Sucesivas pruebas y un silencio incómodo parecían presagiar que el tercer intento de la NASA se iba a volver a truncar como los anteriores. Sin embargo, el megacohete SLS se ha elevado hacia el espacio a las 7:50 de la mañana, hora de España. Minutos después la agencia confirmaba que la nave Orión se encuentra ya en la órbita terrestre para emprender el camino hacia la Luna en una misión clave que durará aproximadamente más de un mes.
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Como era de esperar el momento más crítico se ha producido durante la carga de combustible, el equipo a cargo del lanzamiento ha tenido que retrasar media hora el lanzamiento. Cuando el proceso de carga se encontraba a la mitad ha sido necesario reparar una fuga intermitente en la válvula de reposición. También el conmutador ethernet se ha reemplazado.
La cuenta atrás de 10 minutos parecía no llegar nunca, pero tras las revisiones necesarias se ha dado luz verde se ha iniciado la cuenta atrás. El inmenso cohete SLS con la nave espacial Orión en su interior ha despegado de la plataforma de lanzamiento 39B gracias a un par de propulsores situados uno a cada lado del cohete, así como cuatro motores RS-25 que se encuentran en la parte inferior de la etapa central. El par de propulsores han vaciado su depósito y se han separado 2 minutos después del fin de la cuenta atrás, permitiendo que el cohete se elevara. Aproximadamente 6 minutos después, los motores RS-25 junto con el enorme depósito naranja han hecho lo propio.
Transcurridos 8 minutos y medio de misión, la etapa central equipada con los motores RS-25, los recubrimientos del módulo de servicio y el sistema de cancelación de lanzamiento se han separado del módulo central. En ese momento, se ha encendido la etapa intermedia de propulsión criogénica (ICPS, de sus siglas en inglés), la cual se encarga del último tramo de propulsión hacia la Luna.
Las próximas horas
Así han transcurrido, según lo previsto, los minutos siguientes al despegue, aunque el equipo a cargo de esta misión aún no tiene tiempo para relajarse. Las próximas horas, incluso días, seguirán pendientes de que se cumplan todas las etapas programadas. En estos momentos, la nave Orión junto al ICPS está realizando una órbita a la Tierra para lo cual necesita desplegar los paneles solares para no depender de las baterías internas.
El propulsor criogénico debe ofrecer la fuerza necesaria para abandonar la atracción terrestre en una maniobra que se conoce como inyección translunar. Se trata de un largo recorrido hacia el punto concreto en el que la nave es capturada por la fuerza gravitacional del satélite natural. Dos horas después del lanzamiento, la NASA ha calculado que el ICPS se separará de la nave para encargarse de su segundo cometido: desplegar los satélites científicos. Unos cuantos de estos CubeSats se enfocarán en el estudio de la Luna mientras que otros se mandarán al espacio profundo.
A todo esto, el inmenso cohete, después de haber cumplido por fin con su misión de lanzadera, debe regresar a la Tierra. La NASA no ha optado por un modelo de cohete reutilizable, como el Falcon Heavy de SpaceX. La agencia espacial estadounidense se ha enfocado totalmente en la capacidad de carga y la potencia, renunciando al diseño que hubiera permitido despegar el cohete una segunda vez. Las etapas de propulsión caerán al mar y serán rescatadas, a diferencia del sistema sin control elegido por la agencia espacial china que recientemente tuvo en vilo a España durante horas tras el último lanzamiento de un cohete Long March 5B.
A las 16:00 hora de España está previsto que la NASA comparta las primeras imágenes de la Tierra que fotografía la cápsula Orión. Las imágenes se compartirán en la cuenta de Twitter @NASA_Orion desde donde se irá actualizando toda la información del viaje que le espera a la nave las próximas semanas.
Los próximos días de Orion
El viaje hasta alcanzar la órbita de la Luna será larga, entre 8 y 14 días. En ese periodo la nave Orión dispondrá de un módulo de servicio proporcionado por la Agencia Espacial Europea (ESA) que corregirá el rumbo según sea necesario. Los ingenieros de la NASA monitorizarán todos los parámetros y sistemas de la nave en búsqueda de posibles fallos a corregir para posteriores misiones. En esto consiste esta primera misión, probar todo y corregir errores antes de mandar al equipo de astronautas.
Orión volará a unos 97 kilómetros de la superficie de la Luna en una primera pasada, será lo máximo que se acerque en este viaje de prueba. Después, usará la propia fuerza gravitacional del satélite para impulsarse a una órbita retrógrada que alejará la nave a 64.000 kilómetros más allá.
Esa distancia es 48.000 kilómetros más que el récord anterior conseguido por la misión Apolo 13 y la distancia más lejana en el espacio a la que ha volado una nave espacial construida para seres humanos. Para el viaje de vuelta a la Tierra, la nave Orión empleará nuevamente la gravedad lunar mientras realiza un segundo sobrevuelo cercano a la superficie.
Llegado ese momento, se encenderán los motores del módulo de servicio en el momento preciso para aprovechar la gravedad y emprender el viaje de vuelta a casa. Así, se colocará en una trayectoria de reentrada a la atmósfera del planeta, que tendrá una duración de entre 9 y 19 días.
Las estimaciones de los ingenieros de vuelo de la NASA apuntan a que Orión entrará en la atmósfera de la Tierra a unos 40.000 kilómetros por hora, que se irán reduciendo con el rozamiento hasta unos 480 km/h. Es aquí donde comienza una de las fases críticas de la aeronave, en la que se pondrá a prueba la resistencia de los escudos térmicos alcanzando unos 2.800 grados.
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La última etapa se iniciará con el despliegue de los paracaídas a unos 7.600 metros de altura, que reducirán la velocidad de la Orión a unos 160 km/h en un primer momento. Después se desplegarán otros tres paracaídas que reducirán la velocidad de descenso a 32 km/h a la que realizarán el amerizaje frente a la costa de San Diego (California), lugar donde será recogida por un barco. Así terminará esta misión que habrá durado entre 26 y 42 días.
Próximas misiones Artemis
Artemis I es la primera de una ambiciosa serie de misiones que tiene como objetivo final el regreso del hombre a la Luna; la última misión tripulada al satélite terrestre tuvo lugar en 1972. Esta primera misión, al ser de prueba, no tendrá astronautas a bordo y servirá para comprobar la tecnología de todos los sistemas. Ni el cohete ni la cápsula acumulan una sola hora de vuelo en misiones reales, por lo que no sería prudente realizar el primer viaje con tripulación a bordo.
El éxito y las correcciones anotadas en esta primera misión servirán de como trampolín para Artemis II, prevista para mayo de 2024. Entonces sí habrá cuatro astronautas a bordo de la nave espacial Orión, que será su hogar durante los 10 días de duración. Durante ese tiempo, se probarán algunos sistemas críticos de supervivencia en una órbita alta de la Tierra. Darán una vuelta a la Luna y regresarán de forma similar a lo descrito anteriormente.
La prueba de fuego, Artemis III, está planeada para 2025. Será cuando realmente la humanidad vuelva a disfrutar de un alunizaje. En ella viajará la primera mujer en pisar la Luna, que permanecerá seis días en la superficie lunar junto a sus compañeros. Con los sucesivos retrasos y complicaciones, la NASA ya ha reconocido lo difícil que será ajustarse a ese calendario y lo más probable es que estas fechas sufran alteraciones con el paso del tiempo. Lo importante es disfrutar del viaje, no llegar rápido, como dice la DGT.