Probamos los Nothing Ear (2): así es la alternativa más 'cool' a los AirPods Pro que cuestan la mitad
Nothing ha renovado sus primeros auriculares con los Ear (2): mejoran el sonido, la cancelación de ruido, manteniendo el precio y su icónico diseño.
22 marzo, 2023 16:35Nothing ha presentado los Ear (2) sus nuevos auriculares con cancelación de ruido que vienen a jubilar a su primer dispositivo, los Ear (1). Lo hacen basándose en los mismos puntos fuertes que hicieron despertar el interés de la joven firma londinense: un diseño impecable, un gran rendimiento y un precio ajustado a su calidad. Y es que ha decidido mantener el precio en los 149 euros que ya cuestan la generación anterior en España.
Aunque los Ear (2) se asienten sobre los mismos mimbres de la generación pasada, son un verdadero salto de calidad con respecto al modelo lanzado en 2021. En este tiempo la competencia se ha movido y el nivel de los auriculares inalámbricos ha avanzado considerablemente, con los AirPods Pro (de 299 euros) como referencia. Nothing no se quiere quedar atrás y ha subido el nivel, y de qué manera.
Los Ear (2) llegan centrándose especialmente en la calidad de sonido con audio en alta resolución, pero también mejorando la experiencia de la cancelación de ruido —con una mayor capacidad de aislamiento y perfil de usuario—, así como conexión dual para conectarse a dos dispositivos al mismo tiempo. En EL ESPAÑOL - Omicrono los hemos probado durante las últimas semanas para ver si realmente merecen la pena, si es mejor mantener la generación anterior o apostar por los Ear (Stick), que son algo más baratos.
Un diseño icónico
A primera vista los nuevos Ear (2) parecen no haber cambiado. Y es aquí donde reside uno de los puntos fuertes de la marca: el reconocimiento, ser un icono. En una entrevista a este periódico Carl Pei, cofundador y CEO de la compañía, explicaba que la ambición del diseño de Nothing es que sus productos fuesen reconocibles a varios metros, apostando siempre por una terminación transparente.
Los Ear (2) siguen siendo igual de reconocibles que la generación anterior. Son transparentes, con detalles en blanco y negro, un sello blanco o rojo para detallar en qué oreja va cada auricular, así como una circuitería que se deja ver. La ambición es que la tecnología vuelva a emocionar; que tenga esa mezcla de magia y mito que tenía en los 90. Nothing es fiel a su esencia y su diseño sigue funcionando.
Su diseño trae más cambios de los que parece a simple vista. Aunque el rediseño clave no se ve, pues está en el interior de los auriculares. Ahora se ha incluido una nueva forma de combinar materiales en el driver dinámico de 11,6 mm con un diafragma personalizado para conseguir un rendimiento acústico mejorado. Continúa apostando además por un diseño único de doble cámara que es el que permite crear un espacio más grande para un flujo de aire y pueda tener un mejor sonido.
El principal cambio que notaremos en los auriculares es la forma de interactuar con ellos. Si en la primera generación se podía gestionar la cancelación de ruido, las llamadas, la reproducción de música o el volumen deslizando el dedo sobre la patilla, ahora se hará pellizcando la parte inferior de la misma. Un sistema que hereda de los Ear (Stick) y que replica a cómo funcionan los AirPods Pro de Apple. Personalmente prefería el sistema anterior para subir y bajar volumen, aunque con el nuevo se pueden personalizar igualmente los pellizcos para tener diferentes funciones.
El otro gran cambio que notaremos está en su estuche de carga. Nothing ha refinado y compactado la carcasa que sirve para transportar y cargar la batería de los auriculares para hacerla más pequeña y ligera. Ahora ocupa menos espacio y se podrá llevar, por ejemplo, en el bolsillo de las monedas de los vaqueros.
El rediseño que compacta el dispositivo no sacrifica la carga inalámbrica, teniendo ahora una velocidad de carga de 2,5W; aunque con cable se puede tener 8 horas de reproducción enchufándolos sólo 10 minutos. Con respecto a la autonomía, Nothing promete 22,5 horas (con estuche) de reproducción continua con cancelación de ruido y 4 horas para los auriculares. Asimismo, disponen de certificación de resistencia al agua IP54 para sus auriculares, mientras que el estuche de carga es IP55 para mayor tranquilidad.
