El bautizado como Compromiso de Talin alcanzado el pasado jueves 19 de enero por 9 países —Reino Unido, Polonia, Países Bajos, Estonia, Letonia, Lituania, República Checa, Dinamarca y Eslovaquia— puede suponer un gran punto de inflexión en la guerra de Ucrania. Esta coalición, abierta a que otros países se unan en próximos días, se ha comprometido a aumentar la cantidad, calidad y frecuencia del envío de armamento a Ucrania. Mientras, las reticencias de Alemania siguen paralizando el traslado de los tanques Leopard 2, que ya ofreció España en su día, aunque su mal estado los ha alejado del foco.
Polonia y Finlandia parecen las más decididas a saltarse el veto de Alemania con sus tanques, pero los arsenales de los países firmantes esconden muchas más alternativas incluidas en el acuerdo, que también pueden suponer una considerable ventaja para Ucrania en el campo de batalla. Lo serán aún más si a este grupo se suma EEUU, la mayor potencia militar del mundo que, según varios medios, ya está en conversaciones con Volodímir Zelenski para incrementar todavía más el alcance donaciones.
"El nuevo nivel de potencia de combate requerido sólo se consigue mediante combinaciones de escuadrones de carros de combate principales, por debajo de la defensa antiaérea y antimisiles, operando junto a grupos de artillería de división, y fuegos de precisión más profundos que permitan apuntar a los nodos logísticos y de mando rusos en territorio ocupado", se lee en el tercer párrafo de este acuerdo.
Entre los envíos ya confirmados, se encuentran suficientes elementos —y lo suficientemente importantes— como para afrontar la previsible ofensiva rusa que tendrá lugar en febrero y desequilibrar el campo de batalla. Aunque hay algunos países firmantes que no han detallado sus entregas, los que sí lo han hecho ofrecen un importante catálogo de soluciones para las fuerzas armadas ucranianas.
El obús AS-90
Reino Unido se ha situado al frente de esta coalición, quizá con la intención de recuperar un puesto destacado en el escenario internacional, pero sobre todo por el tipo de armamento moderno que se ha comprometido a enviar a Ucrania. Si el Challenger 2 es el tanque imbatido que puede marcar las diferencias frente a los carros de combate rusos de la era soviética, los 30 obuses autopropulsados AS-90 de 155 mm que enviará Londres son toda una garantía para la artillería ucraniana.
Diseñado y construido a principios de los años 90 por la división de armamento de Vickers Shipbuilding and Engineering (ahora integrado en BAE Systems), este obús sustituyó al SP70 y entró por primera vez en servicio en 1993. Puede disparar cargas estándar de 155 mm de la OTAN a una distancia de 25 km utilizando un cañón de calibre 39, que se amplía a los 30 km con los cañones largos de calibre 52. Su cadencia máxima de fuego es de 3 disparos en 10 segundos, una ráfaga que puede ser toda una pesadilla para los rusos en las trincheras.
Como armamento secundario cuenta con una ametralladora de 7,62 mm, mientras que el blindaje que protege el casco es de acero de 17 mm. El vehículo pesa 45 toneladas, que no le impiden alcanzar los 55 km/h en carretera gracias a su motor turbodiésel Cummins VTA903T de 660 CV. Su autonomía llega a los 370 km, también en carretera.
Después de varias actualizaciones críticas, el AS-90 es uno de los pilares de las divisiones de artillería del Reino Unido. En 2008 quedaban 134 de estos vehículos en servicio, que se redujeron a 117 en 2015. Su fecha inicial prevista para la retirada del servicio era 2030, aunque ha sido retrasada a 2032.
Misiles Patriot
Entre los firmantes del acuerdo de Tallin figura Países Bajos, pero curiosamente en el comunicado es el único país que no detalla su aportación. Aún así, el primer ministro del gobierno holandés, Mark Rutte, aseguró esta misma semana en su encuentro con Joe Biden en la Casa Blanca que enviarán al menos una de sus cuatro baterías de misiles Patriot. Un gesto que el propio Zelenski agradeció en su habitual discurso nocturno:"Esto es sólo el principio. Estamos trabajando en nuevas soluciones para reforzar nuestra defensa aérea", aseguró el presidente ucraniano.
Este tipo de armamento defensivo, presente en España a través del Ejército de Tierra, se ha consolidado como uno de los escudos antiaéreos más probados por historial de operaciones y, con sus respectivas actualizaciones, de los más avanzados desde el punto de vista tecnológico.
