Los robots aspiradores se están convirtiendo en un electrodoméstico más de muchos hogares en España. Compañías que poco tenían que ver con este producto los están sumando también a sus catálogos, pero si hay una marca que se relaciona con este mercado es iRobot. Sus Roomba son de los más conocidos y cada año suman nuevas funciones para ser los más avanzados y esquivar toda clase de obstáculos en la casa.
Inteligencia artificial y diseño, con esta combinación iRobot pretende destacar por encima de las demás marcas gracias a su nuevo robot 2 en 1, aspirador y friegasuelos que promete no manchar las alfombras ni tragarse los calcetines o juguetes esparcidos por el piso. Esto lo consigue con algoritmos más inteligentes y con un mecanismo extensible.
En EL ESPAÑOL-Omicrono hemos estado más de un mes probando la Roomba Combo J7+, que se ha lanzado por 999 euros. Para ello hemos llenado la casa de alfombras y creado un complicado circuito de obstáculos para conocer los límites de este nuevo robot. Para bien y para mal, nos hemos llevado una sorpresa; donde iRobot dice que es bueno, lo es sin duda, pero por el camino hemos encontrado ciertos detalles que han hecho la experiencia un poco agridulce.
El amigo de las alfombras
El truco bajo la manga que hace único este modelo, es su mopa extensible. Roomba no es la única empresa que ha apostado por elevar la mopa para proteger a las alfombras y moquetas de manchas de agua y jabón difíciles de quitar. Sin embargo, con este nuevo diseño es la que ofrece una solución más elaborada.
Con el mecanismo replegable la mopa pasa de estar a ras de suelo a guardarse en lo alto de la Roomba, como un techo descapotable. El sistema se pliega y repliega en unos tres segundos con seguridad y fuerza.
En ningún momento he visto que se quedara atascado o diera indicios de fallo, claro que cuanto más movimiento requiere un mecanismo, más riesgo se asume a que con el tiempo falle. La colocación de la mopa es sencilla (en la caja vienen dos) y el robot trae consigo un bote de jabón de 118 ml para mezclar con agua el depósito. Con el tiempo, iRobot sumará productos de limpieza fácil de encontrar en el supermercado a su lista de líquidos admitidos.
El robot, sabiendo ya el mapa de la casa, primero se dedica a aspirar la zona delicada y después recorre el resto del suelo con la mopa desplegada para ser más eficiente y no desgastar el mecanismo sin necesidad. No obstante, las veces que lo hemos puesto a prueba, incluso con el nivel de fregado al mínimo, ha dejado algunas gotas en el suelo allí donde ha guardado o desplegado la mopa, marcas que dejan huella según el tipo de suelo.
Lo bueno del sistema, como veremos más adelante, es que desde la aplicación se puede concretar todo el mapa de la casa para ajustar aquellas zonas donde más se necesita una aspiración potente o donde no queremos que use la mopa por miedo a que el suelo no resista.
Aunque, sin duda, el diseño le posiciona con ventaja frente a otros robots capaces de aspirar y fregar al mismo tiempo, la Roomba no se ha llevado bien con todas las alfombras de la casa. Para ponerla a prueba, he sacado todas, hasta las más viejas.
Las gruesas y firmes las sube con facilidad y aspira sin mucho problema, pero aquellas con flecos y delgadas, si no están pegadas al suelo con algún tope, las arrolla hasta crear un 'burruño' que acaba impidiendo seguir con la limpieza.
Esquivando obstáculos
Una vez familiarizados con los sistemas de aspiración y fregado, le toca el turno al reconocimiento de obstáculos. Como ocurre con la mayoría de robots, el Combo J7+ necesita un tiempo para familiarizarse con el entorno. La aplicación recomienda con un primer rastreo sin usar el aspirador o la mopa.
Para 115 metros cuadrados de casa, ha necesitado casi dos horas de reconocimiento en el que hay que tener mucha fe mientras ves al robot chocar con todos los muebles y objetos de la casa, embestir puertas y paredes. Un periodo de exploración en los que ha hecho falta proteger con el zapato las patas y bajos de los muebles más delicados.
