado completo (incluyendo teclas de función y escape). Es realmente cómodo de usar y de transportar y permite transformar el iPad en un portátil para mecanografiar apuntes o escribir largos artículos.
iPad Pro M2, derroche de potencia
Si el iPad es el tablet de Apple pensado para el gran público, el iPad Pro con el nuevo chip M2 es un derroche de potencia que sobrepasa todo lo imaginable que se puede hacer con un dispositivo de este tipo. Está hecho por y para profesionales. Es un producto de nicho pensado en un usuario especializado que necesita altísimas prestaciones, una pantalla de increíble resolución y conectividad ultrarrápida en un tamaño que quepa en una mochila y con un peso de menos de 690 gramos (en el modelo de mayor tamaño, que es el que estamos probando).
Y es que la fortaleza del iPad Pro es justo esa: hacer todo lo que serías capaz de hacer en un ordenador potente que podrías tener en tu estudio, empresa o centro de trabajo pero con una ultramovilidad que sólo te da una tablet y con un peso que no lo sientas como una carga en la mochila para llevarlo todo el día encima.
Su precio también está enfocado al ámbito profesional, con un precio de partida de 1.049 euros para la versión de 11 pulgadas y 128 GB que puede variar hasta en una veintena de opciones hasta la más ambiciosa de todas: 2 TB para el modelo de 12,9 pulgadas con 5G, que asciende a los 3.024 euros.
El iPad Pro M2 viene con pocos cambios con respecto a la generación anterior, son avances sutiles pero que mejoran la experiencia con respecto a la generación anterior. El principal es el chip M2 que aporta un extra de potencia y fluidez en procesos al tiempo que permite capturar vídeo en ProRes y mejorar el HDR de la cámara principal. Por otro lado, también hay mejoras en la conectividad WiFi 6E e incorpora una nueva forma de que el Apple Pencil se relacione con el tablet, siendo ahora más preciso y pudiendo reconocer el movimiento del lápiz sin necesidad de tocar la pantalla. Pero vayamos por partes.
La renovación del corazón del iPad Pro con el nuevo chip M2 hace que la CPU de este modelo sea un 15% más rápido que la generación anterior. Sin embargo, la magia para que el iPad Pro M2 mueva complicados procesos de renderizado, colorimetría, procesos 3D de aplicaciones como DaVinci Resolve u Octane X es gracias a que el procesador da un salto en el apartado gráfico (un 35% más), un 50% más de banda de memoria y una gestión del machine learning con 16 núcleos para el Neural Engine que hace magia en los procesos y permite gestionar y editar imágenes en Smart HDR 4.
Otra de las grandes aportaciones que trae el M2 a la nueva generación de iPad es disparar sus posibilidades para trabajar con un monitor externo. Esta funcionalidad que llegará este año con la nueva versión de iOS, permite extender y cubrir la pantalla completa —eliminando por fin las bandas laterales—, con lo que el iPad Pro se podrá convertir en un sobremesa cuando sea necesario.
Asimismo, el M2 es clave para gestionar la eficiencia energética. Y es que pese a ser considerablemente más potente y poder llevar a cabo más procesos, mantiene la autonomía para poder usarlo todo el día con un uso estimado de unas 10 horas de pantalla activa.
Apple sigue diferenciando la tecnología de pantalla entre los tamaños de iPad Pro. El modelo de 11 pulgadas cuenta con un panel LED Liquid Retina, el iPad de 12,9 pulgadas dispone de un impresionante panel miniLED denominado como Liquid Retina XDR que permite tener un brillo máximo de 1.600 nits (sólo HDR). No sólo es impresionante ver contenido de alta calidad en él, también lo es trabajar sobre su pantalla para saber —en cualquier parte— cómo es el resultado real del proyecto que se esté desarrollando. Si quieres fidelidad de colores y detalle al máximo, la pantalla de 11 pulgadas es sobresaliente, pero la de 12,9 pulgadas es extraordinaria.
Precisamente, una de las mejoras que trae el nuevo iPad Pro es cómo nos relacionamos con la pantalla desde el Apple Pencil. El lápiz sigue siendo el de segunda generación, pero ahora cuando el Pencil se desplaza sobre la pantalla ésta detecta las señales electromagnéticas emitidas desde la punta hasta una distancia de 12 mm. El procesador M2 logra interpretar esas señales y determina su posición en tres dimensiones.
Esto en el día a día hace que el Apple Pencil se acerque un poco a la sensación que tenemos cuando nos movemos por la interfaz con el ratón, sabemos por dónde nos vamos moviendo. Sin embargo, es especialmente interesante para ilustradores o diseñadores, pues algunas aplicaciones permiten previsualizar qué tal quedaría el trazo antes de que se haya hecho.
