Hay dos grandes tendencias en la actualidad en el sector de los monitores. Por un lado están los equipos gaming, diseñados específicamente para cumplir con los deseos de los apasionados de los videojuegos, como el Samsung Oddysey Neo G9 de 57 pulgadas para sumergirte en la partida como nunca. Por otro lado están los sistemas para trabajo de oficina y productividad, que en los últimos años han crecido notablemente en tamaño y resolución. Habría un tercer tipo, más de nicho pero igual de importante: los monitores para profesionales del diseño gráfico, la fotografía y el vídeo, con unos requisitos muy específicos de calidad de imagen y calibración del color.
AOC, más conocida por sus soluciones para gamers, también quiere destacar en este ámbito profesional con la línea Graphic Pro U3 Series. Y el resultado, como he podido comprobar en las últimas semanas con su versión de 27 pulgadas, es espectacular. Más allá de su panel Nano IPS con resolución 4K QHD (3840 x 2160), que ofrece una nitidez asombrosa, el elemento distintivo del monitor es su tecnología Calman Ready, "la que usan los estudios de Hollywood para calibrar y lograr la máxima precisión de color", según la marca.
A eso hay que añadir una amplísima gama de conexiones (incluyendo un USB-C DisplayPort, para ver la pantalla y cargar el portátil a la vez con un único cable) y una elegante base, que permite colocarlo a diferentes alturas e inclinaciones con facilidad, incluso en orientación vertical. Teniendo en cuenta sus especificaciones de alta gama, el precio en torno a los 400 euros por el que se encuentra en algunas tiendas online no parece excesivo, por debajo de modelos similares de otras marcas.
Un diseño de premio
Cada año, miles de productos compiten por hacerse con el Red Dot Award, uno de los premios internacionales de diseño más importantes del mundo. El Graphic Pro U3 es uno de los ganadores de la edición de 2023 y se entiende nada más tenerlo delante.
El panel Nano IPS de 27 pulgadas, con relación de aspecto 16:9, tiene unos marcos negros de apenas 1 cm en cada uno de los cuatro lados, que favorecen una sensación inmersiva. Pero el verdadero protagonista en cuanto al diseño es la base metálica de color gris metalizado, que se acopla fácilmente a la trasera y tiene una forma geométrica única, con una 'pata' que se divide en dos y deja mucho espacio visual libre en el escritorio.
El soporte es sin duda uno de los grandes aciertos de este diseño. Es ajustable en altura (hasta 150 mm), inclinación, giro y pivote, lo que ayuda a encontrar la posición más cómoda en cada momento y cambiarla fácilmente. El ángulo de visualización es de 178 grados y se ve bien desde los lados, pero a veces viene bien poder girarlo para ofrecer un vistazo más directo a quien tienes al lado. El soporte ofrece la resistencia justa, ni mucha ni poca, para que puedas ajustarlo a tu gusto sin que se mueva por accidente.
En cuanto a la configuración, un botón en la zona inferior derecha abre un menú que permite ajustar todos los detalles del monitor según las preferencias y requisitos de cada usuario. Otros tres botones permiten navegar por el menú, aunque lo más útil son los modos predefinidos. Hay cambios notables entre los distintos perfiles, con opciones como internet, película, fotógrafo o lectura, aunque también se pueden ajustar al detalle para obtener el resultado deseado. La cantidad de opciones es abrumadora y va mucho más allá de los típicos niveles de brillo, contraste y nitidez.
En cuanto a los puertos, hay múltiples conexiones para ponerte las cosas fáciles, tanto en la parte inferior como en un lateral. Entre ellos destaca el USB-C con DisplayPort, que permite conectarlo al portátil para mandar la imagen al monitor y cargarlo a la vez con una potencia de 96 W. Además, cuenta con conexión USB 3.2 Gen 2, para poder transferir una película en 4K en menos de un minuto gracias a un ancho de banda de 10 Gb. Otro puerto USB-C, dos HDMI y cuatro USB-A completan un hub que permite centralizar todas entradas del ordenador o ampliar las ya existentes.
