Así son los Arash-2, los drones suicidas con 2.000 km de alcance que Rusia quiere de Irán
Pese a las sanciones internacionales, Irán y Rusia estrechan su alianza y se espera la entrega de nuevos misiles y drones con mayor alcance.
27 octubre, 2022 03:26Mientras Rusia prepara su defensa en la vertiente este del río Dnipro y las fuerzas armadas ucranianas dudan de la facilidad de recuperar Jersón, el avispero de la guerra está más activo que nunca. También por los continuos ataques con misiles y drones kamikaze como los Shahed-136 sobre las ciudades ucranianas. A estos bombardeos pueden sumarse en breve, según varias fuentes de defensa de Ucrania y EEUU, los drones suicidas Arash-2, también procedentes de Irán y con un alcance y potencial destructivo mucho mayor.
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Todo esto sucede a pesar de las sanciones impuestas por la Unión Europea contra Mohammad Hossein Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, y otras cuatro personas y tres empresas ante las evidencias de que el gobierno iraní está suministrando material bélico a Rusia. El propio Bagheri contestó en tono de burla, según recogen varios medios iraníes: "Tengo una propuesta humanitaria para la Unión Europea: os doy permiso para confiscar mis propiedades y activos de todos los bancos del mundo y usadlo para comprar carbón para los ciudadanos europeos. Se acerca un invierno difícil".
Aunque Irán y el Kremlin siguen negando la entrega de drones, según Reuters dos altos funcionarios y dos diplomáticos iraníes han asegurado que su país ha prometido proporcionar más material, como los misiles de corto alcance y de superficie Fateh y Zolfaghar. En esa próxima entrega también podrían incluirse más aeronaves no tripuladas, entre ellas los drones Arash-2. Se trata del dron kamikaze de mayor alcance del que dispone Irán, con un rango cercano a los 2.000 km y construido para atacar ciudades de Israel como Tel Aviv y Haifa desde las bases en el país persa.
Contra las defensas aéreas
Los drones Arash, tanto la primera como la segunda generación, han sido desarrollados sobre la base de los drones Kian, que entraron por primera vez en servicio en 2014. El Kian 2, que habría servido de modelo para el Arash-2, se utilizó por primera vez en misiones de anti-intercepción y ataque a objetivos terrestres en 2019 y es mucho más grande que el modelo original. Según fuentes iraníes sin identificar, utilizaría un propulsor de combustible sólido para el despegue y un motor turborreactor para el vuelo de crucero.
El Arash-2 es casi igual en tamaño y apariencia que el Kian 2 pero, además de su capacidad destructiva como dron suicida, está especificamente diseñado para suprimir las defensas aéreas enemigas. En su interior tendría instalados sistemas de recepción de ondas de radar, por lo que serían capaces de detectar y atacar objetivos con mayor precisión.
En el primer ejercicio de drones a gran escala del Ejército de la República Islámica de Irán que tuvo lugar en enero de 2019, un dron Arash-2 fue lanzado desde la costa de Makran y, tras recorrer una distancia de unos 1400 km, alcanzó su objetivo en el área designada en la provincia de Semnan. En este ejercicio, el dron kamikaze fue lanzado desde un contenedor portátil en un camión de uso comercial, lo que implica una gran movilidad y facilidad a la hora de ocultarse.
La longitud del Arash-2 es de aproximadamente cuatro metros y medio y está diseñado para volar a velocidades subsónicas, en torno a los 350 km/h, aunque podría alcanzar una máxima de 480 km/h. Su ojiva tendría hasta 30 kg de explosivos y el techo práctico de vuelo se iría a los 5,5 km.
Otra de sus características distintivas es su capacidad como arma antibuque. Otros drones suicidas también podrían ser utilizados con ese objetivo, pero debido al pequeño tamaño de su ojiva no son los más adecuados para intentar hundir un buque de guerra. En cambio, los drones Arash, fijándose en los radares del barco, son capaces de infligir mucho más daño gracias al mayor capacidad destructiva.
El Arash-2 apareció públicamente por primera vez durante unas maniobras en diciembre de 2019, cuando se anunció que podría lanzarse desde tierra o desde el mar, que tiene cualidades antirradar y la capacidad de impactar en objetivos situados a 2.000 km de distancia. Lo que añadiría posibilidades al despliegue militar ruso en el Mar Negro y el Mar de Azov. Además, pueden estar equipados con escáneres ópticos y térmicos y serían capaces de burlar la detección de los sistemas antiaéreos del enemigo.
Una potencia en drones
Irán, junto a China y EEUU, es uno de los países que más apostado por los drones militares, con una amplia variedad a disposición de su ejército, como se ha podido comprobar en sucesivas maniobras, la última de las cuales tuvo lugar hace apenas un mes. El país islámico lleva utilizando y actuando como proveedor de drones a terceros países desde hace décadas, algo reforzado por las sanciones impuestas por EEUU, que le han impedido importar y construir cazas de combate.
Según el Estado Mayor de Ucrania y el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), think tank estadounidense de defensa, Irán ha dado un paso más en la última semana y está ayudando a formar a operadores rusos en el uso del Arash-2.
Se desconocen muchas de las características de esta joya de la corona del ejército iraní, pero el comandante de las fuerzas terrestres iraníes, el general Kiomars Heydari, afirmó a principios de septiembre que estas aeronaves no tripuladas tienen capacidades únicas de largo alcance, son capaces de patrullar sobre sus objetivos y tienen una ojiva explosiva considerablemente mayor que la del Shahed-136.
Secretismo y cautela
Todas estas informaciones provienen de medios y fuentes no oficiales iraníes, que tienden a sobreestimar las capacidades de sus plataformas y equipamientos militares. La propaganda es la norma general y presumir de capacidades que no se tienen es una forma de disuasión contra sus enemigos declarados, principalmente Israel y EEUU.
Al igual que sucede con China, que mantiene un gran secretismo sobre sus desarrollos en el campo de defensa, es difícil saber cuánto hay de verdad en las especificaciones de drones iraníes como el Arash-2. De hecho, el propio Instituto para el Estudio de la Guerra señala en su comunicado de prensa que "es muy poco probable que las fuerzas rusas utilicen el Arash-2 con mayor efecto que el que han utilizado el modelo Shahed-136".
Esto se suma a las dudas iniciales de Rusia sobre los primeros drones entregados por Irán. Como recogía The Washington Post citando a funcionarios de seguridad de EEUU y de un gobierno aliado, en las primeras pruebas realizadas por los militares rusos aparecieron algunos fallos técnicos importantes. Aún así, esos errores parecen haber sido superados y los Shahed-136 y Mohajer-6 se han convertido en un quebradero de cabeza para las defensas ucranianas en las últimas semanas.
Tampoco está claro que los Arash-2 vayan a acabar finalmente en manos de Putin. En septiembre, Teherán habría rechazado una solicitud del presidente ruso, según recoge una información de Reuters. Preguntados por el motivo de esa negativa, uno de los funcionarios citó "algunos problemas técnicos" y la preocupación del gobierno iraní ante la posibilidad de que el dron cayera en manos enemigas. "A los mandos de la Guardia Revolucionaria les preocupa que si Rusia utiliza el dron Arash-2 en Ucrania, los estadounidenses puedan tener acceso a nuestra tecnología", concluía.