Si usted empieza a peinar canas como quien escribe, seguro que recuerda a Robotina, la carismática sirvienta robótica de la familia Jetson, los dibujos animados creados por Hanna-Barbera que en España fueron bautizados como Los Supersónicos. Este adorable autómata era la piedra angular de la familia de clase media que la ficción ubicaba en el año 2062. Era capaz de controlar todas las necesidades del hogar para hacer más fácil la vida de todos los integrantes de la casa. Y es justo esa la sensación que se siente al interactuar en primera persona con Astro, el robot doméstico de Amazon.
Astro es un adorable robot para casa. Uno de los proyectos más avanzados y ambiciosos de Amazon que, aunque se lanzó en septiembre de 2021, tiene el estatus de producto Day 1, o lo que es lo mismo; se comercializa bajo un programa de invitación con el compromiso de los consumidores de dar feedback del desarrollo. Una forma de introducirlo al mercado a pequeña escala para poder probar de lo que es capaz, pero al mismo tiempo siendo conscientes de que este es un punto de partida, no la versión de masas.
Así lo deja ver Ken Washington, vicepresidente de Amazon consumer robotics en un encuentro en las oficinas de la compañía en Seattle (EEUU) en el que pudo estar EL ESPAÑOL - Omicrono. "Nuestra previsión es que en 5 o 10 años estos robots sean totalmente habituales en casa. Todos los hogares tendrán al menos uno, serán uno más en cómo entendemos el hogar".
El futuro de Amazon pasa por el hogar ambiental, que su asistente digital Alexa sea capaz de entender el entorno, reaccionar a lo que le rodea. Adelantarse a las necesidades que va a tener el usuario de una forma proactiva, sin necesidad de esperar a que se le solicite. Ese es el futuro que Amazon ve y en el que llevan trabajando de la mano de sistemas de inteligencia artificial desde hace meses, mucho antes de la popularidad de ChatGPT, explica Dave Limp, vicepresidente senior de dispositivos y servicios de Amazon, a este periódico.
Esta mejora a través de inteligencia artificial ha hecho que la vinculación que los usuarios sienten con Alexa haya crecido un 30%. Se fían más de ella, explican en la compañía. Sin embargo, la conversación con el asistente inteligente es sólo el punto de partida, una forma de delegar en las máquinas que Astro lleva a un nivel muy superior. Siendo aún así conscientes que la próxima versión en desarrollo del robot aspira a mucho más.
Un robot con personalidad
Si algo caracteriza a Alexa sobre el resto de asistentes inteligentes del mercado es su personalidad. En Amazon son conscientes y han querido llevar esta singularidad a Astro, con un matiz: no deben de ser iguales. Tiene que haber una separación clara entre Alexa y Astro. Es por ello por lo que aunque ahora mismo el robot se basa en Alexa, e interactuar con él es como hacerlo con una versión extendida del conocido asistente, en el futuro tendrá personalidad propia y las diferencias entre ambos estarán más claras.
Lo cierto es que aún así al relacionarnos con Astro uno se encuentra con particularidades y gestos a los que un dispositivo Echo no llegará jamás. Interactuar con él es más parecido a hacerlo con una mascota que con un electrodoméstico, y es que aunque ya tenemos robots conectados en casa —veáse la Thermomix o el lavavajillas—, Astro quiere ser nuestro mayordomo. Nuestro aliado en casa para llegar a donde no podemos hacerlo nosotros —o directamente no nos apetece—.
Astro aguarda cargándose en su base hasta que se le requiere o hablamos con él, en ese momento vendrá moviéndose con agilidad por la casa gracias a sus dos grandes ruedas delanteras y una tercera trasera que le hacen pivotar para, sigilosamente, llegar a cualquier parte del hogar donde le solicitemos.
Es agradable la relación con él en la distancia que mantiene con la persona en casa cuando le sigue. No te atosiga acercándose demasiado ni se queda demasiado descolgado de la persona, ya que sería inútil. Amazon ha calibrado bien lo que ha denominado como Intelligent Motion con lo que es capaz de moverse muy bien por casa, seguirnos o buscar a alguien en casa o quedarse en zonas de bajo tránsito. Es decir, quedarse cerca pero sin molestar ni estar por medio.
