Nothing ha presentado esta semana sus nuevos auriculares, los Ear (stick). Si los Ear (1) venían a ser la alternativa a los AirPods Pro y el Nothing Phone (1) atacaba la experiencia de usuario del iPhone desde Android, el nuevo dispositivo de la compañía londinense llega directo para competir contra los AirPods 3. Para hacerlo apuesta fuerte por el diseño, buena calidad de sonido y un precio de 119 euros en España, 90 euros menos que la alternativa de Apple.
En su contra juega la inflación, que ha hecho que su precio de partida sea mayor que el precio original que tuvieron los Ear (1) —y por el que todavía se pueden encontrar en Amazon—, y la ausencia de cancelación de ruido con respecto a su primer producto.
Se ponen a la venta general el próximo 4 de noviembre, pero en EL ESPAÑOL - Omicrono los llevamos usando unas semanas para comprobar de primera mano si merecen la pena o si es mejor fijarse primero en otras opciones mejores en el mercado.
Un diseño extraordinario
Lo más llamativo de los Nothing Ear (stick) es su diseño y no es casualidad. La compañía que dirige Carl Pei, y entre cuyos fundadores está el español David Sanmartín, tiene en el diseño diferencial, útil y con sentido una de sus piedras angulares. El propio Pei lo reconocía en una entrevista a este periódico: "todos los productos de Nothing tienen que ser reconocibles a dos metros de distancia sin mirar el logotipo". No es concebible un producto con mal diseño dentro de la compañía y por eso también han sido reconocidos como el mejor diseño del año por Omicrono y El Androide Libre.
Los Ear (stick) no dejan indiferentes. No se pueden comparar con ninguna otra alternativa del mercado. Evitan clonar el aspecto de los AirPods para, con un diseño semitransparente, que marcan su propio carácter y servir de alternativa única en un mercado donde hay cada vez más auriculares inálambricos que fotocopian a la competencia.
Aquí se agradece no sólo el aspecto de los Ear (stick), sino también cómo quedan en la oreja. La compañía explica que ha hecho centenares de pruebas para ajustarlos lo mejor posible a la gran mayoría de pabellones auditivos y lo cierto es que quedan bien pese a no contar con la almohadilla que sí tenían los Ear (1).
La ausencia de almohadilla en estos auriculares abre el mercado a esos usuarios que no la soportan en su oído. No son pocos quienes prefieren prescindir de la cancelación de ruido activa —donde la almohadilla es fundamental para aislar el sonido— por una mayor ligereza y menor presión en su oreja. Pesan sólo 4,4 gramos y no dan la sensación de que se vayan a desprender en ningún momento. Pese a que corramos o movamos la cabeza con ellos, no se caen y aguantan en la oreja sin problema.
Sin embargo, más allá de la almohadilla, el mayor cambio en el diseño con respecto a la generación anterior es la forma de interactuar con ellos. Si en los Ear (1) se hacía a través de una superficie táctil que permitía controlar la música, ahora se hace a través de un botón en la patilla —al puro estilo de los AirPods— que, pellizcando, podremos gestionar la reproducción, el volumen o las llamadas. Lo hace adelante con una respuesta háptica muy bien resulta y que resulta en un paso hacia adelante en experiencia de usuario.
El otro punto diferencial del diseño es su estuche. Si en sus anteriores auriculares teníamos una caja cuadrada transparente como ningún otro fabricante dispone en el mercado, ahora apuesta por una forma cilíndrica con un genial sistema giratorio que permite resguardarlos del polvo y suciedad.
El estuche que los carga, cuenta con unas dimensiones más compactas que la caja de los Ear (1) (87,1 mm, 29,8 mm, 29,8 mm de alto, ancho y fondo, respectivamente y un peso de 46,3 g) que hace que sean muy cómodos de llevar en el bolsillo. Esta funda no sólo es transparente, sino que cada detalle está cuidado al extremo con colores, texturas y sensaciones que le convierte en un producto muy premium pese a su coste.
