El telescopio James Webb no para de sorprender tanto en España como en el resto del mundo con sus avances. Las imágenes que arroja el aparato son auténticos portentos, tanto por su espectacularidad como por el detalle de las mismas, ofreciéndonos una vista del cosmos como nunca habíamos imaginado. Ahora, el telescopio ha realizado una increíble fotografía de la Nebulosa de Orión.
Esta Nebulosa está situada al sur del cinturón de Orión, a 1.350 años luz de la Tierra y se constituye como una de las más fotografiadas y observadas, así como una de las más brillantes que existen. De hecho, se puede observar en el cielo nocturno, con las condiciones lumínicas adecuadas, y tiene un diámetro de unos 24 años luz. Podéis ver la fotografía de la Nebulosa al completo aquí.
Tal y como exponen en la web del equipo PDRs4ALL, dicha imagen ha sido tomada en una de las regiones con más cantidad de estrellas, y busca conseguir instantáneas de las regiones dominadas por fotones o PDR, en las que el gas es neutro y en las que solo sobreviven los átomos y moléculas resistentes a la radiación ultravioleta.
Imágenes de la Nebulosa
Estas regiones se caracterizan por albergar zonas con fuentes de calor de gas y polvo en el espacio. La imagen principal, compuesta de varios filtros que representan factores como las emisiones de gas ionizado, hidrocarburos, gas molecular o luz estelar dispersa, muestra la conocida como Barra de Orión, una masa de gas y polvo predominante en la parte intermedia de la toma. De hecho, el equipo de PDRs4ALL ha señalizado estas zonas en la imagen.
Por ejemplo, dentro de la Barra de Orión se encuentra la estrella θ2 Orionis A, y justo a su derecha se encuentran los propios filamentos de la Barra. Según el equipo, la propia imagen está iluminada por un grupo de estrellas jóvenes y cálidas, conocidas como el Trapezium Cluster o Cúmulo del Trapecio. Este cúmulo, ubicado principalmente en la parte superior derecha de la imagen, emite una fuerte radiación ultravioleta que crea un ambiente cálido e ionizado, erosionando la Barra muy lentamente.
La imagen se obtuvo con el instrumento NIRCam del telescopio espacial James Webb, y data del 11 de septiembre del 2022. Se combinaron varias imágenes en distintos filtros para crear la composición de dicha imagen. En un momento dado del análisis, el equipo compara una toma realizada en la misma zona por el telescopio Hubble y por el James Webb muestra los avances tecnológicos del segundo.
Mientras que la imagen del Hubble está dominada "por la emisión de gas ionizado caliente", destacando el lado de la Barra de Orión que mira hacia el Cúmulo del Trapecio, la del James Webb recoge "el material molecular más frío que está un poco más lejos del Cúmulo del Trapecio". Destacan cómo la visión infrarroja del James Webb "puede mirar a través de las gruesas capas de polvo y ver estrellas más débiles".
Lo mismo ocurre comparando una toma del James Webb con el Telescopio espacial Spitzer. Si bien ambas imágenes fueron tomadas con un filtro sensible a la emisión de polvo de hidrocarburo, la nitidez de la toma del Webb es muy superior. "Esto queda inmediatamente claro a partir de los intrincados filamentos, pero los agudos ojos del Webb también nos permiten distinguir mejor las estrellas de los lóbulos y los discos protoplanetarios".
Gracias a esta visión infrarroja, los científicos podrán "estudiar lo que sucede en el interior de la Nebulosa de Orión". Según explica la astrofísica Els Peeters, de la Universidad de Western (Canadá) y codirectora del equipo, estas observaciones ayudarán a "comprender mejor cómo las estrellas masivas transforman la nube de gas y polvo en la que nacen".
Peeters explica que las estrellas jóvenes masivas "emiten grandes cantidades de radiación ultravioleta directamente a la nube nativa que todavía las rodea, y esto cambia la forma física de la nube, así como su composición química. Todavía no se sabe con precisión cómo funciona esto y cómo afecta a la formación de estrellas y planetas".