El telescopio James Webb despegó a finales del pasado año desde la Guayana Francesa con la misión de descubrir el origen del universo. Tras 1,5 millones de kilómetros, 300 maniobras orbitales distintas y un período de 30 días, el telescopio espacial —en el que han participado empresas en España— alcanzaba su destino, el conocido como punto L2 del espacio. Una vez en su órbita final, tuvieron que pasar unos seis meses hasta que el James Webb pudiera ofrecer una imagen histórica que la NASA catalógo como "la fotografía más profunda del universo".
Aunque se tratase de uno de los desarrollos tecnológicos más importantes del siglo, el proyecto tenía más de una década de retraso. Es por este motivo quizás por el que la NASA se ha "puesto las pilas" y ha acumulado para estas semanas diversas publicaciones del James Webb. Y es que tras conseguir la ya mencionada imagen histórica del universo, el telescopio espacial sorprendía con fotografías que mostraban al planeta Júpiter como nunca antes se había visto.
Sin embargo, estas novedades guardaban un punto en común: eran imágenes y, por tanto, no eran accesibles para todo el mundo. Así, la NASA se ha propuesto sonorizar las impactantes fotografías captadas por el James Webb. De esta manera, los oyentes se pueden adentrar en el complejo paisaje de los Acantilados Cósmicos de la nebulosa Caina. El objetivo era "hacer que las imágenes y los datos del telescopio fueran accesibles", reconoce el músico y profesor de Física de la Universidad de Toronto, Matt Ruso, que ha participado en el proyecto.
Cómo suena el universo
En el equipo también han participado científicos, músicos y personas con discapacidad visual, que han trabajado sobre todo por adaptar los datos de la misión Webb en sonido. Esta "conversión" se ha realizado a través de la relación entre colores y tonos musicales. Por ejemplo, los puntos más iluminados de la imagen se reproducían como sonidos más fuertes. Aunque no siempre sucedía así, pues la luz brillante cercana al centro era fuerte también, pero de un tono más bajo.
Este proceso de sonorizar consistía en un recorrido de izquierda a derecha de la propia imagen. El centro de la misma, donde se puede encontrar gas y polvo en su mayoría, se representa con tonos azules y sonidos que bien podrían recordar al que genera el vuelo de un dron. Por su parte, la mitad inferior de la fotografía se recogía como una composición más clara y melódica debido a sus tonos rojizos.
A los 15 y 44 segundos del vídeo que se encuentra arriba, se puede comprobar a qué suenan las estrellas. Los colores de las imágenes se han mapeado a tonos donde las frecuencias de luz se han convertido directamente a frecuencias sonoras. En el caso del agua, está representado por el sonido de las gotas de agua al caer. No es la primera vez que la NASA sorprende con los extraños sonidos que se pueden encontrar en el universo.
Hace unas semanas llamaba la atención el terrorífico sonido que emitían los agujeros negros, que se pudo recoger por la presencia considerable de gas que tiene este cúmulo de galaxias. La agencia espacial estadounidense también ha ofrecido la posibilidad de escuchar al rover Perseverance recorriendo Marte. Quién sabe cuál será el próximo hit con el que el universo trate de desbancar a Quevedo y Rosalía en las listas de los éxitos más escuchados.