Ahora que los móviles quieren ser tablets, los ordenadores de sobremesa quieren ser miniPCs y los portátiles quieren ser bestias para alegría de los gamers, nada mejor que buscar dispositivos que puedan satisfacer varias necesidades a la vez. Entre ellos, desde su presentación oficial en 2012 para hacer frente al iPad de Apple, las Surface de Microsoft han ido ganando terreno, también en España, hasta convertirse en una de las mejores opciones para aunar las ventajas de una tablet con la potencia y versatilidad de un portátil.
La compañía de Redmond ha ido perfeccionando y estilizando su propuesta sin salirse de unos límites autoimpuestos, hasta conseguir equipos muy reconocibles que se caracterizan por su fiabilidad y comodidad, más aún desde que corren con Windows 11. Y la Surface Pro 9 no iba a ser menos: una réplica casi exacta del modelo anterior, pero que mejora en aspectos clave, como los procesadores de intel de 12ª generación y la duración de la batería, que se amplía a las 15,5 horas (aunque, como veremos más adelante, es una estimación muy optimista).
En las dos semanas que he podido probar la Surface Pro 9 en su versión básica, con procesador i5 de 12ª generación, 8 GB de RAM LPDDR5 y 256 GB de disco duro SSD, que ahora se puede encontrar por 999 euros en Amazon, se ha convertido en una gran herramienta de trabajo complementaria.
Una 'compañera' indispensable en tiempos de teletrabajo, gracias a su ligereza y su potencia, pero que también ejerce de útil dispositivo para realizar videollamadas o disfrutar de películas, series o videojuegos a través de plataformas como Game Pass. Lo que es imprescindible para sacarle todo el partido es el teclado y el lápiz digital, que se venden por separado por 280 euros.
Un clásico (poco) renovado
Las marcas pasan años buscando un diseño que les defina, afinando el tiro hasta que dan con el producto deseado. En el caso de la Surface, Microsoft ha ido mejorando las especificaciones de este dispositivo mitad tablet, mitad ordenador portátil, y con su última iteración se mantiene fiel a lo conseguido hasta ahora.
La Surface Pro 9 sigue siendo una tablet de poco menos de 1 cm (9,5 mm) de grosor, con un peso de 879 gramos, y un práctico pie de apoyo integrado en la parte trasera. Como es habitual en los productos Surface, el acabado es ejemplar y el mecanismo de soporte no deja lugar a dudas sobre su longevidad y versatilidad, ya que se puede graduar desde los 10 hasta los 180 grados para ofrecer la máxima comodidad al usuario.
Para transformar esta tablet en un portátil es necesario añadir su teclado retroiluminado con acabado Alcántara, que se imanta en la parte inferior y tiene integrado el soporte de carga del Surface Slim Pen 2. El teclado puede utilizarse plano o ligeramente inclinado, gracias a dos imanes que se adhieren al borde inferior de la pantalla. La experiencia de escritura es muy satisfactoria, aunque carece de rigidez y suena un poco hueco, especialmente cuando está inclinado, con el espacio debajo actuando como caja de resonancia.
El touchpad se queda un poco pequeño con respecto al de la mayoría de portátiles, aunque cumple su función. Sin darte cuenta acabas compensando su reducido tamaño utilizando gestos táctiles directamente sobre la pantalla, algo a lo que acostumbrarse si sueles trabajar con ratón.
La pantalla táctil Pixel Sense de 13 pulgadas ofrece una resolución FullHD, y mejora algo con respecto a la generación anterior en relación al brillo, aunque en exteriores o en interiores muy iluminados sigue siendo algo limitado. Tiene una frecuencia de actualización dinámica de 120 Hz y una gestión adaptativa del color. Se ve razonablemente bien, aunque habrá quien eche de menos la tecnología OLED.
Una de las características que diferencian la gama Surface de productos similares es su relación de aspecto, que es de 3:2, lo que aporta un espacio extra para gestionar distintas carpetas o aplicaciones. Es también la relación de aspecto por defecto de las fotos de muchas cámaras digitales y algunos móviles, lo que lo hace ideal para la edición. Eso sí, si lo quieres principalmente para ver series y películas, no te librarás de las barras negras, ya que el formato más habitual es el de 16:9.
