El Triángulo de las Bermudas fue durante años un cúmulo de mitos, supersticiones e historias increíbles que intrigaron a todo el mundo, también en España, pero con el tiempo la lógica se ha impuesto a la fantasía. Esto no impide que se sigan encontrando restos de aviones en la zona, incluso de naves que debían haber llegado al espacio como el Challenger, uno de los recuerdos más dolorosos para la NASA.
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Un equipo de filmación buscaba piezas de un avión de la Segunda Guerra Mundial para una serie de documentales sobre el Triángulo de las Bermudas cuando se topó en el fondo del mar con unas piezas que llamaron su atención. La NASA ha confirmado que se trata de restos del cohete Challenger que explotó en 1986.
Hace 25 años que no se encuentran escombros de este fatídico lanzamiento que costó la vida de los siete astronautas tripulantes. Se desintegró en 73 segundos causando una gran conmoción en todo el mundo, se le considera el accidente más grave en la conquista del espacio.
Los restos encontrados
En un punto próximo a la Costa Espacial de Florida, los buzos detectaros los escombros que no se trataban de un simple avión. Por la zona en la que se encontraron y tras reconstruir la pieza de forma digital y detectar una serie de mosaicos cuadrados de 8 pulgadas, el equipo de investigación del Canal Historia contactó con la NASA para confirmar la procedencia de la pieza.
Ni la NASA ni la producción de la serie documental indican qué parte del transbordador espacial sería la pieza encontrada. Las imágenes de la búsqueda y la pieza se emitirán con el estreno de la serie documental sobre el Triángulo de las Bermudas el próximo 22 de noviembre. Hasta entonces han adelantado un pequeño vídeo en redes sociales.
La agencia estadounidense se plantea ahora qué hacer con los escombros encontrados. Los restos de los transbordadores espaciales pertenecen al gobierno federal. Michael Ciannilli de la NASA ha explicado a Associated Press que la pieza encontrada es una de las más grandes que se han recuperado desde el incidente.
El Challenger
"Este descubrimiento nos brinda la oportunidad de hacer una pausa una vez más, para elevar los legados de los siete pioneros que perdimos y reflexionar sobre cómo nos cambió esta tragedia" ha dicho el administrador de la NASA, Bill Nelson. El 28 de enero de 1986 en directo por televisión se emitió el lanzamiento del transbordador Challenger con siete astronautas como tripulación.
La misión STS-51L fue comandada por Francis R. "Dick" Scobee y pilotada por Michael J. Smith. Los otros miembros de la tripulación a bordo eran los especialistas de misión Ronald E. McNair; Ellison S. Onizuka y Judith A. Resnik; el especialista en carga útil Gregory B. Jarvis; y la maestra S. Christa McAuliffe.
Solo 73 segundos después del despegue la nave estallaba ante todas las miradas, perdiendo a toda la tripulación. Una investigación de la agencia mostró más tarde que las temperaturas frías inesperadas de aquella mañana afectaron la integridad de los sellos de las juntas tóricas del segmento del propulsor del cohete sólido. Algunos empleados plantearon sus preocupaciones, pero los gerentes autorizaron el lanzamiento de la misión, y el despegue se produjo a las 11:38 de la mañana hora local.
No fue la última tragedia a la que tuvo que hacer frente la NASA. El Columbia en 2003 con otros siete astronautas se desintegró en su reingreso a la atmósfera. Con estos dos accidentes, los protocolos de seguridad de la NASA se han reforzado enormemente y continúan mejorando con la creación de escudos térmicos ahora que la agencia plantea futuras misiones tripuladas a la Luna y Marte.
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