Excelencia de sonido
El mayor salto de los Ear (2) está en lo importante: en cómo se escuchan. De una generación a otra la compañía ha subido el nivel de sus auriculares más premium para llevar el audio de alta resolución a sus auriculares, lo que permite tener una experiencia completamente inmersiva en la música más allá de la cancelación de ruido.
El nuevo modelo cuenta con certificación de audio de alta resolución con el códec LHDC 5.0, que garantiza que incluso los detalles de sonido más finos se escuchen con una nitidez increíble. A nivel de audio se ponen al nivel de los mejores auriculares inalámbricos del mercado que cuestan dos o tres veces más.
La combinación del poliuretano y el grafeno usados para el nuevo driver dinámico permiten conseguir frecuencias altas más ricas y detalladas al tiempo que los graves son más profundos y suaves, no rebotan ni distorsionan. Es de aplaudir la fidelidad del sonido, no buscan impostar el audio para dar una mayor sensación de potencia o desempeño, sino que buscan —y consiguen— reproducir la música tal y como el artista la grabó.
Eso sí, Nothing es consciente de que cada oído es único. Por ello, sus nuevos Ear (2) llegan con la posibilidad de establecer perfiles de sonido para adaptar la experiencia auditiva a cada usuario. Para hacerlo, habrá que hacer la primero la prueba de ajuste de sonido desde la aplicación Nothing X que permite elegir qué almohadilla es la más conveniente para que selle el canal auditivo. Una vez determinada, los usuarios realizan una prueba de audición que determina la sensibilidad a cada frecuencia y configurará el ecualizador en consecuencia, realizando una compensación dinámica en tiempo real del contenido que se reproduzca.
Más allá del sonido, la cancelación de ruido también ha mejorado. Aunque sobre el papel mantenga la marca de los 40 decibelios ahora es capaz de aislarnos más del mundo para permitir concentrarnos en la música, sin embargo, los Ear (2) vienen ahora con un modo adaptativo detecta distracciones del entorno y ajusta automáticamente los niveles de cancelación de ruido en consecuencia. No hace falta cambiar el volumen.
Aunque la cancelación de ruido ha dado un salto hacia adelante, sigue estando por detrás a nivel de aislamiento de auriculares como los AirPods Pro, los Bose QuietComfort II o los Sony WF-1000XM4, auriculares más avanzados y caros, pero con los que los Ear (2) aspira a competir a mitad —o más— de precio. En cualquier caso, si tenemos en cuenta la calidad y precio, está entre los mejores de la clase.
Además ahora el usuario puede ahora personalizar la cancelación de ruido. Para hacerlo, el sistema es parecido a la ecualización personalizada a través de la aplicación Nothing X, pero aquí el sistema detecta la pérdida de sonido basada en 7 filtros de audio.
¿Me los compro?
Los Ear (2) son el primer dispositivo de segunda generación de Nothing. Un relevo con sentido, que trae mejoras donde hacían falta pero sin perder la esencia que había convertido en tan especial al primer producto. Los nuevos auriculares son una de las mejores opciones que se pueden encontrar en el mercado, tanto en rendimiento, calidad y diseño, como en la relación con su precio.
Los 149 euros por los que llegan a España (desde el 28 de marzo en venta general) son una verdadera apuesta por contener el precio en un mercado en el que la inflación también se nota. No sólo los smartphones han subido de precio, también lo han hecho la mayoría de dispositivos de consumo. Nothing lo hizo en octubre y ahora ha contenido una nueva subida.
En suma, los Nothing Ear (2) se colocan como uno de los mejores auriculares del mercado, con personalidad propia y con una ambición de que el usuario se olvide de alternativas más caras ofreciendo todo lo que se puede desear en un dispositivo de este tipo. Nothing sigue así marcando una senda clara de cómo volver a hacer ilusionar con la tecnología.