El telescopio James Webb ha demostrado ser una maravilla técnica que está encandilando a los científicos y usuarios de España gracias a su constante goteo de imágenes impresionantes del espacio exterior. Pero si algo nos han demostrado ciertas misiones de la NASA como la del rover Opportunity, es que estos equipos pueden tener problemas muy fácilmente. El Webb no es una excepción, y es que sus instrumentos de observación han sufrido un problema.
Según recoge la NASA, el pasado domingo 15 de enero, el instrumento generador de imágenes de infrarrojo cercano y el espectrógrafo sin rendija NIRISS experimentó "un retraso en las comunicaciones dentro de su instrumento", provocando que su software de vuelo "se agotara". De esta forma, el instrumento no está disponible actualmente para observaciones científicas.
Si bien no hay ningún peligro para el resto del hardware del Webb (de hecho, el resto de instrumentos "gozan de buena salud" según la NASA), la agencia espacial advierte que las observaciones científicas del Webb "serán reprogramadas".
El Webb sufre un problema
El NIRISS es un instrumento que proviene, en forma de contribución, de la Agencia Espacial Canadiense o CSA. Es decir, que esta agencia y la NASA están trabajando en conjunto para atajar lo antes posible con el problema para reanudar en el menor tiempo posible las observaciones pertinentes.
Tal y como se expone en Space.com, las condiciones normales del NIRISS permiten que opere en hasta 4 modos distintos, ya sea sirviendo para analizar firmas de luz y estudiar atmósferas de pequeños exoplanetas, captar imágenes de alto contraste o usar un modo específico para poder visualizar galaxias lejanas. En caso de que los otros instrumentos del Webb estén realizando ciertas tareas, el NIRISS puede hacer las veces de cámara.
Este anuncio ha llegado justo un año después de que el James Webb llegara al punto 2 de Langrage Tierra-Sol, situado a 1,5 millones de kilómetros de distancia de la Tierra en el lado opuesto al Sol. La NASA no ha dado detalles sobre cuando volverá a operar NIRISS, más allá de los retrasos que se producirán en las observaciones ya establecidas con el instrumento.
Este no es el primer y único problema que ha tenido el James Webb. En agosto, una pieza dentro del instrumento de infrarrojo medio MIRI empezó a revelar signos de desgaste por fricción. La pieza afectada era una rueda de rejilla dentro del MIRI, usada en uno de cuatro modos de observación. Para noviembre se descubrió la causa y se desarrollaron pautas de uso para no provocar problemas.
En diciembre hubo otro caso. El James Webb sufrió un problema que llevó al telescopio al modo seguro constantemente, desvelando un problema de software en el sistema de control del telescopio espacial, encargado de gestionar la dirección a la que apunta el dispositivo. El 20 de diciembre el telescopio pudo volver a su actividad normal.
La NASA tiene un largo historial de fallos famosos en algunos de sus dispositivos más importantes. Sin ir más lejos, el mes pasado la agencia espacial dio por concluida la misión InSight de la NASA, después de que el módulo de la agencia se quedara sin energía debido al polvo acumulado en sus paneles solares.
No obstante, el caso más famoso fue el del rover Opportunity. A principios de 2019, la NASA daba oficialmente por muerto al rover después de no ser capaz de recuperar al dispositivo por el mismo motivo que el InSight. Una tormenta de polvo gigantesca azotó al rover, cubriendo de arena los paneles solares que dan energía al robot. El rover pasó a la fama después de que lanzara un último y desgarrador mensaje: My battery is low and it's getting dark.