A todo este arsenal hay que añadir los dos altavoces de 3 W integrados en el equipo. Cumplen con su cometido sin más, por lo que si realmente quieres aprovechar el monitor para ver películas o jugar a videojuegos, lo aconsejable es recurrir a auriculares o a altavoces externos.
Calidad de imagen
Aquí es donde el Graphic Pro U3 puede sacar verdadero pecho. Cuenta con la certificación DisplayHDR 400 de VESA, lo que lo hace superior a otras pantallas "compatibles con HDR". En este caso, AOC garantiza una luminancia de 400 cd/m2, negros profundos y una paleta de color mucho más completa de lo habitual. Según sus especificaciones, tiene una precisión del color Delta E <2, además de cubrir el 98% del espacio de color DCI P3, reproduciendo más tonos de rojo y verde que un monitor sRGB estándar.
Es lo que buscan los profesionales que se dedican al diseño gráfico, la fotografía y el vídeo, una precisión que se apoya también en la manera de calibrarlo con otros dispositivos de visualización y programas específicos de edición de imagen. En ese sentido, es de los pocos equipos en el mercado con tecnología Calman Ready, "brindando experiencias de visualización personalizadas para películas, programas de televisión y diversos medios multimedia", según AOC.
Así, al conectar cualquier dispositivo compatible con Calman, el monitor se comunica directamente con el software de calibración de color de forma automática, para que no haya diferencias entre ellos y se vean en todos los mismos tonos con una precisión imprescindible en este ámbito profesional. Es una función que, por desgracia, no he podido probar al carecer de ese tipo de equipos, pero está ahí para quienes pertenezcan al sector audiovisual y lo necesiten en su día a día.
Más allá de sus funciones especializadas, el Graphic Pro U3 es muy versátil. Es algo imprescindible en un momento en el que el ordenador no es sólo una herramienta de trabajo, sino también un centro de entretenimiento multimedia. He probado a conectarle una Xbox Series X y el rendimiento es deslumbrante, con una definición y detalle en los gráficos muy superiores a lo que ofrece mi televisor LG.
En el terreno gaming cuenta con tecnología AdaptiveSync, que permite a la pantalla ajustar su frecuencia de actualización para que coincida con la velocidad de fotogramas del contenido renderizado por la GPU, con un retardo de sólo 4 ms. Eso sí, la tasa de refresco se limita 60 Hz, lo que puede no convencer a los 'jugones' más exigentes.
¿Me lo compro?
Ahora mismo la oferta en el terreno de los monitores puede ser abrumadora. Por eso conviene tener muy claro el principal uso que se le quiere dar, si se busca algo enfocado a la productividad, el gaming o la edición profesional de foto y vídeo. En el caso del Graphic Pro U3 de AOC, aunque su principal target son los profesionales del diseño gráfico, me ha sorprendido cómo cumple con creces en todas las áreas.
Uno de sus elementos destacados es sin duda el diseño, con sus finísimos bordes y un soporte que llama la atención por sí mismo y permite regular perfectamente su posición. Además de por su calidad de imagen y por la multitud de conexiones, incluida una USB-C con DisplayPort, también me ha convencido lo fácil que es cambiar su configuración y adaptarlo a la función que se le quiere dar en cada momento con sólo pulsar un par de botones.
El único inconveniente que puede encontrarse un usuario no profesional, además de su baja tasa de refresco, es el del precio, que parte de los 400 euros en algunas tiendas online (la versión de 32 pulgadas empieza en los 716 euros). Sin embargo, visto el espectacular resultado que ofrece, el Graphic Pro U3 es una opción más que recomendable, sobre todo para quienes se dedican al diseño gráfico, la fotografía y la edición de vídeo.