Dyson sorprendió en marzo de 2022 cuando presentó los Dyson Zone. No sólo porque se tratase de su primer producto de audio, sino porque lo hacía con la marca de la casa: incorporando la purificación de aire a un nivel personal, con la idea de evitar la polución y de paso también la contaminación acústica. Ahora, llegarán a España a finales de este mes de agosto a partir de 699 euros. 

Los Dyson Zone se componen de dos partes bien diferenciadas: una diadema que se coloca sobre la cabeza y en las orejas —como cualquier auricular—, y una visera frontal que se acopla a los auriculares a través de imanes y que queda sobre boca y nariz para canalizar un flujo de aire limpio a las vías respiratorias del usuario. 

En EL ESPAÑOL - Omicrono hemos tenido oportunidad de probarlos antes de que salga al mercado y, más allá de su distópico diseño que llama la atención a primera vista, se trata de un concepto interesante, rompedor y que marca un hito en la tecnología de consumo. ¿Merecen la pena? vamos a desgranarlo. 

Un purificador único 

Los Dyson Zone son únicos, no hay otros auriculares iguales ni que se le acerquen. No sólo por la ambición de tener un purificador de aire personal combinado con unos auriculares inalámbricos de alto nivel, sino por el reto que supone incorporar todos esos componentes en un espacio tan pequeño. 

La visera no está pensada como sistema de protección contra el Covid, ni se diseñó para ello. El trabajo de Dyson en este equipo comenzó en 2016 siempre con la ambición de tener el sistema de purificación de aire personal más pequeño que hubiesen creado jamás. El planteamiento fue integrarlo en unos auriculares y ofrecer una experiencia más completa.

Para hacerlo el equipo de ingenieros de Dyson ha llevado el sistema de filtración de aire a las cubiertas que tapan las orejas. Ahí se aloja un equipo capaz de filtrar los humos, olores y partículas contaminantes con la que nos cruzamos en el día a día. En concreto, cuenta con filtros electrostáticos que capturan el 99% de la contaminación por partículas de hasta 0,1 micras, mientras que los filtros de carbono enriquecido con potasio se centran en los gases ácidos más frecuentes asociados a la contaminación urbana.  

Una vez filtrado el aire, circula hacia la nariz y la boca del portador a través de la visera, que en ningún momento toca con la cara. La sensación es de frescor y acaba con molestos olores como de comida en la oficina o de suciedad en el transporte público. 

El visor sin contacto suministra aire purificado ajustándose a la respiración del usuario con la idea de facilitar una respiración higiénica y no tener un vendaval en el rostro. Para ello utiliza un acelerómetro integrado para controlar la velocidad de los movimientos y ajustar el flujo de aire a nuestro ritmo. Aún así, el usuario puede personalizarlo al gusto.

Sonido fiel

Más allá del purificador de aire, el verdadero reclamo de los Dyson Zone es el sonido. La compañía se atreve a entrar en el segmento del audio por primera vez y lo hace con unos auriculares de alta fidelidad con una gran cancelación activa de ruido apuntando así a la gama alta. 

Los Dyson Zone están diseñados para una distorsión ultrabaja. Dispone de una combinación de controlador, materiales, sistema mecánicos y acústico que minimiza la distorsión. Un factor clave teniendo en cuenta que el sistema de filtrado se ubica en las orejas. Lo cierto es que no notaremos a los motores funcionando, la capacidad de aislarse de todo —también del propio purificador— es total. 

Para lograr esa avanzada cancelación de ruido parte de un gran aislamiento pasivo, sin embargo, dispone de 11 micrófonos, ocho de los cuales se dedican exclusivamente a monitorizar el ruido del entorno más de 380.000 veces por segundo. Así logran hasta 38 dB de cancelación de ruido de 20 Hz a 20 kHz. El resultado es impresionante, te aíslan por completo del mundo. 

Con respecto a la fidelidad de sonido, en las pruebas que hemos realizado cumplen con nota. Devuelven una claridad de audio de alto nivel y se puede hacer con ellos una escucha inmersiva de alta fidelidad tal y como prometen. Para lograrlo han desarrollado un sistema de audio con altavoces de neodimio de 40 mm y 16 ohmios, que son el núcleo del sistema.

El audio puede personalizarse y gestionarse a través de la aplicación de Dyson, del mismo modo que podremos ver ahí la calidad del aire que estamos respirando o el ruido que nos rodea. 

¿Me los compro?

Los Dyson Zone no son unos auriculares para todo el mundo, partiendo de la base del precio. Los 699 euros le convierten en un producto aspiracional que sólo los muy fanáticos de los excelentes productos de la compañía se verán atraídos en un primer momento. Son tan buenos como cualquier producto Dyson, pero son considerablemente más caros que otros excelentes productos de audio como los AirPods Max (629 euros) o los Sony WH-1000XM5 (355 euros).

El punto que les hace único es su sistema de purificación de aire personal y es aquí donde Dyson ha podido adelantarse a las necesidades del mercado y marcar el camino. La contaminación en los entornos urbanos es cada vez mayor y el uso de estas soluciones comenzará a ser cada vez más habitual. 

A diferencia de la mascarilla PuriCare de LG o la Zephyr de Razer, la Dyson Zone se hace más cómoda de llevar y, llegado el caso, de disimular. La visera se puede echar fácil al bolsillo cuando no queremos llevarla puesta, pero podemos aprovechar sus virtudes en ambientes muy cargados, cuando hay episodios de alergia fuerte o cuando entramos en algún sitio y se han quedado impregnados olores fuertes. Aquí creo que será un game changer cuando nos acostumbremos a usarlos, que no podrás vivir sin ellos. 

Creo que el principal problema para llevar los Dyson Zone por la calle o en el transporte público reside en los complejos personales, en el qué pensarán de nosotros. Una vez despojados de ellos y, si su cartera se lo puede permitir, son unos auriculares excelentes que aportan algo que no puede ofrecer nadie: un auténtico soplo de aire fresco. 

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