A mediados de 2021, Rusia y China presentaban un ambicioso calendario para establecer una base lunar y enviar a los primeros astronautas en 2036. Un programa espacial que se ha topado con la realidad de la Tierra. La invasión de Ucrania por parte de su socio habría enfriado la relación; la agencia china busca nuevos socios en Europa sin mencionar al elefante en la habitación.
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Un resumen de los planes para crear esa futura Estación de Investigación Lunar Internacional (ILRS) en el polo sur de la luna abre las puertas a la participación internacional en una conferencia en París. Sin embargo, como indica SpaceNews, en ningún momento se hace mención a Roscosmos, la agencia rusa con la que se anunció de forma conjunta este programa hace más de un año.
Al igual que la NASA sigue trabajando para llevar de nuevo al ser humano a la Luna con el programa Artemis, China quiere hacer lo mismo con misiones como Chang'e-6, Chang'e-7 y Chang'e-8. Para ello ya cuenta con el apoyo de Suecia, Francia y la Agencia Espacial Europea.
China y Rusia
Antes de que la guerra en Europa copara titulares, China y Rusia unían fuerzas en la complicada meta que supone establecer una base lunar donde puedan habitar los seres humanos. Anunciaban tres fases, siendo la primera de desde 2021 a 2025, otra de 2025 a 2030 y la última de 2030 a 2035.
Durante la reunión del Congreso Astronáutico Internacional (IAC) la semana pasada en París, la agencia china ha abierto sus próximas misiones a la participación internacional, pero obviando a su socio principal, sin mencionar a Rusia, la cual no estaba invitada al evento precisamente por el conflicto en Ucrania y las tensiones políticas con Europa y Estados Unidos.
No hay ninguna confirmación que indique que ambos países no vayan a seguir colaborando en estos planes, pero a la hora de buscar nuevos apoyos, la marca Roscosmos puede ser un problema. Al principio de la guerra, Europa ya canceló una misión en la que colaboraba con Roscosmos, mientras que Estados Unidos ha confirmado recientemente que seguirá trabajando con la agencia rusa en la Estación Espacial Internacional.
China y Europa
China afirma estar abierta a nuevas propuestas para su misión de aterrizaje y órbita en el polo sur lunar, Chang'e-7, así como para la misión de prueba de utilización de recursos en el satélite Chang'e-8. Antes de programar estas misiones que demostrarían la preparación de la agencia para establecer la base, ya cuentan con la ayuda de Europa para la próxima misión.
Chang'e-6 se está desarrollando junto a Suecia y la ESA que construyen un detector de iones negativos, un retrorreflector italiano, un instrumento de radón francés y un CubeSat paquistaní, llamado ICUBE-Q. También se está desarrollando un pequeño rover de unos 10 kilogramos que viajará en la nave en 2024, cuando está previsto el lanzamiento.
Con una anterior misión, la sonda china Chang'e 5 en 2020, China se convertía en el tercer país en recolectar muestras lunares, después de que lo hicieran Estados Unidos y la extinta Unión Soviética hace cinco décadas. Entre estos planes lunares y la construcción de una estación espacial en órbita propia, China se está tomando muy en serio su papel fuerte de la Tierra y busca colaborar con todo el que pueda ayudarle a conseguir sus metas.