El robot tiene unas dimensiones contenidas (42,4 cm de largo, 25 cm de ancho y 44 cm de alto), cuenta con una pantalla táctil de 10,1 pulgadas como interfaz principal, una cámara en el bisel, otra escondida en el periscopio y una variedad de sensores que le permiten moverse con una sorprendente destreza y velocidad entre los muebles de casa.
Para hacerlo más amigable al humano, Astro gira y gesticula con su pantalla —a modo de cabeza— para ubicarse en una estancia antes de moverse, tal y como haría un humano. Mira primero, reacciona después. Además, cuando responde a la persona cabecea para hacer ver que está entendiendo lo que se le está ordenando, incluso agacha la cabeza a modo de arrepentimiento si algo de lo que ha hecho no ha salido correctamente. Pequeños y sutiles gestos que hacen que Astro no sea un robot Emilio, es decir, es realmente lo que entenderíamos por un robot doméstico en todo su esplendor.
Pese a que extremadamente ágil y se mueve con más soltura de la que esperas, Astro tiene sus limitaciones. No está pensado para hogares con escalera, con lo que tendría que quedarse sólo en una de las plantas, puede no reconocer cables sueltos o muebles de vidrio o suelos de negro piano (ante lo que habría que poner adhesivos identificativos —incluidos—), así como si usted tiene una casa de más de 325 metros cuadrados, Astro aún no tiene tanta memoria como para mapear tanto espacio.
Usos: guardián y protector
El uso de Astro es muy variado y la aspiración de Amazon es que deleguemos sobre él ciertas de mantenimiento del hogar, que sea nuestro aliado para conocer el estado de casa y de nuestra familia o mascota (aunque no estemos físicamente allí), así como una herramienta de seguridad tanto a amenazas externas —como ladrones y emergencias—.
Uno de los grandes puntos fuertes de Astro es la capacidad para diferenciar a las personas en casa. Se pueden crear identificadores visuales para que el robot conozca a los diferentes miembros de la casa, así pues podremos mandarle a darle un mensaje o hacer una entrega a alguno de ellos con sólo decir su nombre. "Astro, entrégale esto a Juan", y el robot se girará, reconocerá el entorno hasta dar con él. Cuando esté frente a la persona emitirá un pequeño sonido y se quedará esperando a que lo recoja. En el caso de que esa persona no esté en casa, nos avisará de que no ha sido capaz de dar con ella y por tanto no ha podido realizar la entrega.
Del mismo modo, se pueden establecer recordatorios personalizados. "Recuerda a Juan que saque la basura a las 21 horas", así que si Juan está jugando a la consola, Astro llegará, se colocará a su lado y avisará de que es hora de llevar las bolsas al contenedor. Un sistema que es quizá más útil con la medicación o toma de la tensión de personas mayores dependientes.
Por otro lado, el robot puede patrullar la casa, desplegar su cámara periscópica de 106 cm de altura para ver si nos hemos dejado el fuego encendido o la plancha enchufada, avisar si nuestro perro se sale de la zona asignada en casa, llevarle la medicación a nuestro familiar que esté en casa, así como cosas más mundanas como establecer recordatorios y avisos, poner música, seguirte por la casa y todo lo que le podrías pedir a un Alexa con pantalla. Pero vayamos por partes.
Los escenarios reales, y por los que me compraría Astro son realmente dos: quiero que vigile mi casa cuando no estoy y me avise ante cualquier alteración; o quiero tenerlo para asistir a una persona dependiente que tenga a cargo y cuya ayuda robótica me pueda salvar mientras estoy en la oficina.
Lo cierto es que esos dos escenarios son los contempla Amazon como usos más factibles de Astro. Ante lo que ofrece una serie de funcionalidades que van en dos modelos de suscripción añadidos para tener una experiencia más completa: Ring Protect Pro y Alexa Together. El primero permite al robot patrullar de forma autónoma, investigar eventos destacados, llamar por sí mismo a los servicios de emergencia, activar una sirena, guardar vídeos durante más tiempo e incluso imitar los ladridos de un perro cuando detecta movimientos en el exterior de casa. Astro puede reconocer si una ventana está abierta, una puerta mal cerrada y —en combinación con otros dispositivos inteligentes del hogar— conocer si por ejemplo hay elevada concentración de CO2 en casa ante lo que da el aviso.