Pese a su tamaño compacto, el rendimiento de la batería es muy bueno. Su autonomía ronda las 7 horas de tiempo de escucha con una carga, un tiempo que se amplía hasta las 29 horas con el estuche de carga. Éste cuenta conexión USB-C y permite tener una autonomía de 9 horas en los auriculares con sólo ponerlos a cargar 10 minutos. El mensaje es claro: los vas a querer puestos todo el día.
Sonido premium
Tan premium como su diseño es su calidad de sonido. Es el otro gran punto fuerte de los Ear (stick). No esperarías lo bien que suenan pese a situarse en este rango de precio y no contar con la ayuda que el aislamiento de la almohadilla de silicona y la cancelación de ruido aportan a la experiencia de escuchar música en cualquier parte.
Para hacerlo, los nuevos auriculares de Nothing cuentan en su interior con un gran driver de 12,6 mm diseñado ad-hoc para estos auriculares. El reto de la compañía aquí no sólo ha sido integrar el driver de gran tamaño en un dispositivo que busca ser lo más compacto posible, sino que tengan la suficiente sensibilidad como para reaccionar de manera correcta y siendo fiel a la música en todas la frecuencias posibles.
La sensibilidad del driver permite captar y amplificar los detalles más pequeños gracias a un juego de imanes mejorados que crean un mayor flujo magnético para aumentar la potencia de sonido —no vas a tener que ponerlos al máximo casi nunca—, así como la sensibilidad del sonido. De esta forma, ofrece una experiencia de sonido auténtica
y de alta calidad.
El resultado es fantástico. Devuelve unos graves profundos, agudos cristalinos y la capacidad de percibir detalles que en condiciones normales no percibiríamos con otros rivales de la competencia en este rango de precios. Incluso poniendo el volumen al máximo la distorsión es mínima. Nothing explica que para lograrlo se ha hecho con un diafragma fortalecido con un revestimiento especial que busca que el sonido sea realista en cualquier circunstancia. Y es un acierto.
Una de las mejoras para optimizar la calidad de sonido con el diseño medio intrauditivo de los auriculares es la incorporación de tecnología Bass Lock, que busca que no se pierda sonido hacia afuera del oído. Se trata de un software que detecta la pérdida de graves mientras se usan los auriculares, ajustando la curva del ecualizador al nivel óptimo en tiempo real. Igualmente, desde la aplicación móvil, se puede ajustar el ecualizador al gusto del usuario.
Por otro lado, siguen contando con la tecnología Clear Voice que combina un algoritmo junto con el juego de micrófonos para captar y filtrar los ruidos fuertes del fondo durante las conversaciones. Logra aislar y amplificar la voz en llamadas, especialmente cuando estamos en la calle y corre el aire o si estamos en situaciones con bullicio en nuestro entorno.
¿Me los compro?
Los Ear (stick) llegan un momento económico complicado que hace que su precio, pese a ser competente, no sea un reclamo tan rompedor como sí sucedió con los Ear (1) en 2021. Sin embargo, compensa esa debilidad con un diseño y una calidad de sonido excepcional, no se encuentran en auriculares de la competencia en el mismo rango de precios.
Los nuevos auriculares de Nothing van directamente contra los AirPods de Apple. Funcionan igual de bien con el iPhone que con Android, aunque se integran mejor con el Nothing Phone (1) pudiendo disponer de un modo de baja latencia. La empresa busca un sistema integrado tan bueno como el de la compañía de Cupertino y poco a poco lo va construyendo.
En cualquier caso, ¿son para mi? ¿merecen la pena? Si eres de los que no soporta la almohadilla en el oído y quieres unos auriculares que suenen bien, con gran batería y un diseño único en el mercado, los Nothing Ear (stick) son una de las mejores opciones que puedes encontrar. Sin embargo, si echas de menos la cancelación de ruido o la carga inalámbrica, en ese caso yo me iría a los Ear (1), la versión lanzada el año pasado que sigue siendo una gran opción actualmente.
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