Uno de los placeres del verano es refrescarse en la piscina y escapar así de las constantes olas de calor que se extienden por todos los rincones de España. Sin embargo, uno de los mayores tedios que conlleva una piscina son los constantes trabajos de mantenimiento para tenerla siempre limpia y perfecta. Es aquí justo donde entra en juego la tecnología, con Aiper como máximo exponente de los robots limpiapiscinas, para ayudar en que los esfuerzos sean cada vez menores.
Entre la variedad de dispositivos que cuenta Aiper en el país, destaca el Surfer S1, un skimmer con paneles solares que se mueve por el agua para eliminar y limpiar todos aquellos residuos como hojas o insectos que caen en la piscina. Evita así el tener que pasar la pértiga con la red para recoger manualmente los restos que quedan flotando en superficie.
Cabe diferenciar el Surfer S1 de otros robots como el limpiafondos Seagull Pro, ya que ambos pueden trabajar de forma independiente para limpiar diferentes zonas de la piscina. En este caso, en EL ESPAÑOL - Omicrono hemos pasado unos días con el primero para comprobar de primera mano su eficacia, su sistema de carga autónomo por placas solares y si merecen la pena los 399,99 euros por los que se puede comprar ahora mismo.
Un diseño para durar
Una de las claves del Surfer S1 está en su diseño. Aiper opta por montar motores sin escobillas, lo que permite por un lado que le permite por un lado moverse con agilidad por la piscina y dejarla limpia en poco tiempo, así como hacer que pueda durar mucho más tiempo. En concreto, la elección de este sistema responde a disponer de un rendimiento duradero y potente durante más tiempo sin dañar los sistemas internos esenciales y que, de paso, requiere un menor mantenimiento.
En concreto dispone de tres motores que se ubican en la parte trasera en un doble juego de hélices, así como un propulsor adicional con los que permite moverse y dirigirse por la piscina para que el Surfer S1 pueda ir engullendo la suciedad de la superficie. La boca del cesto con capacidad para 5 litros se encuentra en el centro del robot, con lo que este skimmer móvil va tragándose hojas e insectos ya que el mallado es increíblemente fino con un tamaño de 200 μm.
Para moverse de forma autónoma, el robot cuenta con un sistema de detectores ultrasónicos que reconocen las paredes de la piscina y ayudar en su navegación. Con esto reconoce el perímetro de la misma para ir realizando pasadas por toda la superficie del agua y limpiar la mayor cantidad posible.
Aunque el robot reconoce por dónde se mueve, una de las claves de la máquina de Aiper es la capacidad para conectarse al teléfono móvil y que el usuario pueda enviarlo a donde desee. Si queremos, desde el teléfono podemos desplegar una cruceta y —como si de un videojuego se tratara— llevarlo a una zona para que redoble la limpieza. Desde la aplicación se puede también conocer la temperatura del agua así como actualizar el dispositivo con nuevas optimizaciones.
Además de los sensores de identificación, el Surfer S1 está concebido de tal forma que tiene dos vigas de apoyo retráctiles en la parte inferior para evitar que trepe y se quede atascado en escaleras. Una ambición de la compañía pensando en que sea compatible con la mayor cantidad de piscinas posibles. No importa el tamaño, forma o material, se podrá usar sin problemas.
Placas solares, la clave
Más allá de su capacidad de limpieza, uno de los elementos clave de este robot son sus paneles solares en la parte superior. Un punto de inflexión en este tipo de dispositivos pensados para operar al aire libre durante muchas horas.
El Surfer S1 ofrece carga a través de la corriente eléctrica para que, independientemente de la climatología, pueda estar listo en cualquier momento y limpiar la piscina cuando el usuario lo requiera. Sin embargo, su sistema de placas solares permite que esté continuamente cargándose para olvidarse por completo de él. De este modo, el Surfer S1 muestra un rendimiento autónomo casi total, ya que en época de buen tiempo bastará con vaciar el cesto de vez en cuando.
En las pruebas realizadas, la batería —de hasta 12 horas de duración con uso continuado— se ha ido recargando a buen ritmo mientras estábamos en la piscina o haciendo otras actividades. El nivel de batería se consulta desde la aplicación y sirve para que podamos guardar el cable en la mayoría de los casos.
Gran parte de la magia que usa Aiper para lograrlo es su algoritmo denominado Sunseeker que garantiza que el aparato sea capaz de encontrar la suficiente luz solar para cargarse rápido cuando la batería esté baja. Una característica que funciona incluso en piscinas cubiertas sin necesidad de luz directa. Es tan buena que se echa de menos en otros productos autónomos, porque es el verdadero elemento diferenciador en la experiencia de usuario.
¿Me lo compro?
El Aiper Surfer S1 es uno de esos dispositivos que una vez que lo pruebas te preguntas dónde había estado todo este tiempo. La comodidad del despreocuparse por completo de la recogida de hojas o insectos en la piscina marca un antes y un después en la tarea de limpieza continuada que hay que tener con ella.
Eso sí, no es un producto para todos los públicos debido al nivel de inversión que implica. Es cierto que extremadamente cómodo, pero los 400 euros por los que se encuentra ahora mismo en su web pueden suponer un inconveniente para más de un comprador interesado. En este punto, creo que es más interesante invertir en alguno de los otros modelos limpiafondos de la compañía, antes de hacerse con este skimmer autónomo.
Aún así, el Surfer S1 es un modelo especialmente recomendable para piscinas de gran tamaño que se encuentren en exterior y en zonas profusamente arboladas, ya que acabarán con hojas e insectos de forma cómoda y sin esfuerzo.