Más allá del Apple Pencil, el iPad Pro sigue siendo tan versátil como siempre. Su funda Magic Keyboard es un accesorio casi obligado para sacar el 100% de rendimiento a esta máquina. El iPad parece flotar cuando queremos consumir contenido, tenemos un conector adicional y el teclado es agradable y con el recorrido de teclas justo para poder escribir durante horas en él.
Precisamente, pensando en la versatilidad y conexión en cualquier parte, el iPad Pro mejora su conexión inalámbrica para adoptar la tecnología WiFi 6E, que le hace el doble de rápido que el anterior modelo si tenemos un router acorde en casa. Al tiempo dispone de Bluetooth 5.3 y sigue apostando por el 5G como la mejor forma de tener internet en cualquier parte de la manera más rápida.
¿Cuál me compro?
Con la llegada de los dos nuevos modelos de iPad hay más posibilidades de elegir que nunca. Apple dispone de 6 opciones de tabletas en las que pararse antes de decidir qué es lo que queremos comprar, más que de ningún otro producto de su catálogo. Partiendo de la configuración más baja, los precios en España son:
- iPad (9ª generación): desde 429 euros (64 GB)
- iPad (10ª generación): desde 579 euros (64 GB)
- iPad mini (6ª generación): desde 649 euros (64 GB)
- iPad Air (5ª generación): desde 769 euros (64 GB)
- iPad Pro, 11 pulgadas (4ª generación): desde 1.049 euros (128 GB)
- iPad Pro, 12,9 pulgadas (6ª generación): desde 1.449 euros (128 GB)
La pregunta parece clara: quiero un iPad, ¿cuál es mejor comprar? Tras haberlos probado todos, hay que hilar fino en la decisión de comprar y sobre todo saber muy bien para qué lo vamos a querer y utilizar.
El iPad de 9ª generación es el idóneo para aquellos que quieren una tablet que se integre en el ecosistema de productos de Apple al menor precio posible. Ya no es tan barato como antes, pero sigue siendo perfecto si tu uso va a ser consumo de contenido multimedia, navegar por internet y pocas tareas más.
El salto al iPad de 10ª generación son palabras mayores. El lavado de cara que le ha dado Apple al tablet hacen que baile entre un gancho perfecto para aquellos que quieren un iPad básico pero, ya puestos, mejor con el nuevo diseño que las series y películas se ven y escuchan mucho mejor. Al tiempo, es un equipo altamente funcional, capaz, versátil y puede sustituir sin problemas a tu ordenador portátil de la universidad o de trabajo creativo a un nivel más bajo.
El iPad mini es una tablet más capaz que el nuevo iPad pero en un tamaño contenido. Las 8,3 pulgadas de pantalla son clave a la hora de elegir. Particularmente es mi favorito. Sus dimensiones le permiten llevarlo en un bolsillo de una chaqueta o abrigo, el lápiz permite tener un bloc de notas en cualquier parte y al ser tan compacto hace que sea cómodo ver series o películas en transporte público o viajes.
El iPad Air es quizá la elección más complicada y la más fácil a la vez. Está pensado para usuarios creativos a los que el iPad de 10ª generación se les pueda quedar corto en procesos como edición de vídeo, imágenes de alta resolución o bien quieran exprimir al máximo las capacidades del Apple Pencil (que aquí es de segunda generación). El usuario tendrá que pensar si quiere el nuevo iPad sin apellidos o si es exigente como para dar el salto al Air. Asimismo, ese planteamiento también se aplica a la hora de compararlo con el Pro: será la exigencia de trabajo que se desee hacer en el iPad lo que determinará si dar el salto a los modelos más ambiciosos del mercado.
Los iPad Pro son potencia desbocada. Están pensados para una carga de trabajo de usuarios de verdadero alto rendimiento y a los que la gran mayoría de público no va a sacar partido. Para editar vídeos con iMovie el Air va de sobra, no hace falta saltar al Pro, pero si tu trabajo se basa en editar fotos y vídeos de altísima resolución, animar en 3D, tomar mediciones con LiDAR, componer música profesional o programar procesos extremadamente complejos, el Pro es tu modelo. Dentro de los Pro la decisión de tamaño radica tanto en las dimensiones como en la calidad de la pantalla que se busque, será el usuario quien ya determine por ejemplo si desea un panel más reducido para, por ejemplo, ampliar el almacenamiento.
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