No cabe duda de que Rusia es una de las grandes potencias militares mundiales. Y, lo que es más importante, forma miembro del selectísimo grupo de países autosuficientes e independientes desde el punto de vista de tecnología de guerra; algo de lo que no puede presumir España que importa una gran parte de su material.
En esta línea, las grandes corporaciones —principalmente estatales— bajo el mando del Kremlin desarrollan también todo tipo de aeronaves. Incluyendo drones como el BAS-750, que ha llamado la atención de algunos analistas ante la posibilidad de haber utilizado un helicóptero ucraniano como plataforma base.
Esta aeronave no tripulada se mostró por primera vez hace unos días en la feria de armamento y equipamiento militar Army 2022, que se celebró en Moscú. Por su puesto, el fabricante no se ha pronunciado y los medios gubernamentales lo han presentado como un desarrollo totalmente nuevo.
[El impresionante vídeo en el que un helicóptero ruso maniobra de forma peligrosa entre civiles]
Helicóptero convertido
"El holding Helicópteros de Rusia de la corporación estatal Rostec mostró el sistema universal no tripulado tipo helicóptero BAS-750", según informa la compañía en su página web. El sistema completo se compone de un par de helicópteros con un peso máximo de despegue de 750 kilogramos que se acompañan de otras tantas estaciones terrestres de mando y control de vuelo.
También apuntan a que "este sistema autónomo garantiza el vuelo ininterrumpido de hasta 6 horas". Una autonomía que se encuadra en los modelos similares que actualmente se encuentran disponibles en el mercado y que servirán para realizar todo tipo de misiones de espionaje y vigilancia. Rostec no menciona que hayan armado la plataforma.
Por otro lado, desde medios ucranianos como Wing, se señala que el BAS-750 ruso emplea algunas partes esenciales del helicóptero AK1-3. Como por ejemplo el rotor de guiñada y el principal, que son los dos elementos más visibles dado extenso carenado del nuevo dron de Moscú.
Indican que el AK1-3 fue desarrollado en Poltava (a 140 kilómetros al suroeste de Járkov) y que se vendió con bastante éxito durante algún tiempo. Más tarde, según recogen, se supo que Rusia tenía en su haber un modelo de fabricación nacional que resultó ser una "copia completa, incluidas algunas soluciones originales" que empleaba el ucraniano.
La tecnología y el desarrollo detrás de esta plataforma aérea no tripulada no ha sido detallada por las autoridades rusas, quienes sí han mostrado alguna de sus especificaciones técnicas.
El BAS-750 es capaz de llevar carga útil y transmitir información al operario a una distancia de hasta 150 kilómetros, tal y como indica Sputnik. Su estructura permite montar dos depósitos de combustible adicionales para aumentar la duración del vuelo.
"Es el hermano mayor del dron BAS-200, es la continuación de la gama de drones multifuncionales capaces de cumplir numerosas misiones, tales como el rescate, misiones de geodesia y cartografía, el monitoreo de campos agrícolas, carreteras y embalses, de las infraestructuras de suministro de petróleo y gas, líneas de alta tensión y comunicaciones, tuberías y el transporte de cargas", apuntó Oleg Yevtushenko, director ejecutivo de Rostec.
También indicó que el dron "puede llevar por aire cargas de hasta 200 kilogramos a una velocidad de 180 kilómetros por hora" y capaz de ascender hasta los 3.500 metros. En cuanto al equipamiento, Oleg Guliáev, director adjunto del consorcio de Helicópteros de Rusia, mencionó que dispone de un sistema electroóptico y cinco cámaras de visión de 360º para el día y la noche.
De biplanos a drones
En el inicio de la invasión a Ucrania, aparecieron reportes que indicaron la posibilidad de que Rusia podría haber convertido aeronaves de los años 40 en drones. Según Maxar, una empresa privada de estudios de inteligencia e imágenes satelitales, "es probable que los An-2 se hayan convertido en drones y podría usarse como señuelos para simular formaciones de helicópteros o drones para sacar las defensas aéreas de Ucrania".
Convertir aviones An-2 en drones no es algo realmente nuevo, tal y como indicaron desde Defence Blog. La primera vez que se vio este invento fue por parte de Azerbaiyán contra Armenia en el conflicto Nagorno-Karabakh. También algunos reportes señalan que Rusia los utilizó días antes de la invasión de Ucrania como amenaza en la frontera, aunque por el momento no está claro si eran aviones convertidos a drones o iban tripulados.
El sistema de aeronave no tripulada integrado consistiría en el despegue tripulado como si se tratara de un avión convencional. El piloto empujaría entonces la palanca de gases para ganar velocidad y altura junto al resto de aeronaves del escuadrón. En la posición correcta y en el momento indicado, sujetaría los mandos con algún tipo de dispositivo —en Azerbaiyán utilizaron cinturones— y saltaría del avión, dejándolo a su suerte dirección a Ucrania.
Con este método, las tropas rusas conseguirían utilizar los Antonov como señuelos. Lar artillería de Ucrania derribaría estas aeronaves sin piloto y con escaso valor económico gastando munición para nada y, además, revelando sus posiciones. el siguiente paso, de cumplirse los planes, sería internar aeronaves de combate como cazas o bombarderos tras las líneas defensivas sin apenas resistencia.