Los portátiles gaming han ido ganando cada vez más adeptos en España y en el resto del mundo. No es para menos, ya que aúnan lo mejor de los dos mundos: la potencia de un ordenador de sobremesa pensado para jugar y la portabilidad (según el modelo) para poder llevarte tu 'arma de combate' a cualquier lugar. Pero ¿qué pasa con esos portátiles ambiciosos que buscan no solo esto, sino ser el rey de tu escritorio a base de especificaciones y potencia bruta? Es lo que pretende el nuevo Razer Blade 16.
Dentro de los ordenadores portátiles para jugar hay varias categorías. Y una de las que más polarización generan son los portátiles gaming extremos. Los que presumen de tener un hardware tan bestia que son capaces de superar a cualquier ordenador de sobremesa que te puedas comprar incluso por su mismo precio. El Blade 16 lo hace integrando lo mejor en procesadores Intel y lo mejor en GPUs Nvidia; todo aderezado con características pensadas para los más jugones.
Eso sí, a un precio. Y es que este ordenador portátil viene con una etiqueta de precio que quitará el aliento a muchos: 4.199 euros en la web de la compañía. Un coste por el cual cualquier persona con los bolsillos suficientemente profundos podría montarse un auténtico monstruo de ordenador de sobremesa. ¿Realmente se justifica este altísimo coste? Y lo más importante: ¿realmente da la talla para los más exigentes?
Elegancia y sobriedad
Una de las cosas que menos me gustan de los portátiles para gamers es la estética. Si bien soy el primero al que le gustan las 'lucecitas' y el RGB, lo cierto es que no quiero llevarme al trabajo o a clase un ordenador que parezca una nave espacial. No solo por el bien de mi espalda, sino por no dar el cante, básicamente. Si algo aprecio de los portátiles de Razer es que se quitan todo esto de encima y buscan la absoluta sobriedad.
Esto es algo que se aplica en el Razer Blade 16. Adiós al RGB (o a casi todo): el chasis del dispositivo está enteramente pintado en negro, y el único elemento que se ilumina, además del teclado retroiluminado, es el logo de la compañía en la tapa trasera. Nada más. Como mucho, me he encontrado los puertos del ordenador pintados en el verde característico de la compañía, pero ya está. Y nos encanta.
Es un portátil robusto pero sobre todo elegante y con presencia. Tiene el RGB justo para los que quieren luces en su setup pero que no quieren tener las clásicas líneas agresivas en su portátil. Es un absoluto gusto llevar este portátil por ahí, ya que a la hora de usarlo como un sencillo ordenador, no desentonará. Llama la atención lo justo, y es algo que agradecemos sobremanera. Además, la rejilla para subir la tapa está poco integrada en el chasis, por lo que es complicado subir la pantalla.
No obstante, Razer se ha alejado de los diseños especialmente rectangulares de anteriores modelos. Vamos más allá: este Razer Blade 16 comparte bastantes similitudes con los últimos MacBook Pro M2 de Apple. La parte inferior del portátil es más gruesa, tiene más rejillas de ventilación y tiene las mismas líneas curvas de las variantes de la manzana. Es decir, Razer se ha fijado en la competencia para implementar estas ideas de diseño en su nuevo portátil. Y aunque peca de ser menos original, sin duda es una grandísima decisión.
Y aunque este diseño nos encante, no está exento de problemas. Para empezar, es un ordenador no apto para todas las mochilas. No es un monstruo que acabará con tu espalda, pero ni mucho menos es un ordenador al estilo ultrabook que podrás llevar fácilmente a una mano (por una buena razón, su hardware). Y es que pese a que su chasis es de aluminio T6 CNC anodizado, el dispositivo pesa 2,45 kilos, algo nada desdeñable.
Esto, por otro lado, tiene una ventaja: el Razer Blade 16 es un auténtico tanque. La construcción del portátil es sencillamente exquisita, con un acabado increíblemente premium y que además es brutal al tacto. Además, está protegido para soportar arañazos y signos de uso, por lo que aguantará mejor en el tiempo. Eso sí, tendrás que tener cuidado con las huellas, que se marcan bastante en el chasis.
Mención especial al teclado, el cual es otro gran punto positivo en este dispositivo. Teclas planas y con casi nula separación entre ellas, con un recorrido relativamente amplio pero sobre todo con una pulsación tremendamente suave. Esto ayudará a que nuestros dedos no se cansen en jornadas maratonianas de juego y trabajo, ya que apretar las teclas es sin duda una experiencia muy cómoda.
