Satán II defenderá la Tierra: Rusia asegura que su misil más potente podría desviar asteroides
Rusia ha deslizado la idea de usar uno de sus misiles nucleares más avanzados para poder desviar asteroides, tal y como hizo la nave DART de la NASA.
28 noviembre, 2022 12:43Quizás te suene el nombre de 'Satan II', el apodo que pudimos ver en España al misil balístico intercontinental RS-28 Sarmat que Rusia estaba desarrollando para usarlo con su guerra contra Ucrania. Un misil que el ejército ruso busca incorporar a su arsenal lo más pronto posible, a medida que la guerra va estancándose. Ahora, Rusia afirma que este misil es tan brutal que podría servir para parar asteroides.
[El directo en el que se estrelló la nave contra el asteroide Dimorphos]
Después del indudable éxito de la misión DART, que consiguió desviar la trayectoria de un meteorito gracias al impacto de una nave espacial, la Oficina de Diseño de cohetes Makeyev ha asegurado que el Satan II podría conseguir algo similar. Al menos así lo ha asegurado su director, Vladimir Degtyar, tal y como recoge The Eurasian Times.
El director asegura que si bien el planteamiento original alrededor del Satan II es puramente militar, la idea de que pueda redireccionar un asteroide es fruto de su poder, y no tanto de algo que busquen desde el ejército ruso. De hecho, no es algo que realmente quieran hacer.
El Satan II
El Satan II es un misil balístico internacional de propulsor líquido que ha sido elogiado por la propaganda rusa como uno de los mayores portentos tecnológicos militares del estado ruso. Según Rusia, es tan potente que puede incluso atravesar sistemas antimisiles especializados en interceptar esta clase de misiles.
Según Rusia tiene un alcance de 18.000 kilómetros, lo que le permitiría llegar a cualquier parte del globo y pesa 208 toneladas, con una longitud total de 35,5 metros y un diámetro de 3. Lleva en desarrollo desde el año 2014, y puede transportar en órbita baja (como un cohete espacial de reducido tamaño) entre 10 y 15 ojivas MIRV termonucleares de 10 toneladas de peso o, por otra parte, deslizadores hipersónicos Yu-71/Yu-74 Avangard.
Ya en su día, después de que las primeras pruebas del misil tuvieran éxito, el comandante de las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia Sergei Karakaev había asegurado que la relación potencia-peso del Sarmat permite que se pueda disparar en varias trayectorias, incluyendo hacia el espacio exterior. Rusia cree que es uno de los misiles más peligrosos de todo el mundo.
Desviar asteroides
¿Qué antecedentes existen para el uso de este misil en el desvío de asteroides al estilo DART? Degtyar ya ha explicado que la idea de usarlo como dispositivo antiasteroides es una posibilidad. No obstante, adaptarlo y reutilizarlo para tal fin supondría una inversión difícil de asumir y que, además, no sería infalible. Por lo tanto, sería una apuesta muy cara, pese a que Rusia asegura que efectivamente tiene la capacidad para llevarlo a cabo.
Aquí entra en juego el medio Rossíiskaya Gazeta, un medio ruso afiliado al Gobierno de Putin que entrevistó a Degtyar sobre esta capacidad. El director aseguró que Rusia estaba llevando a cabo planes para crear su propio DART, un "interceptor de impacto de asteroides" para impactar objetos espaciales de entre 10 y 100 metros de ancho.
Degtyar habla sobre cómo la capacidad de rastreo de Rusia permite localizar objetos más grandes de ese diámetro, dando una medida. Según The Eurasian Times, la detección se debe hacer entre 5 y 7 horas antes del impacto, a una distancia de 1 o 2 millones de kilómetros desde la Tierra. El funcionario cree que con estos datos, la relación empuje-peso y el corto tiempo de preparación del Satan II podrían hacerlo útil para la interceptación de asteroides.
El problema es el dinero. Degtyar cree que es posible crear "herramientas de detección espaciales para la vigilancia de las distancias del espacio cercano a la Tierra". Propone colocar hasta 4 naves distintas en los llamados Puntos de Lagrange, situadas a unos 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. El problema es que requeriría de "enormes inversiones financieras", algo que el Satán II podría suplir.
Desde luego, ya hay antecedentes para temer a los asteroides. Rusia lo sabe bien. Uno de los ejemplos más claros es el del meteorito de Chelyabinsk, que tuvo lugar en 2013. El 15 de febrero dicho meteorito sobrevoló provincias de Rusia hasta alcanzar a 80 kilómetros de la localidad de Chelyabinsk. Pese a que la NASA estimó que el diámetro de este meteorito era de 17 metros de alto y 15 de ancho, provocó una energía de 500 kilotones, treinta veces superior a la que liberó la bomba de Hiroshima.
La misión DART, que se dio por concluida con éxito, consiguió desviar el asteroide Dimorphos, desplazado su órbita alrededor de 32 minutos. Tuvo lugar el pasado 26 de septiembre, y abrió la puerta a la creación de un sistema estandarizado de defensa planetaria para amenazas futuras.