¡Larga vida al vinilo! El streaming tiene muchas cosas positivas, pero sigue enfrentándose a obstáculos que difícilmente puede superar para igualar lo que ofrecen los videojuegos físicos, los blu-rays... o los vinilos. La calidad de audio es una de las grandes perjudicadas en la transformación digital, y quizá por eso (además del puro fetichismo al que estamos abonados algunos amantes de la música), el vinilo ha resurgido con fuerza: en 2023 las ventas globales aumentaron un 11,7% (más aún en España), hasta los 5,9 millones de unidades, su máximo nivel desde 1.990.
En esta resurrección de los discos de toda la vida han participado directamente tanto los DJs como los aficionados a la música. Y para facilitar la tarea a ambos colectivos, no excluyentes entre sí, Pioneer DJ lanzó hace unos meses un tocadiscos acompañado por unos altavoces con Bluetooth que pueden cubrir ambas necesidades con notables resultados. Hablamos del PLX-500 y los DM-50D-BT, que se pueden comprar por separado pero funcionan a la perfección juntos, tal y como hemos podido comprobar durante unas semanas en EL ESPAÑOL-Omicrono.
Esta versión semiprofesional del icónico PLX-1000 de Pioneer, disponible en Amazon desde 368,98 euros, y la pareja de altavoces de sobremesa, con un precio de 269 euros, son una invitación a iniciarse como DJ y a disfrutar en casa de las bondades del formato gracias a la tracción directa, con muchas facilidades para audiófilos primerizos y un sonido a la altura de su precio.
Puesta en marcha
En los últimos años, en paralelo al crecimiento de las ventas de vinilos, hay dos claras tendencias en lo que a tocadiscos se refiere. Por un lado están los reproductores-maleta, baratos y muy bonitos como objeto decorativo pero normalmente un desastre en cuanto a la calidad del sonido. Por otro lado, están los equipos premium diseñados para los más exigentes, como el SL-1210GR2 de Technics. Afortunadamente, como demuestra este PLX-500 de Pioneer DJ, también hay lugar para un término medio.
Eso se nota desde que lo sacas de la caja y empiezas a montarlo. Pesa lo suyo, más de 10 kg, lo que demuestra que no han escatimado en los materiales ni en la construcción de cada elemento. Eso sí, puede resultar algo grande para determinados muebles, con unas dimensiones de 450 mm de ancho y 368 mm de profundidad, que se amplían al usar la tapa antipolvo incluida en la caja.
Al ser de tracción directa, el montaje del plato de aluminio sobre el cojinete es muy sencillo. No deja de ser un detalle menor, pero lo que sale peor parado de esta puesta en marcha es la alfombrilla, de un material similar al fieltro, que proporciona una superficie de reproducción algo básica y poco agradable al tacto.
Lo que sí se agradece, y mucho, es que incluya todo lo necesario para empezar a pinchar vinilos en cuestión de minutos. El cartucho con la aguja incluido y la etapa de fono integrada permiten usarlo a las primeras de cambio, conectándolo con unos cables de audio RCA a una cadena de música o a unos altavoces como los DM-50D-BT, sin necesidad de amplificador externo, uno de los quebraderos de cabeza más habituales con estos dispositivos.
Las instrucciones son bastante detalladas y no dejan lugar a dudas con respecto a la calibración del brazo de aluminio, uno de los pasos más delicados a la hora de montar un tocadiscos por primera vez. En general, el equipo está construido a imagen y semejanza del PLX-1000, que a su vez homenajeaba al mítico SL-1200 de Technics, lo que se traduce en unos controles muy útiles para los DJs y un funcionamiento mecánico prácticamente infalible.
El equipo presenta las tarjetas de visita habituales de un aparato de este tipo: control de velocidad electrónico con dos botones de velocidad (si se pulsan los dos a la vez también admite la reproducción a 78 rpm), además de un pitch control de velocidad variable de +/- 10%, para lograr mezclas precisas y transiciones fluidas entre discos sin cambios en el tono.
