La invasión rusa en Ucrania ha impulsado varios planes de aumento de gasto de los países pertenecientes a la OTAN. El compromiso adquirido de los miembros de la Alianza pasa por reforzar e incrementar el material de sus fuerzas armadas y los primeros acuerdos ya se han ido cerrando. Lo último que se conoce de España es que incorporará uno de los misiles antibuque más avanzados del mundo para servir en las actuales fragatas F-100 y en las futuras F-110.
Ni el Ministerio de Defensa ni la Armada han anunciado el acuerdo oficialmente y la noticia ha saltado a la luz debido a que el fabricante del misil ha actualizado su página web incluyendo la bandera de España entre los países que han seleccionado la tecnología. En particular, se trata del misil NSM (Nautic Strike Missile o Misil de Ataque Náutico) de la compañía noruega Kongsberg Defence & Aerospace.
Kongsberg apunta a que el Ministerio de Defensa español les envió una carta antes del verano señalando al misil NSM como el elegido tras un proceso de licitación, tal y como recoge Infodefensa. Medios noruegos que se han hecho eco de la elección han señalado que la compañía se encuentra a la espera de que la cartera de Margarita Robles firme el contrato y se ratifique la operación de compra.
"La Armada española tiene previsto equipar tanto la F-100 existente como la nueva F-110 con NSM. Se anunciará información adicional cuando se adjudique el contrato", según ha publicado el fabricante en un escueto comunicado. Termina apuntando que "Kongsberg no puede proporcionar más comentarios sobre el tamaño potencial de este contrato".
Misil noruego
El contrato de fabricación de los Naval Strike Missile se firmó en 2007 como sustituto de los Penguin que hasta entonces tomaban el papel de misil antibuque de Noruega. El objetivo del país era proveer de este sistema a sus fragatas clase Fridjof Nansen, un conjunto de 5 embarcaciones fabricadas por Navantia en Ferrol y hermanas de la clase Álvaro de Bazán. Más conocidas como F-100 y que conforman el pilar de los buques de guerra de la Armada española.
La Marina Real de Noruega lanzó por primera vez un NSM en octubre de 2012 inaugurando un periodo de ejercicios que fue enlazándose con los realizados por los países que adquirieron en un primer momento el misil. Polonia, Estados Unidos y Malasia son, hoy por hoy, los únicos operadores de NSM. Pero la lista de futuros operadores incluye a Australia, Canadá, Alemania y Rumanía; además de España.
El misil NSM "proporciona un rendimiento operativo superior y una alta capacidad de supervivencia contra todos los sistemas de defensa enemigos", según describe Kongsberg en el folleto del producto. Una de sus principales bazas es la flexibilidad que proporciona al poder atacar objetivos marítimos y terrestres con capacidad de penetración a través de escudos antiaéreos y un sistema a bordo de identificación de la clase de barco a través del reconocimiento autónomo de objetivos.
En el apartado puramente de ataque, los ejercicios llevados a cabo por la compañía y por las fuerzas navales de los diferentes países que ya lo operan han demostrado el éxito contra objetivos cercanos a la costa tanto con lanzamientos desde el mar como tierra adentro. Este último escenario se consigue gracias a que puede integrarse en vehículos lanzadores en tierra firme.
El NSM cuenta con una velocidad "subsónica alta" que no acotan desde la compañía y que consigue gracias a un cohete de combustible en estado sólido de fabricación francesa que le impulsa en los primeros segundos para luego pasar a utilizar un turborreactor hasta el momento del impacto. Tiene una masa de 407 kilogramos por una longitud de 3,96 metros y un alcance que Kongsberg estima superior a 185 kilómetros.
Unos 125 de los 407 kilogramos corresponden con la ojiva integrada en el interior del misil. El método de ataque de este tipo de armamento corresponde con impactar en el casco del buque o cerca de la línea de flotación, para lo que emplea una carga explosiva y de fragmentación.
Además de la versión de lanzamiento desde barco y desde tierra firme, Kongsberg ha desarrollado una versión específica para ser lanzada desde un caza F-35. El comunicado de la compañía tan solo menciona las versiones navales, pero la experiencia adquirida en este misil puede significar un punto a su favor ante la posible adquisición de estas aeronaves para el ala fija de la Armada y el Ejército del Aire.
F-110
Las fragatas F-110 se encuadrarán en la Armada como escoltas polivalentes diseñadas para escenarios de alta intensidad. Contarán con una "importante" capacidad de combate en todas las áreas de la guerra con especial enfoque en la protección de la fuera y en la proyección del poder naval, según la describen desde el Ministerio de Defensa. También serán muy versátiles para poder desempeñar sus cometidos relacionados con los perfiles de seguridad marítima y de apoyo a autoridades civiles.
Su equipo de a bordo —en el que se integrará el misil noruego— estará optimizado para operar en el litoral para lo que contará con sensores y armamento específicos. Según la ficha técnica, tendrá un desplazamiento de en torno a 6.100 toneladas, 145 metros de eslora por 18 metros de manga.
Entre los sistemas de combate se encontrará el SCOMBA con componentes de AEGIS desarrollado pro Lockheed Martin así como una amplísima carta de sensores y radares. Para el armamento contará con un cañón de 127 milímetros como artillería principal, de 30 milímetros para artillería secundaria automatizada y estaciones remotas de armas de diferentes calibres.
En el apartado submarino incorporará una suite completa formada por varios modelos de sónar, torpedos y sistemas de defensa antitorpedo. Se espera que la primera unidad de F-110 se entregue a finales del 2026, según los últimos datos de Defensa, y se vaya completando la flota de 5 en años consecutivos hasta 2031.