Una potencia sin límites
Una etiqueta de precio tan elevada como la que tiene este Razer Blade 16 solo puede significar una cosa: que la compañía no ha escatimado en absoluto en lo que a hardware se refiere. El que paga más de 4.000 euros por este ordenador busca potencia, y en absoluto se va a decepcionar.
Y es que este portátil está coronado, nada menos, que con una CPU Intel i9 de 13ª generación para portátiles, más concretamente el modelo i9-13950HX, uno de los más potentes de toda la familia. Un procesador de 24 núcleos y 32 hilos que puede alcanzar una velocidad máxima de 5,5 GHz en turbo.
Le acompaña una brutal GPU Nvidia RTX 4080, de lo mejorcito del panorama gaming actual. Todo coronado con una espectacular pantalla de 16 pulgadas de diagonal en formato 16:10 que en este modelo tiene resolución QHD y una tasa de refresco de 240 Hz, con tecnología Mini-LED. No faltan detalles como 64 GB de RAM máximos GDDR5 a 5.200 MHz y hasta 4 TB de memoria interna SSD PCIe M.2.
Este es, sin lugar a dudas, uno de los portátiles más potentes que ha pasado por mi mesa. La combinación del i9-13950HX y la RTX 4080 hacen que cualquier juego, por mucho que sea pesado o se pueda resistir, no sea ningún problema para el Razer Blade 16. De forma absoluta y definitiva, este Blade 16 puede presumir de tantísima potencia que asusta.
Pocas sensaciones hay mejores que iniciar un juego y poner todos los gráficos al máximo y superar holgadamente los 100 fotogramas por segundo. Hemos puesto a prueba este ordenador con juegos del calibre de Crysis (uno de los más pesados gráficamente) o Red Dead Redemption 2. También hemos jugado a todo tipo de títulos shooter como Call Of Duty: Warzone, Overwatch 2 o Fortnite: Battle Royale.
En la mayoría de ocasiones, el Razer Blade arrojará más de 120 o más de 150 fotogramas por segundo en cualquier juego. En los más pesados, como Crysis o Red Dead Redemption podemos superar los 70-80 con una calidad gráfica alta o casi máxima, y usando las tecnologías DLSS de reescalado por inteligencia artificial podemos, incluso, usar la tecnología de trazado de rayos. Lo hemos probado con, por ejemplo, Control. Y es sin duda una absoluta locura.
En Fortnite: Battle Royale superamos los 140 fps, y en Overwatch 2, superamos los 200 con ciertos ajustes gráficos. En títulos de menor carga gráfica podremos aprovechar los 240 Hz sin ningún problema, consiguiendo una fluidez extrema en el rendimiento. Es decir, que hasta los más exigentes podrán aprovechar la brutal potencia del Razer Blade 16.
Y que sea tan potente no solo refiere al gaming. Este ordenador portátil tiene la ventaja de que servirá para tareas de alto calado; renderización de vídeo, exportación de fotografías... Cualquier tipo de tarea de este estilo no será ningún problema para el Razer Blade 16, haciéndolo un portátil ideal para creadores de contenido que necesiten hacer trabajos on the go.
Pero Razer ha ido más allá. El Blade 16 integra un sistema completo de enfriamiento por cámara de vapor, además de añadidos como una placa de grafito, ventiladores dobles, etcétera. Y por si enfriar la CPU de esta forma no fuera suficiente, tenemos acceso a un sistema de overclocking para forzar todavía más el procesador y llevarlo a sus últimas consecuencias, consiguiendo todavía más desempeño.
Sencillamente, el Razer Blade 16 es una mala bestia que podrá satisfacer tanto los designios de los gamers más exigentes como los que quieren potencia bruta en cualquier parte. Estés o no en uno de estos bandos, lo cierto es que el portátil sabrá suplir absolutamente todas tus necesidades, y con nota.
Respecto a la batería, el Blade 16 integra un cargador de nitruro de galio (GaN) que suministra hasta 330 W de carga para mantener a tope nuestro Blade 16 a la hora de jugar. No es especialmente grande o pesado, por lo que podremos llevárnoslo sin problema en la mochila junto al portátil.
