Así es la próxima corbeta de la Armada: patrullará a miles de kilómetros cargada con drones
Se trata del primer gran proyecto naval que se desarrolla bajo el marco de la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO).
14 noviembre, 2022 01:23La Armada de España, junto con sus homólogas francesa, italiana y griega, se encuentra inmersa en el desarrollo de una nueva embarcación militar dispuesta a servir en las 4 naciones. Se trata del primer gran proyecto naval que se desarrolla bajo el marco de la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO) establecida por Bruselas en 2017.
El modelo resultante deberá prestar servicio durante las próximas cuatro décadas en las diferentes ramas navales de los países participantes. Según recoge la propia Armada, ingenieros navales y técnicos en gestión de programas ya trabajan a contrarreloj para acordar las características y prestaciones comunes que debe cumplir el diseño básico del buque.
La Corbeta de Patrulla Europea (EPC, en sus siglas en inglés) no pretende convertirse en una embarcación exactamente igual para los países participantes. Más bien se busca concretar las principales prestaciones y las grandes formas tanto interiores como exteriores. Crear una plataforma común a partir de la cual las armadas puedan trabajar para equipar sus sistemas propios y específicos para cada misión.
La corbeta de las cuatro banderas.
— Ministerio Defensa (@Defensagob) October 19, 2022
España 🇪🇸, Francia 🇫🇷, Grecia 🇬🇷 e Italia 🇮🇹 participan en el primer gran proyecto naval en el marco de la Cooperación Estructurada Permanente #PESCO para hacer realidad la 1ª corbeta polivalente europea 🇪🇺.#ArtículoREDhttps://t.co/wQ83tZAJh4 pic.twitter.com/VpZm3obOJZ
"La Armada tiene claro el barco que España necesita", ha declarado Jaime Rodríguez Tortosa, quien ha desempeñado el papel de representante español hasta fechas recientes. "Pero en este proyecto colaborativo hay que ser flexibles", resalta. "Definir un patrullero que responda a requisitos operativos acordados entre todos y lograr que la ingeniería básica y de diseño se haga realidad a satisfacción de las 4 naciones".
Drones y helicópteros
El barco resultante, según apunta la propia Armada española, va a ser una combinación entre una corbeta y un patrullero oceánico, una evolución de lo que en las fuerzas navales se conoce como navío de patrulla de altura. Un barco versátil que permita un alto grado de interoperabilidad tanto con las naciones europeas como con las pertenecientes a la OTAN.
Se tratará de un barco de "segunda línea", ya que "no van a estar blindados para resistir grandes impactos en su estructura ni dotados con potentes sistemas de armas ni tampoco capacitados para escoltar y proteger grandes formaciones navales", según indica Rodríguez Tortosa.
El rol principal de la embarcación EPC será la de realizar misiones vigilancia y seguridad marítima en escenarios de baja intensidad que no supongan grandes riesgos. Aunque sí contarán con algún tipo de armamento a bordo, todavía por elegir.
"No olvidamos que deben incorporar tecnologías para hacer frente a las amenazas asimétricas, la guerra híbrida y hasta reaccionar contra las armas de ataques autónomas, las conocidas como mereodeadoras o loitering". Estas últimas las componen esencialmente los drones suicidas.
Los últimos trabajos realizados por la Agencia Europea de Defensa (EDA) apuntan a un barco modular que se ajuste a las necesidades del usuario final. Gracias a ello podrá realizar misiones de todo tipo, incluo interdicción marítima, defensa costera, asistencia humanitaria y asistencia de emergencia en casos de desastres en tierra.
Será también un barco monocasco de un máximo de 3.500 toneladas de desplazameintio, una eslora de alrededor de 100 metros y un calado de entorno a los 5 metros. En la popa dispondrá de una cubierta de vuelo junto con un hangar donde se podrá albergar un helicóptero bimotor ligero o medio. Asimismo, contará contará con un espacio donde operar drones tanto de ala fija como de ala rotatoria.
Las especificaciones se completan con una dotación de algo más de 100 personas, entre tripulación y el personal de los medios aéreos y seguridad. Una de las opciones que se manejan para el apartado de propulsión es una motorización diésel-eléctrica que consiga una velocidad sostenida superior a los 44 km/h y mentenga un crucero de 26 km/h durante 12.800 km.
La Armada española y la Marina Nacional francesa han optado por una configuración de la EPC que han denominado Multiusos de Largo Alcance (LRM o Long Range Multupurpose) que permita misiones de patrullaje de larga duración con hasta 45 días de autonomía. Mientras que Italia y Grecia han optado por una versión de ámbito Mediterráneo que no descarte misiones de combate.
Los contratistas detrás del EPC son el astillero italiano Fincantieri, el francés Naval Group y el español Navantia. Tal y como anuncian desde la Armada, se espera tener listo el primer contrato de construcción hacia mediados de la presente década y se comiencen a realizar entregas en 2030.
Jubilar a los más antiguos
El patrullero P-76 Infanta Elena se acaba de dar de baja y hará lo propio en 2023 el P-77 Infanta Cristina. El Ministerio de Defensa tiene en el EPC el relevo perfecto para estas patrulleras y parta las otras 4 de la clase Serviola que tendrán que ir apartándose del servicio activo hasta 2030.
La primera de estas embarcaciones —la P-1 Serviola— entró en servicio en 1991 inaugurando una tirada total de 4 patrulleras que fueron incorporándose durante ese año y el siguiente. Además, tuvo cierta relevancia internacional con exportaciones a México y Argentina.
Tienen un desplazamiento de 1.000 toneladas recogidas en una eslora de 68 metros por 10 de manga. Disponen de radares de vigilancia tanto para la superficie como aéreos que se combinan con 2 sistemas de armamento: una estación remota Sentinel de 30 milímetros acompañada por otras 2 estaciones Guardian de 12,7 milímetros; todas ellas fabricadas por Escribano.