Últimamente las cosas no le están saliendo bien a Putin. Las armas que países como España han enviado para ayudar a Kiev están surtiendo el efecto esperado mientras las tropas rusas se encuentran sumidas en un repliegue tan desorganizado como desastroso. Están dejando atrás un número casi incontable de tanques y vehículos blindados de todo tipo que jamás recuperarán. Algunos de ellos todavía herencia de la Unión Soviética, pero otros pertenecientes a versiones tan modernas como capaces.
Desde que comenzó la contienda existen varios grupos de analistas de inteligencia de código abierto que se dedican a investigar y contabilizar las pérdidas de Rusia. Como consecuencia del abandono de las posiciones, el número de tanques abandonados ha superado la barrera de los 1.000 y no deja de crecer todos los días.
Aproximadamente, un 40% de ellos han sido abandonados o capturados por las fuerzas de Zelenski, pudiendo incluso incorporarlos a sus filas o utilizarlos como repuestos para sus propios blindados gracias a que comparten buena parte de las plataformas. Los más representativos son las diferentes variantes del tanque T-72 con 686 bajas, según el informe de Oryx. Le siguen los T-80 con 210 unidades y el resto se reparte entre los T-90, T-62 y carros imposibles de identificar.
"Las pérdidas han ido fluctuando a lo largo del conflicto", ha señalado Jakub Janovsky, colaborador del recuento en Oryx, a The Moscow Times. "En el primer mes, Rusia perdió una cantidad increíble de tanques y otros vehículos porque los rusos estaban muy dispersos en una gran área de Ucrania".
Los tanques perdidos
"Muchas de las pérdidas son consecuencia de los daños o del mal funcionamiento mecánico de los tanques que luego se destruyen porque no se pueden recuperar", afirma Janovsky. Y es que, Rusia optó por sacar sus mejores equipos en las primeras semanas de guerra que fueron sustituyéndose por material mucho más antiguo —soviético— a medida que iban cayendo.
Precisamente soviético es el T-72 que entró en servicio en 1973 e inauguró una de las familias más prolíficas de toda la Unión y que todavía hoy, actualizaciones mediante, supone el eje central de los blindados de la Federación Rusa. Su diseño comenzó en los años 60 con el fin de mejorar el T-62 —que también participa en la invasión a Ucrania— integrando mejoras tecnológicas importantes y necesarias, además de crear una plataforma muy flexible capaz de adaptarse a otros usos.
Durante este medio siglo de servicio, el T-72 se ha sometido a varias y profundas actualizaciones que han dado como resultado una densa carta de variantes y subvariantes. La versión que acumula más bajas es la T-72B primigenia —164 unidades perdidas— que comenzó su vida operativa en 1985 con sistemas clave renovados como el cañón principal, los estabilizadores o el control de disparo.
También incorporó la capacidad de lanzar misiles guiados, se reforzó el blindaje y se optó por un motor más nuevo y potente. Le sigue muy de cerca el T-72B3 cuyo proceso de actualización comenzó en el año 2010 aplicando tecnología digital, navegación por satélite y blindaje reactivo.
Aunque, sin duda, de las pérdidas que más daño han hecho a Rusia han sido las protagonizadas por los T-72B3M; una versión lanzada en 2016 con lo último en tecnología militar. Cuenta con una mejora importante del blindaje reactivo, un arma principal capaz de lanzar misiles más avanzados y un puesto de mandos digital. De estos, Moscú ha perdido nada menos que 146 unidades, la mitad de ellos abandonados y capturados.
Con un equipamiento muy similar, pero empleando otra plataforma, se encuentran los tanques de la familia T-80. El desarrollo y puesta en marcha es prácticamente coetáneo al T-72 sirviendo como segundo pilar de las fuerzas terrestres soviéticas primero y rusas después. El modelo más avanzado corresponde con el T-80BVM que comenzó sus andaduras en 2017 y cuenta con un cargador automático capaz de disparar proyectiles de uranio empobrecido.
Rusia ha perdido un total de 37 unidades de T-80BVM muy modernas, la mitad de ellas capturadas. El grueso de pérdidas de esta familia de tanques la tiene el modelo T-80U que entró en servicio en 1985 y acumula 79 unidades perdidas en la invasión de Ucrania.
Los estamentos militares ucranianos contabilizan 2.077 tanques rusos destruidos desde el comienzo de la invasión en febrero. Por su parte, el Kremlin no ofrece datos sobre sus bajas. "Ambas partes parecen ser un poco más cuidadosas con el uso de tanques que en los primeros días de la guerra".
Miles de otros vehículos
Los tanques tan solo corresponden una pequeña parte —el 20%— de todas las pérdidas en Ucrania. Según el reporte actualizado de Oryx, Moscú se ha dejado 5.900 vehículos de todo tipo —camiones, todoterrenos, equipos de guerra electrónica, escudos antiaéreos...— en lo que va de guerra. "Tenemos algunos datos parciales de principios de la guerra que mostraron que las pérdidas reales rusas fueron aproximadamente un 30% más altas que las que tenemos en nuestra lista", apunta Janovsky.
De entre todo el equipamiento destruido, capturado o abandonado, el que más efectivos acumula en esta lista negra es el vehículo de infantería BMP-2 con 434 unidades. De ellas, 276 tienen la confirmación de haber sido destruidas en el campo de batalla mientras que el resto han sido abandonadas o reaprovechadas por los de Zelenski.
El BMP-2 es un reemplazo directo del BMP-1 que el ejército soviético introdujo allá por los años 60 y que todavía hoy sigue operativo. Se comenzó a desarrollar en 1974 y entró oficialmente en servicio en 1980 como un vehículo más rápido y flexible que los pesados T-72 y T-80, pero también con menor capacidad de ataque y defensa.
El arma principal está representado por un cañón de 30 milímetros con una cadencia de entre 200 y 300 disparos por minuto. Cuenta con un alcance de 1,5 kilómetros contra vehículos y hasta 2,5 kilómetros contra objetivos menos resistentes como helicópteros volando a baja cota. Incorpora también un lanzamisiles en la parte superior especialmente útil contra carros de combate, para los que emplea munición guiada con hasta 4 kilómetros de alcance.
Este vehículo de infantería también se ha ido renovando y actualizando a lo largo de los últimos años y las pérdidas en la invasión a Ucrania no solo se acotan a los modelos más antiguos. Una de las últimas capturas de los soldados de Kiev ha sido un BMP-2M, un blindado mucho más avanzado desde el punto de vista tecnológico. Está equipado con un cañón acompañado por un lanzamisiles y un lanzador de granadas automático.
Esta versión también está equipada con dispositivos de observación y vigilancia panorámica con capacidad de visión nocturna, según Defence Blog. También se ha equipado con un sistema de radio capaz de operar incluso bajo condiciones de interferencia constante del enemigo.
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