La movilización del submarino Belgorod K-329 el domingo hizo saltar todas las alarmas en la sede de la OTAN. Los servicios de inteligencia de la Alianza Atlántica no tardaron en informar a sus países miembros, entre los que se encuentra España, de las últimas ubicaciones registradas del sumergible. Realmente, más que el propio Belgorod, lo que preocupa a la comunidad internacional es uno de los torpedos nucleares que guarda en su interior: el Poseidón.
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También conocido como el Arma del Apocalipsis, este proyectil submarino es una de las grandes bazas disuasorias de Rusia para el ataque a muy larga distancia. Según indican algunos analistas, el Poseidón es "prácticamente imparable" debido a la gran velocidad que consigue gracias a su diseño y a la quietud con la que atraviesa el agua.
"Poseidón es una categoría de arma completamente nueva. Reformará la planificación naval tanto en Rusia como en Occidente, lo que dará lugar a nuevos requisitos y nuevas armas de combate", señala Naval News. "Un arma que no puede ser anulada con defensas antimisiles".
Putin presentó en 2018 —junto a otras armas estratégicas— a Poseidón como el torpedo estrella de todo su arsenal. Los ingenieros lo diseñaron específicamente para integrarse dentro del submarino K-329 que, entre sus especialidades, se encuentra la de servir de plataforma para el control de drones submarinos y todo tipo de armamento de largo alcance.
Un tsunami radiactivo
El misterio y la opacidad en los desarrollos son dos de las claves de los estamentos militares de Rusia. La gran mayoría de la —escasa— información que se ha publicado proviene de los servicios de inteligencia de Estados Unidos que revelaron la entrada en servicio del Belgorod el pasado julio y, con él, el Poseidón.
Hasta entonces, más allá de la presentación por parte de Putin, lo único que se conocía del torpedo nuclear provenía de un vídeo promocional publicado por estamentos militares rusos en 2015. Allí se mostraba al Belgorod junto al Status-6, que posteriormente fue rebautizado como Poseidón.
Se ha calificado como un dron submarino —convertible a torpedo— que consigue una autonomía ilimitada gracias a un sistema de propulsión nuclear del que no se sabe absolutamente nada. Algunos informes indican que los ingenieros rusos habrían aplicado todo el conocimiento acumulado en reactores para submarinos tradicionales reescalándolo para que quepa en el torpedo.
A falta de datos oficiales, las estimaciones colocan al Poseidón con 24 metros de eslora por 2 de diámetro. De confirmarse, se alzaría con el primer puesto de los torpedos más largos jamás fabricados. Aproximadamente el doble que un misil balístico lanzado desde un submarino y 30 veces mayor que un torpedo pesado de tamaño estándar. En total, el Belgorod es capaz de acarrear 6 torpedos nucleares Poseidón en una cámara situada en la proa.
Los planes originales de Rusia consistían en desarrollar un arma de segundo golpe o arma de contraataque que respondiera un primer lanzamiento nuclear por parte de un país enemigo. Sin embargo, los estamentos militares del país también lo califican como un arma táctica capaz de actuar contra barcos de guerra. En particular, contra embarcaciones valiosas como pueden ser portaviones.
Los primeros reportes de medios estatales rusos indicaban que el torpedo incorporaba una "bomba de tsunami" de 100 megatones compuesta por una o varias ojivas nucleares. Estimaciones más recientes apuntan a 2 megatones.
Alcance ilimitado
En cuanto a las especificaciones, algunos analistas apuntan a que el Poseidón podría alcanzar una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora, mientras que otros casi duplican la cifra y la sitúan en 185 km/h. Todo ello con una capacidad de inmersión que llevarán sus 100 toneladas hasta 1.000 metros de profundidad; que dificultan todavía más la detección por parte de los sistemas acústicos y sensores.
"Un reactor nuclear le da al arma un alcance esencialmente ilimitado. Esto le da nuevos niveles de flexibilidad operativa en términos de lanzamiento y ubicaciones de destino". La información disponible indica que Poseidón cuenta con más de 10.000 kilómetros, proporcionándole capacidad para atacar a cualquier ciudad costera del mundo como puede ser Nueva York o Los Ángeles.
Por ponerlo en perspectiva, el torpedo Mark 48 estadounidense —el más potente de todo el arsenal del país— tiene una longitud de 5,8 metros por 530 milímetros de diámetro, un peso que no llega a los 1.600 kilogramos y un radio de acción de 55 kilómetros en el mejor de los casos.
Uno de los puntos más controvertidos alrededor del Poseidón es si tiene —o no— realmente propiedades furtivas. "Usa un accionamiento directo desde la turbina de vapor, a través de engranajes, hasta el propulsor de agua. El pequeño diámetro no parece permitir un silenciamiento significativo [de todo este mecanismo], por lo que la nave no será particularmente sigilosa".
"Además, el blindaje es mínimo, por lo que puede dejar un rastro de radiopacidad. Esto podría ser un factor para rastrearlo", prosigue. Algo que tampoco garantiza que pueda detenerse con los sistemas conocidos una vez Putin ordene lanzarlo.
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