No falló la pistola, falló el pistolero: no amartilló el arma cuando iba a matar a Cristina Kirchner
Expertos en armas de fuego señalan los posibles motivos por los que la pistola semiautomática utilizada por el agresor no llegó a disparar.
3 septiembre, 2022 03:09El pasado 8 de julio, el ex primer ministro japonés Shinzo Abe fue tiroteado a bocajarro por un antiguo miembro de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa de Japón, que fabricó con sus propias manos una especie de escopeta casera. Ayer se produjo otro intento de magnicidio, en este caso contra la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández Kirchner, pero la pistola utilizada por el agresor no llegó a disparar, pese a que en el vídeo que ha circulado por redes sociales se ve y se escucha que aprieta el gatillo. ¿Qué pudo ocurrir?
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El brasileño afincado en Argentina Fernando Andrés Sabag Montiel, identificado y detenido como responsable de este atentado fallido, utilizó una pistola semiautomática Bersa Lusber 84 calibre del calibre .32 (7.65 mm). Pero algo sucedió para que el arma no funcionara o se quedara encasquillada, lo que finalmente salvó la vida de Kirchner. Según un experto en armas consultado por EL ESPAÑOL-Omicrono, "lo más seguro es que se olvidara de amartillar el arma. Es un error de novato".
Fuentes policiales señalaron que la pistola "estaba apta para el disparo y tenía balas en el cargador". La principal hipótesis consiste en que el agresor no echó hacia atrás la corredera o cerrojo de la pistola, acción necesaria para que, en una pistola semiautomática, la primera bala del cargador suba a la recámara del cañón. Luego, una vez disparada, las siguientes balas llegan al cañón de manera automática gracias a la inercia del propio disparo.
De haber amartillado el arma correctamente, al apretar el gatillo se hubiera producido una detonación, que habría provocado que la punta de la bala saliera despedida por el cañón mientras el casquillo saldría expulsado por el lateral. Pero nada de eso sucedió, y eso parece indicar lo poco preparado que estaba Sabag Montiel para el atentado.
Otras hipótesis
Una explicación alternativa, señala el experto en seguridad consultado por EL ESPAÑOL, es que hubiera amartillado la pistola antes de introducir el cargador, lo que produce el mismo efecto. Aunque se apriete el gatillo, la aguja nunca llega a golpear el cartucho y la bala no sale, porque sigue en el cargador en lugar de en la recámara. En el vídeo del atentado se oye el sonido metálico del percutor, pero no sucede nada más porque la recámara estaría vacía.
Sin embargo, a falta de más información y de las pesquisas de la Policía Federal argentina, no hay unanimidad en cuanto a lo que puede haber ocurrido. "Lo más probable es que haya sido un problema más de la munición que del arma", afirma Daniel Álvarez, vicepresidente de Anarma (Asociación Nacional del Arma de España). "Puede ser que la munición estuviese en malas condiciones, por ser muy antigua o estar mal almacenada, o que la partida utilizada tuviese algún pistón que estuviese demasiado duro y la aguja percutora no haya sido capaz de picar lo suficiente en el cartucho como para que se produzca la detonación".
Otra opción es que la aguja percutora o su muelle estuviesen dañados por un uso excesivo y por eso no haya sido capaz de percutir el cebador. "En cualquier caso, lo normal", insiste Álvarez, "es que antes del intento de atentado el cartucho fuese en la recámara y el agresor sólo tuviese que apretar el gatillo".
En el vídeo no se puede apreciar si el arma está amartillada o no, pero en las fotos que ha difundido la Policía Federal del arma sí se observa que el cargador no está bien colocado. "El hecho de que el cargador esté o no mal puesto no sería tan trascendente, ya que el individuo debía ir con el arma ya amartillada. No iba a haber un segundo tiro posterior porque no le iba a dar tiempo en medio de la multitud y rodeado de guardaespaldas. En este caso, además, si el cargador no estaba bien apretado hasta arriba, el sistema de acerrojado no iba a ser capaz de introducir un nuevo cartucho en la recámara".
Álvarez también considera la posibilidad de que el atentado sea un montaje, por el extraño comportamiento de los escoltas de la vicepresidenta argentina, que no la evacuaron de inmediato, como suele indicar el protocolo de seguridad en estas circunstancias. En cuanto al tirador, tampoco le convence la explicación del fallo del arma o que éste no la amartillara antes de apretar el gatillo. "Si alguien se ha decidido a realizar una acción de este tipo, lo normal es que el día anterior tanto la munición como el arma hayan sido probados con profusión. Es todo muy raro".
"Su intención, creo, que era matarla, pero lamentablemente no ensayó antes", dice el "mejor amigo del atacante de CFK" en Telefe, uno de los canales de televisión argentina con mayor audiencia. Si le abrís el micrófono a fachos, también sos cómplice por promover su discurso. pic.twitter.com/p1nfOqYjdA
— Bruno Sgarzini (@brunosgarzini) September 2, 2022
En lo que sí coinciden los expertos es en que, de haberse producido el disparo, Cristina Kirchner no habría podido salir con vida. "A esa distancia y dirigida a la cara, cualquier detonación hubiera sido mortal de necesidad. No sabemos qué tipo de munición estaría usando, pero en este tipo de magnicidios se suelen usar balas de punta hueca, para aumentar el efecto del arma", admite Álvarez. El promedio de distancia de tiro efectivo para un arma de estas características es de 25 metros, así que a menos de un metro y en una zona tan sensible como la cabeza hubiera sido fatal.
Una pistola con historia
Bersa es una empresa que fabrica armas con sede en la ciudad de Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires. Es uno de los principales proveedores de armas de fuego para las fuerzas y cuerpos de seguridad del país. Empezó a operar en 1958 y el modelo Bersa 84 utilizado en el atentado fue fabricado únicamente entre 1973 y 1978.
En esa época no se podían vender en Argentina armas que superasen el calibre .22 y, según sus propios responsables, el desarrollo de esta pistola se basó en el interés de Italia y Holanda por importar pistolas Bersa, inspiradas en las Beretta italianas pero más económicas.
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El desarrollo tuvo que superar numerosos inconvenientes, ya que los materiales que funcionaban bien para el calibre .22 no lo hacían correctamente para un calibre considerablemente mas potente como el 7,65, uno de los más habituales en Europa. Aquel fue el primer éxito en el exterior de la empresa argentina.
"La Bersa 84 es un arma de pequeño tamaño para porte oculto, con un cartucho en el límite de lo que se considera para autodefensa. Al ser antiguo es un modelo completamente de acero, que no emplea polímeros ni otros materiales más ligeros que se utilizan en la actualidad", señala Álvarez.