Abriéndose paso entre la densa niebla que hoy estaba presente en Florida, a las 14:41 —hora de España— ha despegado con éxito el cohete Falcon Heavy de SpaceX desde la plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy. Los 27 cohetes Merlin desplegaban toda su potencia para iniciar la misión USSF-44 de seguridad nacional de las Fuerzas Espaciales de EEUU y poner en órbita dos satélites envueltos en cierto secretismo.
[Así es el Falcon Heavy: el cohete gigante de Elon Musk despega de nuevo en misión secreta para EEUU]
Como estaba previsto, dos minutos y medio después del despegue, los dos propulsores laterales del cohete se han separado de la etapa central para realizar el viaje de retorno y han aterrizado en lugares predeterminados cerca del Centro Espacial Kennedy, ya que serán reutilizados en próximas misiones. Por su parte, el propulsor principal no intentó aterrizar y utilizó la totalidad de su
combustible para lanzar los satélites al espacio.
En el interior de los 70 metros del Falcon Heavy, el cohete operativo más potente del mundo según SpaceX, viajaba el microsatélite TETRA-1, construido en 2020 por una subsidiaria de Boeing para realizar experimentos de telecomunicaciones en una órbita geosíncrona a 35 kilómetros de la superficie de la Tierra. Del otro componente lanzado al espacio no se sabe nada, algo habitual en el sector militar.
Este lanzamiento, pospuesto desde hace dos años por sucesivos problemas y retrasos, es el primero de los tres que el Departamento de Defensa tiene firmados con SpaceX, que tiene previsto volver a utilizar este enorme modelo de cohete en los próximos años antes de sustituirlo por el sistema Starship.
Un prodigio de la ingeniería
La entrada de SpaceX y su CEO Elon Musk en el mundo aeroespacial ha revolucionado el panorama de los lanzamientos de este tipo de cohetes, ofreciendo una alternativa más asequible a los de la NASA, como el gigantesco SLS, cuyo lanzamiento está previsto para mediados de este mismo mes de noviembre después de numerosos problemas.
Según lo describe la propia SpaceX, "el Falcon Heavy es el cohete operativo más potente del mundo por un factor de dos", lo que lo sitúa por delante del Delta IV Heavy desarrollado por United Launch Alliance (ULA). Su capacidad para desplegar cerca de 64 toneladas en la órbita baja de la Tierra es todo un logro, teniendo en cuenta que el segundo en el ránking no llega a las 30.
Su configuración parte de la unión de tres unidades del cohete Falcon 9, el más utilizado por SpaceX en los últimos años para distintos tipos de misiones, con 143 lanzamientos desde 2010. En el despegue de hoy, las dos unidades laterales se han desacoplado de la etapa central y han aterrizazado en la zona 1 y la zona 2 de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral para su reutilizarción. Por su parte, la etapa central se ha deshechado en el océano Atlántico, ya que no contaba con suficiente combustible para realizar un descenso controlado.
Al unir los tres Falcon 9, cada uno de ellos dotado de 9 motores Merlin, Super Heavy suma la potencia de 27 motores, que han funcionado conjuntamente para levantar la carga. Para ello han empleado RP-1 y oxígeno como propulsores en un ciclo de energía de generador de gas.
Todos juntos generan un empuje equivalente al de 18 aviones Boeing 747 a pleno rendimiento. Una potencia más que suficiente para levantar los 1,4 millones de kilogramos del cohete y transportar la carga de menos de 3.700 kg presente en este lanzamiento, según figura en la hoja de requerimientos que se envió a los proveedores.
Próximas misiones
El de hoy ha sido el primer lanzamiento del Falcon Heavy desde hace tres años, después de que completara con éxito la misión Space Test Program (STP-2) del Departamento de Defensa de los EEUU en junio de 2019. En el que era su tercer lanzamiento, el 'hermano mayor' de los Falcon 9 llevó a distintas órbitas una carga que incluía 24 satélites, un reloj atómico, laboratorios portátiles de la NASA y las cenizas de 152 personas.
Desde entonces no ha vuelto a situarse en una plataforma de lanzamiento, principalmente por la concatenación de retrasos en las cargas a transportar. La USSF-44 tenía como fecha inicial 2020, pero una serie de problemas no desvelados por la Fuerza Espacial estadounidense han ido retrasando la misión.
El Falcon Heavy volverá a despegar en principio en octubre de 2023 para llevar a cabo la misión Psyche de la NASA, diseñada para investigar un asteroide rico en metales y hasta ahora inexplorado. Forma parte del Programa Discovery de la agencia espacial, una línea de misiones de bajo coste dirigidas por un único investigador principal. Esta misión tampoco ha estado exenta de retrasos desde que fue elegida en 2017 y todavía existe la posibilidad de que se cancele por completo.
El cohete del que presume Elon Musk también afronta otros encargos en los próximos años, como el lanzamiento de la sonda Europa Clipper en 2024, elementos esenciales para la estación orbital lunar Gateway y el telescopio espacial Nancy Grace Roman en 2026. Los planes de SpaceX son ir sustituyendo paulatinamente el Falcon Heavy por el sistema Starship, que según informa Reuters se pondrá en órbita por primera vez a principios de diciembre. Se trata de un vuelo de demostración clave para cimentar el futuro de las misiones espaciales a la Luna y Marte.
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