Junto a Estados Unidos, China se ha convertido en el país más puntero en la industria de los drones y, más en concreto, en la creación de ecosistemas que los unen con aeronaves tripuladas. Según las últimas imágenes publicadas por Pekín, emplearían bombarderos para desplegar estos pequeños aviones no tripulados creando verdaderos enjambres dispuestos a servir a la nave nodriza para misiones tácticas y de protección. Un concepto que España —junto a Alemania y Francia— persigue con el FCAS que planea levantar el vuelo en, al menos, dos décadas.
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Los protagonistas del vídeo publicado por la cadena de televisión estatal CCTV-7 son el bombardero H-6K y los drones LJ-1. Según se puede ver, la aeronave despliega en pleno vuelo varios elementos no tripulados desde su bahía de carga central; donde normalmente se colocan las bombas.
En las siguientes imágenes se puede ver cómo los drones se colocan en formación diamante continuando el vuelo sostenido más allá del propio bombardero. Algunos reportes indican que el dron puede alcanzar los 10.000 metros de altitud de vuelo por sus propios medios y una autonomía superior a 60 minutos volando a un crucero de 5.000 metros.
Algunos analistas apuntan a que la modularidad del LJ-1 le podría permitir trabajar con el caza de quinta generación J-20 como loyal wingman (compañero leal, en español) como complemento para realizar todo tipo de misiones, según recoge The War Zone. Aunque por el momento China no ha aportado más información respecto a estas aplicaciones.
Una nave nodriza
Los detalles sobre el funcionamiento real de la tecnología en un escenario de guerra todavía no se han desvelado. China es uno de los países del mundo más opacos con todo lo que tenga relación con sus programas militares y la información suele llegar con cuentagotas una vez la tecnología se encuentra operativa.
En cambio, lo que sí está claro es que la nave nodriza de drones que aparece en el vídeo es un bombardero Xian H-6K, una aeronave de origen soviético cuya primera versión levanto el vuelo por primera vez en 1959 y entró en servicio una década después como plataforma de bombardeo nuclear de referencia en el país asiático.
China obtuvo el permiso de la Unión Soviética para fabricar sus propios bombarderos basados en el Tupolev Tu-16 y, a partir del modelo base, ir desarrollando versiones y variantes como la H-6K que aparece en el vídeo. Este último modelo corresponde con la última gran renovación realizada por Xian a principios de los años 2000 y que entró en servicio en 2009 durante las celebraciones del 60 aniversario de la República Popular China.
Está especialmente fabricado para satisfacer las necesidades de la rama de aviación de ala fija de la Marina china con el fin de reemplazar a un modelo anterior que se construyó en los años 90. Para ello, han instalado nuevos motores —también de procedencia rusa— con 12.000 kilogramos de empuje junto con entradas de aire más grandes, una renovación de la cabina de mandos y un radomo para radar más grande situado en la nariz del avión.
Los ingenieros encargados del lavado de cara diseñaron una plataforma para ataques de largo radio con autonomías que pueden llegar los 6.000 kilómetros, dependiendo de la cantidad de armamento en su interior. Además de la bahía interior donde puede acarrear misiles de todo tipo, bombas y drones; cuenta con diversas torretas y ametralladoras situadas a lo largo del fuselaje.
Drones sigilosos
En cuanto al dron, se conoce que es un LJ-1 desarrollado por la Universidad Politécnica del Noroeste de China (NPWU, de sus siglas en inglés) en cooperación con una pequeña compañía aeronáutica llamada CCKW. La primera vez que se pudo ver a esta aeronave no tripulada fue en un estand de la NPWU en el salón de la Aviación y del Espacio de Moscú en 2019.
Dispone de propiedades furtivas que le permiten circular de forma desapercibida a los radares enemigos y está concebido para hacerse pasar por un caza de combate de tercera o cuarta generación. Aunque algunos reportes, al ser furtivo, también consideran que puede confundir al enemigo simulando ser un caza de quinta generación.
Tiene una longitud de 5,7 metros por 2,5 de envergadura y emplea un propulsor que le confiere gran autonomía —se desconoce el dato concreto— junto con una gran maniobrabilidad. En cuanto a su equipamiento, dispone de contramedidas electrónicas y sistemas capaces de generar interferencia.
Según recoge Aviation Week, el LJ-1 tiene una carta de funciones similar a los drones loyal wingman en los que Estados Unidos lleva trabajando varios años. Con capacidad para ejecutar "misiones operativas tácticas" que van desde la creación de ruido electromagnético a servir como misiles para ataque a tierra.
Por el momento se desconoce el estado de la tecnología necesaria para la integración de los drones en el bombardero H-6K y China se ha limitado a publicar vídeos de modelos realizados por ordenador.