En cuanto a las conexiones está algo limitada, más aún en esta ocasión, en la que se pierde el jack de 3,5 para auriculares. La conectividad se limita a dos puertos USB-C Thunderbolt 4 en el borde izquierdo. Los botones de encendido y volumen se sitúan en la parte superior, mientras que el conector magnético de alimentación sigue en el lado derecho de la pantalla. En el apartado inalámbrico, la Surface 9 Pro inaugura soporte para WiFi 6E y su banda de 6 GHz que llega a los 2,4 gigas por segundo, además del clásico Bluetooth 5.2.
El pack se completa con 2 altavoces Dolby Atmos de 2 W, que ofrecen un buen equilibrio entre bajos y graves. La webcam trasera de 10 megapíxeles (1080p, 4K) y una webcam frontal de infrarrojos de 5 megapíxeles, que permite la autenticación biométrica mediante la tecnología Windows Hello, merecen mención especial. Como es habitual en los dispositivos Surface, la calidad y la respuesta de las cámaras y los micrófonos en las videollamadas es sobresaliente, todo un seguro de vida en la era del teletrabajo.
Un interior mejorado
Modelo nuevo, procesador nuevo. Microsoft ha elegido la duodécima generación de procesadores Intel Core con versiones en i5 (el modelo del análisis) y en i7. Una apuesta segura que ofrece un gran equilibrio entre prestaciones y autonomía. No es una configuración para sacar el máximo partido de juegos muy exigentes, sino que está pensada para ofrecer versatilidad y productividad.
Además, con soluciones para jugar en la nube como Game Pass, ya no es necesario contar con una bestia gaming. En ese sentido, a la Surface 9 Pro se le puede sacar mucho partido con un mando de XBox One y una suscripción.
Si piensas darle un uso más intensivo, especialmente para edición de fotos y vídeo, el dispositivo más básico se queda un poco justo. Un Intel i7 y 16 GB de RAM son las recomendaciones mínimas para tener una buena experiencia, aunque en mi caso, para el uso habitual de navegación, trabajo con Google Docs y algún que otro uso multimedia, he tenido de sobra con la versión básica.
En cuanto al apartado de la autonomía, Microsoft asegura que esta llega a las 15,5 horas con un uso medio. En la práctica, sin pisar el acelerador en ningún caso y utilizando aplicaciones que tampoco tendrían por qué drenar en exceso la batería, no he conseguido que 'sobreviva' más de 8 horas. No es mal dato, da para una jornada de trabajo completa, pero se queda un poco justo si queremos exprimirlo al máximo.
El cargador de 65 W incluido es bastante compacto, algo que se agradece cuando toca transportarlo, y ofrece un puerto USB extra para alimentar un móvil, por ejemplo, algo bastante útil en según qué casos.
¿Me lo compro?
La Microsoft Surface Pro 9 funciona a la perfección como sustituta de un ordenador portátil. Como usuario he agradecido mucho su tamaño reducido y su ligereza, que permite llevarla con comodidad en la mochila, así como el desempeño de sus accesorios, tanto el teclado como el lápiz óptico, muy útil para tomar notas. En cuanto a su uso como tablet, sigue siendo algo limitado, salvo para usos muy puntuales.
El modelo de Microsoft Surface Pro 9 con Intel Core i5, 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento SSD que he podido probar tiene un precio de 1.137 euros en la web oficial y 999 en Amazon. Por su parte, la versión más avanzada con el Intel Core i7, 32 GB de RAM y 1 TB está disponible por 2.681 euros, que lo asemejan a un portátil de muy alta gama. A ellos hay que añadir los 280 euros del pack que incluye el teclado y el Surface Slim Pen 2.
No está entre los convertibles más asequibles, pero dada la dilatada experiencia de Microsoft con esta gama y el excelente equilibrio entre rendimiento y autonomía que la caracterizan, se trata de una apuesta sobre seguro. Una manera de tener dos dispositivos en uno, para ir a cualquier parte con ellos sin complicaciones ni sorpresas.
También te puede interesar:
- Un portátil fabricado con fibra de lino, el innovador diseño de lo último de Lenovo en el MWC
- He probado el portátil chino que rivaliza con el MacBook: una bestia potente y premium
- He probado la tablet de casi 13 pulgadas con la que ver pelis y series como en un cine portátil
- Primeras impresiones del nuevo portátil ligero de Samsung, la pareja perfecta del S23 Ultra