Por otro lado, la autonomía es bastante buena siempre y cuando no estemos jugando. Y es que la batería de 95,2 WHr nos permitirá exprimir este ordenador hasta unas 5 horas de corrido, pudiendo exprimirlo un poco en sus modos económicos. Como siempre, al jugar la autonomía se reducirá a menos de una hora. Todo ello con un conector de carga propietario; nada de USB-C o similares.
Experiencia multimedia
Muchos se suelen quejar de que jugar en un ordenador portátil es una experiencia algo limitada, usualmente debido al poco tamaño de las pantallas de algunos de estos ordenadores. Desde luego, no es lo mismo jugar en 15 pulgadas que en 50. Razer ha encontrado el equilibrio con un panel espectacular de 16 pulgadas que no es especialmente grande, pero sí lo suficiente como para que jugar no sea un problema.
Un panel que no solo servirá para jugar, sino para consumir contenido multimedia en alta calidad. Y es que usualmente los fabricantes priorizan la velocidad en los paneles de estos portátiles, sacrificando por el camino calidad de visionado. En este caso, Razer ha decidido echar toda la carne en el asador, integrando ventajas como tecnología Mini-LED, una cobertura de color del 100% del espacio DCI-P3 y HDR. Le acompañan unos brutales 1.000 nits de brillo.
Por este precio no podíamos esperar menos que la excelencia. Y Razer ha cumplido con nota. La pantalla del Razer Blade 16 es una auténtica delicia. Estamos ante un grandísimo panel que sabrá satisfacer a los consumidores multimedia, creadores de contenido y gamers más exigentes por igual. Es una pantalla vibrante, con un alto nivel de brillo y con grandes niveles de detalle, definición y rapidez.
Los colores se ven espectaculares, así como el rango dinámico y la precisión de los tonos. Además, es una pantalla tremendamente rápida; en ningún momento, incluso a 240 hercios, hemos notado ni un solo problema de lentitud o lag. Y gracias a su acabado mate, la pantalla se ve perfectamente incluso con incidencias de luz directas, siendo ideal para usarlo de día, por ejemplo.
Con esta pantalla matamos dos pájaros de un tiro, ya que además de jugador me dedico al multimedia. He podido editar todas mis fotografías y vídeos sin ningún tipo de problema, con una precisión brutal en la imagen. En definitiva, el panel del Razer Blade 16 sorprende en todos los aspectos posibles, y es sin duda alguna su gran baza.
Pero la pantalla no es lo único de lo que puede presumir el Razer Blade 16. Se le suma al panel un apartado sonoro espectacular, con unos altavoces embebidos a los costados del teclado compatibles muy potentes y vibrantes. Además, el Blade 16 es compatible con audio espacial THX, personalizable en el sistema. Es un gusto que este aspecto, muchas veces olvidado, sea clave en este ordenador de Razer.
El sistema operativo de este Blade 16 es Windows 11, como no podía ser de otra forma, pero aderezado con el buen hacer del software de Razer. Programas como Razer Synapse nos permitirán controlar prácticamente cada apartado del portátil de forma independiente; elegir el ratio de refresco de la pantalla, optimizar la salud de la batería o modificar el RGB del teclado son solo algunos ejemplos.
¿Me lo compro?
En el vacío, este Razer Blade 16 es un auténtico monstruo de grandes características. Es sin duda uno de los mejores portátiles del año para los que quieren no escatimar en absolutamente nada, y que quieren lo mejor en su mesa. No obstante, hemos de entender a quién va dirigido este portátil, y cómo se justifican esos más de 4.000 euros que cuesta el Blade 16.
Es cierto que por ese dinero es posible comprar por piezas un ordenador que más que probablemente sea incluso más potente que el Blade 16. La clave de este ordenador es que es un portátil. Y con un sobremesa, no puedes tener todas estas ventajas on the go. Si juegas lejos de casa, o sencillamente quieres un ordenador gaming ultra potente para las tareas del día a o día y requieres esa movilidad, entonces este Blade 16 no te decepcionará.
Y es que la gran baza de este portátil es que será la estación central tanto de tu escritorio como de tu mochila. Porque una vez vuelvas a casa y conectes tu Blade 16 a una pantalla, a un teclado y a un ratón, tendrás una auténtica máquina de guerra para jugar y trabajar. Y es ahí donde este portátil brilla.