El segundo modelo de suscripción permitirá al robot en un futuro próximo jubilar al conocido botón rojo de la teleasistencia. No sólo recibiremos alertas en el móvil si la persona dependiente se ha caído o hace mucho tiempo que no responde —además de mandar respuesta médica—, sino que puede seguirle por casa, recordarle tomar la medicación, conectarle en videollamada con los seres queridos e incluso en un futuro reconocer que esa persona necesita ayuda y llamar directamente a los servicios de emergencia.
Sin necesidad de pagar más podremos controlar remotamente a Astro para movernos por casa, habilitar la comunicación bidireccional, recibir alertas ante desconocidos, detección de humo, CO, y cristales rotos, puede apagar y encender luces. Así como cuenta con un soporte trasero en el que colocar diferentes artículos que pueden ir desde un tensiómetro a una cámara con premios para perros.
¿Y la privacidad?
Si la presencia de micrófonos, cámaras y sensores en casa pueden despertar recelos, que éstos puedan moverse por las diferentes habitaciones, seguirte e identificar a los miembros de la familia, más aún. Es por eso por lo que en Amazon ha implantado varias capas más en este modelo con la idea de redoblar las medidas habituales que se pueden encontrar ya en los dispositivos Echo.
Para empezar, aunque Astro realiza un mapeado del hogar se le puede poner coto a sus dominios. Es decir, establecer en qué habitaciones puede moverse y en las que no podrá entrar jamás. Es fácil decirle que nunca entre en los baños o en un dormitorio, por ejemplo.
Por otro lado, en la parte superior del robot se encuentra una interfaz de botones en la que se puede apagar el micrófono, las cámaras y el movimiento de Astro. Igualmente se le puede solicitar a través de comandos de voz que desactive funciones de seguimiento, o borre grabaciones, asimismo, el micrófono no se activará si —como sucede con Alexa— no se realiza el comando.
La identificación visual de los diferentes miembros de la familia se procesa a nivel local, en el propio aparato, con lo que la compañía explica que esa información no se transfiere a los servidores de Amazon.
¿Me lo compro?
El robot Astro es tremendamente ambicioso y anticipa el siguiente paso de los altavoces conectados en casa. Es el movimiento natural y se siente realmente como un adelanto de ese futuro que habíamos visto en películas y series o leído en novelas de ciencia ficción. Amazon es consciente de que no es un producto para hoy, aunque sea capaz de ponerlo ya en uso en miles de hogares estadounidenses.
El verdadero punto rompedor de Astro será el siguiente modelo, del que se espera que sea capaz de entender todavía mejor el hogar, tener una personalidad propia gracias al desarrollo de capacidades del asistente junto a aplicaciones de inteligencia artificial. Aquí Limp explica que aunque Alexa y los modelos de inteligencia artificial generativa sean "bailarines independientes", lo cierto es que en la empresa llevan desde antes del boom de ChatGPT trabajando en aplicarlo en cómo Alexa reacciona, reconoce, sigue la conversación y satisface las necesidades.
Ahora mismo Astro tiene un precio de 1.500 dólares, pero una próxima versión podría llegar a menor precio, teniendo en cuenta no sólo que el desarrollo inicial ya se ha conseguido, sino que puede ser la percha de la compañía para colgar de él la suscripción a más productos. Al igual que sucede con sus productos Kindle o Fire, el objetivo de Amazon no es hacer dinero con el hardware, sino fidelizar y ampliar el negocio con planes de suscripción que puedan salir de él.
En suma, Astro se siente como verdaderamente el futuro. Si viviese en un piso que quisiese tener completamente automatizado, con un control exhaustivo de lo que sucede, irme tranquilo de vacaciones o bien tuviese una persona dependiente a mi cargo, sería una compra casi obligada. Es verdaderamente un punto de inflexión en asistentes para el hogar.
El precio, pese a ser alto, es ajustado. Por ponerlo en contexto, Astro se siente como una pieza del futuro, tremendamente avanzada y con una agilidad de movimiento que sorprende, y su precio equivale —o incluso queda por debajo— de los móviles más punteros del mercado, televisores de gama alta o de frigoríficos inteligentes. Es el primer robot doméstico para las masas, Amazon lo sabe y va ganando esa carrera.