Las generaciones jóvenes que amueblamos principalmente con Ikea le damos menos importancia a esto, pero en casa de mi abuela duraría un respiro al tercer golpe que le diera a una mesilla, cómoda o estantería con más años de los que tenemos todos los nietos juntos. Es cierto que cuenta con un amortiguador en la parte frontal para suavizar los choques, gracias al cual no ha dejado ninguna marca o arañazo.
Según va explorando y limpiando el terreno va dibujando con mayor precisión el mapa de la casa, pero tras horas de uso, sigue chocando innecesariamente con paredes y puertas. Es cuestión de tiempo y paciencia, además de tener una casa lo más despejada posible de muebles y objetos, además de medir que no haya espacios en los que pueda quedarse atascada por sus dimensiones de 33,8 x 8,7 x 33,9 cm. Con la app esas áreas se pueden bloquear.
Eso sí, iRobot nos permite no ser extremadamente ordenados. La marca ha conseguido que detecte calcetines, juguetes y otros objetos por el suelo. En vez de arrastrarlos o tragárselos, los rodea.
En modelos anteriores se añadió la opción de evitar los regalos que dejan las mascotas cuando no se las saca a tiempo a dar un paseo. Cualidades impresionantes y muy útiles si se tiene mascotas, niños pequeños o simplemente se es algo despistado.
No obstante, esta inteligencia me hace preguntarme, ¿por qué es capaz de detectar un calcetín tirado en el suelo y no que está llegando a un mueble o pared y no tiene que golpearlo? Otro detalle relacionado, es que a su base no se acerca, aunque se coloque en un espacio amplio como indican las instrucciones, la Roomba no se aproxima ni golpea su propia base como sí hace con paredes o armarios. Por supuesto, esto significa que tampoco aspira ni friega el suelo cercano.
Entre las innovaciones que la marca va añadiendo a su aplicación, otra útil es la de pedirle que no entre a limpiar en una habitación en pleno trabajo, para no molestar mientras se ve la tele, por ejemplo. Por el contrario, si se quiere pedir un nuevo encargo, dejando a medias otro, la máquina se desconcierta y debe volver a la base para cerrar y empezar una tarea nueva.
Mantenimiento y carga
No es algo exclusivo de este modelo, pero la base es una de las partes más positivas en los robots aspiradores. Es verdad, que ocupan espacio, pero allí descargan toda la suciedad y llenan la batería de 4.400 mAh de forma automática para poder olvidarse de ella durante muchas semanas.
Si el robot ya tiene integrado el mapa de tu casa y lo completa sin incidencias, la base permite programar la rutina durante meses. Solo sería necesario, en este caso, recargar el depósito de agua y jabón. Así como repasar de vez en cuando aquellas zonas a las que no tenga acceso la máquina por falta de espacio.
En cuanto al mantenimiento, no necesita mucha atención, salvo el repuesto del depósito cuando lo indica la app del móvil y limpiar la parte baja cada cierto tiempo. Tras una primera semana de uso se había enrollado un mechón de pelos bajo el tornillo de la hélice. En casas con mascotas o con personas con el pelo largo, es necesario prestar atención a este punto débil.
¿Me lo compro?
Si ya has tenido una Roomba en casa que hayas conseguido domesticar y para ti estos robots son prácticos, las nuevas funciones que ha incorporado la compañía son un plus interesante en su catálogo. Frente a una casa amplia y despejada con espacios para poder moverse con libertad, este modelo se adelanta al resto del mercado a la hora de proteger más las alfombras y los objetos que dejes tirados.
Sus 999 euros son una inversión considerable que promete años de limpieza diaria, liberando al usuario del cuidado más engorroso de una casa, aunque no evita que se necesite cada cierto tiempo realizar una limpieza en profundidad en aquellos rincones a los que no alcanza.
No he tenido la mejor de las relaciones con este robot aspirador, sobre todo las primeras semanas en las que ambos nos hemos familiarizado el uno con el otro, pero no se le puede negar que las mejoras aplicadas en diseño y software tiene un gran potencial.