En servicio en Estados Unidos desde los años 80, se ha convertido en la espina dorsal de la Army gracias a que puede transportarse fácilmente en camiones a cualquier parte del mundo, creando escudos muy flexibles en lugares remotos como bases militares itinerantes.
Las piezas clave de las que compone el escudo son una estación de control, una planta de suministro de energía, un radar especialmente creado para Patriot y, por último, entre 6 y 8 lanzadores de misiles; por cada batería desplegada. Todos ellos incorporados en vehículos de alta movilidad.
La versión PAC-3 de los misiles Patriot, una de las más modernas, tiene un peso de 312 kilogramos —un tercio de sus antecesores— y está equipada con una ojiva de fragmentación de 73 kilogramos que se emplaza dentro de los 5,2 metros de longitud por 25 centímetros de diámetro. Tiene una altitud máxima de unos 15.000 metros y un radio operativo que va desde los 15 a los 45 kilómetros.
Obús remolcado FH-70
Estonia, en cuya capital se reunieron los 9 países firmantes del acuerdo, contribuirá decisivamente a los refuerzos de Ucrania con "decenas de obuses FH-70 de 155 mm y D-30 de 122 mm, miles de cartuchos de munición de artillería de 155 mm, vehículos de apoyo para unidades de artillería y cientos de lanzagranadas antitanque Carl-Gustaf M2 con munición".
Del paquete de ayuda estonio destaca el FH-70. Se trata de un obús remolcado no tan moderno ni versátil como el AS-90, pero Basante efectivo. Ucrania ya dispone de algunas unidades cedidas por Italia, pero "decenas" de FH-70 pueden ofrecer un fuego de cobertura clave para la infantería ucraniana.
Fue desarrollado conjuntamente por el Reino Unido, Alemania e Italia a finales de los años 60 y principios de los 70. Utiliza municiones de artillería del calibre 39 de 155 mm, y su cañón cuenta con un freno de boca de doble deflector y un bloque de recámara deslizante. Para operarlo se necesita una tripulación de 8 soldados, mientras que el equipo mínimo de combate se reduce a 4.
El FH-70 es capaz de disparar todas las municiones estándar de la OTAN de 155 mm. Su alcance máximo llega a los 24,7 km, que pasan a ser 30 km con proyectiles de alcance extendido. Para remolcarlo, habitualmente se utiliza un camión militar que también puede transportar tripulación y todo tipo de municiones. El vehículo está equipado con una unidad de energía auxiliar, para que que el FH-70 pueda moverse por sí mismo y tenga capacidad de disparar.
Los deseados Leopard 2
Con Alemania de momento enrocada en su decisión de no enviar sus Leopard 2 al frente ucraniano, ni permitir que lo hagan terceros países, el gobierno polaco ha asegurado que "hará lo correcto" porque la autorización alemana "es una cuestión secundaria". Al escuadrón de Leopard 2 que el gobierno de Duda quiere enviar, se suman en el acuerdo de Talin los AHS Krab, otro obús autopropulsado, con mayor alcance (40 km) y versiones más modernizadas que los AS-90 británicos o los FH-70 de Estonia.
En cualquier caso, el elemento que daría paso a una nueva fase de la guerra es sin duda el Leopard 2, por la cantidad de unidades en manos de los países de la OTAN (más de 2.000) y la facilidad logística que supondría frente a tanques más complejos, como el M1 Abrams. Hablamos de un blindado desarrollado en Alemania a comienzos de la década de 1970. Su entrada en servicio se produjo en 1979 y entró en combate por primera vez en la guerra de los Balcanes.
Su versión más actualizada es la A7+, que incluye numerosas mejoras con respecto al modelo original. Su peso alcanza las 55 toneladas y un blindaje de 800 mm de grosor máximo, con la torre especialmente protegida gracias a una aleación de titanio y wolframio.
En cuanto a su velocidad máxima, el Leopard 2 alcanza los 68 km/h, y cuenta con una autonomía de 500 kilómetros. Para protegerse cuenta con un sistema de supresión de fuego y explosiones, y para disparar dispone de un cañón Rheinmetall de 120 mm (L/44), con un alcance de 2,5 kilómetros. Además, cuenta con dos ametralladoras de calibre 7,62. En su interior, una tripulación de 4 personas es la encargada de conducirlo y atacar los objetivos designados por su comandante.
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