Dejando muy atrás a las películas de ciencia ficción, las armas de rayos láser ya son una realidad en varios ejércitos de todo el mundo. Las Fuerzas Armadas de Israel y Estados Unidos se han consolidado como las más avanzadas en esta tecnología y cuentan con sistemas dedicados a derribar amenazas aéreas empleando esta energía concentrada. En la misma línea, España tiene entre sus planes equipar este tipo de armamento dentro de algunas embarcaciones de la Armada. Tanto en modelos en activo como en las futuras fragatas F-110.
El partido político Vox planteó en el Congreso la posibilidad de integrar armas láser en los buques de la Armada dados los buenos resultados que otros ejércitos están obteniendo de este tipo de tecnología, como es el caso del Helios de Estados Unidos que la formación de Abascal citó. La respuesta del Gobierno fue el recordatorio del documento de la Estrategia de Tecnología e Innovación para la Defensa (ETID) de 2020, donde precisamente se recogen las líneas de trabajo de las Fuerzas Armadas en armamento láser.
La más importante recoge el diseño, desarrollo e integración de sistemas de armas de energía dirigida mediante láser de alta potencia para su uso en aplicaciones militares y de seguridad. Con especial enfoque en las capacidades de "autodefensa y respuesta". Aquí mencionan la continuación del proyecto SIGILAR (Sistema Guiado de Láser Pulsado para Ámbito Militar) que arrancó en 2018 en colaboración con el Centro de Láseres Pulsados de Salamanca.
Del mismo modo, la ETID menciona la investigación sobre "sistemas de energía embarcados capaces de suministrar la energía necesaria para nuevos sistemas que requieren elevados pulsos de potencia eléctrica, como armas de energía dirigida láser, cañones electromagnéticos o blindajes activos". Eso comprende tanto sistemas de almacenamiento de energía que permitan ciclos rápidos de carga y descarga como la electrónica de potencia asociada.
Láser para la Armada
El Ministerio de Defensa indica que todas las previsiones apuntan a que la aplicación de las armas láser en defensa, una vez madura, podría sustituir a una parte relevante del armamento convencional. Eso indica el potencial y el carácter disruptivo de estas soluciones. Se trata de un campo que lleva acaparando la atención —y los multimillonarios presupuestos— de los ejércitos más avanzados del mundo, que ya tienen en sus filas varias de estas armas.
El esquema de funcionamiento se basa en liberar grandes cantidades de energía concentrada en pulsos láser, que pueden tener duraciones diferentes dependiendo del objetivo a batir. Sistemas como el Helios estadounidense o el Rayo de Hierro israelí han demostrado su efectividad contra una amplia variedad de amenazas derribando drones —tanto en solitario como en enjambre—, misiles, cohetes y artillería en general.
Además de lo mencionado, la ETID señala otro tipo de aplicaciones letales como la defensa de buques y puertos de ataques suicidas. También no letales, como la inutilización de plataformas terrestres o navales mediante la destrucción de ruedas, motores, detonación de explosivos o la destrucción de la sensórica o los sistemas de armas.
La punta de lanza de la investigación española en las armas de rayos láser es el proyecto SIGILAR, que aparece en la misma documentación del Ministerio de Defensa remitida a Vox. Comenzó a desarrollarse en 2018 dentro del programa COINCIDENTE impulsado por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) para el desarrollo de un arma de energía dirigida junto al Centro de Láseres Pulsados de Salamanca.
El proyecto se encuentra en una fase avanzada de desarrollo y hace escasas semanas se puso punto final a una serie de pruebas del láser de SIGILAR. Según Europa Press, el pasado 26 de octubre científicos del centro con sede en Salamanca y representantes del Ministerio de Defensa firmaron el documento final del proyecto tras "el éxito de las pruebas de campo que se realizaron en Madrid la primera semana de mes".
El objetivo de SIGILAR, perteneciente al programa COINCIDENTE, ha sido desarrollar un demostrador láser capaz de ser acoplado a una plataforma de direccionamiento y control. El sistema creado "no sólo ha seguido los parámetros marcados por el proyecto en cuanto a focalización o tasa de repetición, sino que ha superado ampliamente las especificaciones en cuanto a su potencia pico, llegando a alcanzar los 40 kW". Una cifra muy superior a los 10 kW que estaban planeados en un principio.
La aplicación de esta tecnología en buques de la Armada es algo que se ha tenido en cuenta a la hora de diseñar el sistema eléctrico de la próxima fragata F-110. Tal y como indican en Defensa.com, se ha contemplado la reserva de potencia eléctrica en las 5 futuras F-110 para la integración de armamento láser, que por sus características es muy demandante de energía.
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También es posible que lleguen a otros buques de la serie F-100 cuando comiencen los periodos de actualización programados para el 2025. Vox, en el Congreso, mencionó el portaviones Juan Carlos I y los buques de asalto anfibio Castilla y Galicia. Oficialmente, todavía no se ha publicado qué embarcaciones en particular o clases integrarán armamento láser.
Retos pendientes
En el documento de la ETID se hace referencia a los retos que supone la creación de este tipo de arma láser recurriendo únicamente a tecnología nacional. Entre ellos destacan los pilares fundamentales de la determinación de la fuente láser o la obtención de la potencia necesaria manteniendo un tamaño, peso y alimentación adecuados.
Asimismo, es esencial la optimización de las características técnicas del láser para obtener la máxima capacidad de destrucción. Todavía están pendientes de estudio aspectos como la longitud de onda, la duración de los pulsos energéticos emitidos o los materiales utilizados.
"No obstante, al estar todos los retos tecnológicos extremadamente relacionados, para el desarrollo de un sistema final solo tiene sentido abordar el sistema en su conjunto y partiendo del tipo de objetivo, lugar de instalación y necesidad de distancia y tiempo de destrucción", indican desde el Ministerio de Defensa. "También son de especial relevancia las necesidades de suministro de energía".
Para esta última cuestión, la ETID recoge un segundo punto llamado "sistema de energía para aplicaciones de defensa que requieran altos pulsos de potencia eléctrica". Donde se tratarán todos los temas relacionados con la gestión energética para alimentar a los sistemas generadores de láser y a los equipos complementarios. Así como a otro tipo de armas electrónicas que también demandan grandes cantidades de potencia eléctrica en cortos periodos de tiempo.