En mi caso, como la faceta de DJ me queda lejos, lo he usado como equipo doméstico. Y en las pruebas realizadas se nota la capacidad del motor trifásico sin escobillas para evitar los 'saltos' entre distintas velocidades y la vibración presente en algunos tocadiscos similares. Por lo demás, el plato cuenta con las habituales marcas estroboscópicas para confirmar la precisión de la velocidad bajo la luz, y la tapa antipolvo permite colocar las carátulas de los discos mientras los escuchas, un plus que no siempre se tiene en cuenta.
Otro de los puntos a favor del PLX-500 de Pioneer DJ es la inclusión de una entrada USB, que permite conectarlo al PC o al Mac para convertir tus vinilos en archivos digitales de alta calidad a través del software recordvox dj. Es una herramienta muy potente, fácil de usar y con muchas posibilidades si quieres llevar tu colección de discos siempre contigo y que desdibuja las fronteras entre lo analógico y lo digital.
Altavoces Bluetooth
Tradicionalmente, los altavoces que se utilizan para escuchar música en casa suelen estar conectados a una cadena de música a través de cables. Pero en los hogares de hoy, sobre todo en los de las nuevas generaciones, ese equipo ya no es tan habitual, y sólo se necesita un altavoz con Bluetooth para escuchar música por streaming desde el móvil. Por el camino se pierden matices, el auténtico efecto estéreo y esa ceremonia de escuchar un disco de principio a fin que está en vías de extinción.
Los altavoces Pioneer DJ DM-50D-BT vienen a cubrir un hueco interesante en ese sentido. Por un lado, se conectan por cable entre sí y con equipos como el PLX-500 para ofrecer un gran sonido estéreo, pero también ofrecen la posibilidad de utilizar otros dispositivos inalámbricos para reproducir música gracias a su conexión Bluetooth. Un piloto azul en el frontal permite saber si están en modo emparejamiento y la conectividad con mi móvil fue sencilla y rápida.
Estos altavoces integran un nuevo amplificador Clase D y un woofer con conos de fibra de vidrio de 5 pulgadas, que proporcionan 25 W de potencia en cada unidad. Pero si destacan por algo es sobre todo por unos graves profundos, limpios y muy contundentes.
En el apartado de la conectividad también sobresalen, ya que, además del Bluetooth y la entrada RCA ya mencionadas, disponen de una entrada mini jack en el frontal y terminales TRS para conectar desde unos auriculares hasta mezcladores DJ profesionales o el ordenador portátil. El volumen se ajusta con una práctica rueda frontal, e incluso en los niveles más altos mantiene la fidelidad, sin distorsiones aparentes.
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Otro de los elementos que hacen de estos altavoces un producto interesante es el modo de sonido dual. Eso se traduce en un interruptor trasero permite optimizar el sonido para la producción musical o para pinchar. En la práctica, apenas he notado diferencia entre ambos modos. No es una pega, probablemente es la falta de entrenamiento de mi oído, y puede ser un añadido atractivo para quien quiera darle los dos usos y alternar entre ellos fácilmente.
¿Me lo compro?
A la hora de decidirse por un modelo u otro de tocadiscos hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales: el uso que se le va a dar, si es para escuchar vinilos en casa o para pinchar discos como DJ, y la relación calidad-precio. La versatilidad del PLX-500 lo convierte en una opción intermedia ideal, sobre todo para iniciarse en el mundillo, y su precio actual de 368,98 euros lo sitúan en un rango muy asequible para lo que ofrece.
Los componentes y la construcción general del tocadiscos son de calidad, y es de agradecer lo fácil que es instalarlo y ponerse a escuchar discos en cuestión de minutos. Para los menos expertos, el hecho de que incluya el cartucho de la aguja y la etapa de fono también son puntos muy importantes a su favor. En líneas generales, el sonido está lleno de matices, sin ruidos adicionales al clásico crepitar de los vinilos antiguos, y detalles como la salida USB o la posibilidad de ver las carátulas gracias a la tapa antipolvo son muy de agradecer.
Los altavoces DM-50D-BT se venden aparte por 269 euros y son un complemento a tener muy en cuenta, gracias a su conexión Bluetooth y a sus potentes y definidos graves. En definitiva, se trata de productos con el sello de calidad Pioneer DJ y un precio bastante ajustado, una combinación casi imbatible.