Más allá de las gafas de realidad aumentada y virtual, existe una tercera vía: la realidad asistida. Uno de los máximos exponentes de esta tecnología en la actualidad son las Oppo Air Glass 2, la segunda generación de una saga de gafas que la compañía ha traído por primera vez a España para que se puedan probar en el Mobile World Congress que se celebra en Barcelona estos días.
En EL ESPAÑOL - Omicrono hemos podido probarlas de primera mano para experimentar qué es eso de la realidad asistida y qué aplicaciones pueden tener en el día a día. Porque de todas las que hemos visto, estas son sin duda las más discretas y elegantes.
En la presentación de las gafas, Oppo recalcó que son las primeras del mundo de su tipo que incluyen lentes de resina con guía de ondas ópticas. Esto permitirá que los usuarios adapten su graduación para corregir la visión y, además, incorporar una serie de microproyectores LED para mostrar toda la información.
Esta nueva generación consigue un peso total de 38 gramos, una diferencia prácticamente imperceptible respecto a unas gafas de pasta tradicionales. El año pasado la compañía mostró en el MWC una primera versión mucho menos afinada consistente en un monóculo que se colocaba encima de las lentes del usuario. Nada que ver con la experiencia que proporcionan las de este año.
Gafas vitaminadas
Lo primero que salta a la vista de las Oppo Air Glass 2 es que son unas gafas normales y corrientes. Puestas sobre una mesa, tan solo destacarían a los ojos más entrenados por tener unas patillas un poco más gruesas que una montura tradicional y algún reflejo verde que aparece según el ángulo.
Precisamente en esas patillas es donde Oppo coloca todo lo necesario para controlar la interfaz de usuario, de la que luego hablaremos. Cuenta con un panel táctil capacitivo en la patilla derecha para ir navegando entre las aplicaciones. Al pasar el dedo a lo largo se van mostrando todas las funciones disponibles actualmente. También dispone de un botón físico para regresar al menú y a la pantalla principal donde se muestra la hora, la fecha y el nivel de carga de la batería.
La experiencia es un tanto extraña al principio por no saber muy bien dónde enfocar la vista al tener una interfaz —muy fina, todo hay que decirlo— delante del mundo exterior. Pero el cerebro se acostumbra muy rápido y termina pasando de forma ágil un plano al otro. Tampoco es necesario tener siempre activada la proyección de contenidos ya que eso agotaría la batería en unas 2 horas.
El teleprónter es una de las —pocas— funciones que Oppo tiene activas en la versión de Air Glass 2 que ha mostrado. Basta con sincronizar las gafas a un teléfono móvil, subir el texto en la aplicación y luego iniciarla dentro de la interfaz. Se muestra el texto en las pantallas integradas dentro de las lentes y se puede ir navegando entre las páginas deslizando el dedo en la patilla derecha para ir avanzando con el discurso.
También está activa la función de reproducción de música. Las gafas tienen 2 altavoces colocados uno en cada patilla desde donde se puede escuchar audio en estéreo. Esto abre la puerta, junto a los micrófonos, a realizar llamadas de voz empleando las gafas como si fueran unos auriculares Bluetooth conectados a un teléfono móvil.
La última aplicación que Oppo tiene disponible en esta versión de las gafas es el tiempo, también sincronizado a la ubicación del teléfono al que está emparejado. Muestra en este caso la temperatura actual, la máxima que se espera y la condición meteorológica del momento.
Infinitas posibilidades
Dentro de la interfaz, muy simple, minimalista y únicamente proyectada en color verde, Oppo quiere ir incorporando algunas funciones que ayuden al usuario en su día a día. Quizá una de las más llamativas es la traducción simultánea que recogerá la voz del interlocutor gracias a los micrófonos y proyectará en texto lo que está diciendo en el idioma deseado.
Desde la marca han informado que pronto también estará disponible una función de navegación paso a paso. El usuario solo tendrá que abrir en el teléfono móvil la aplicación de mapas, elegir el destino y posteriormente seguir las instrucciones que se mostrarán en las gafas de forma muy simplificada. Con flechas para indicar los giros y las distancias.
Otra posibilidad que se abre es algún tipo de integración con la salud. De hecho, la versión de las Air Glass incorpora una aplicación llamada Salud que por el momento no está activada y una tienda de aplicaciones que tampoco, aunque la intención es abrir a que los desarrolladores puedan utilizar las gafas como una plataforma más.
Además de la absoluta discreción con la que se llevan puestas, las aplicaciones para el día a día de este tipo de gafas son prácticamente infinitas. Tener una interfaz tan sencilla tiene sus ventajas al no entorpecer —demasiado— la visión y permitirán al usuario apartar la mirada de la pantalla del móvil en algunos escenarios delicados como en los paseos diarios.
Igualmente la curva de aprendizaje es ínfima. Bastan 5 minutos para acostumbrar al cerebroa dónde tiene que enfocar dependiendo de las necesidades. Y, por supuesto, que se puede apagar la proyección de la información en cualquier momento y continúan siendo una gafas tradicionales con la graduación necesaria. Desde luego que tiene mucho potencial y seguramente veremos versiones todavía más refinadas y con más que ofrecer dentro de poco.
Así que, puestos a tener que llevar gafas obligatoriamente durante el resto de mi vida, lo mejor es que sean inteligentes. Las funciones y aplicaciones que tienen previsto incorporar a corto plazo pueden ayudar mucho en el día a día de forma discreta, cómoda y nada invasiva en la visión como sí ocurre en otros dispositivos que aíslan más.