La entrega a Ucrania por parte de España de los tanques Leopard 2A4, que se hizo oficial a finales del mes pasado, no será inminente. El principal motivo es el mal estado en el que se encuentran los carros de combate tras una década almacenados en Zaragoza y las reparaciones a las que deben ser sometidos antes de ser enviados al frente. En esa demora también desempeña un papel importante el tiempo necesario para adiestrar a las tropas ucranianas encargadas de operar los carros de combate occidentales para hacer frente a blindados rusos como el T-90, el potentísimo tanque que encabeza el ataque ruso en Ucrania.
Con el primer Leopard canadiense ya cerca de Ucrania, serán cerca de 30.000 soldados ucranianos los que entrenarán en los países miembros de la Unión Europea, según confirmó Josep Borrell, duplicando las primeras estimaciones. El adiestramiento en España ya ha sido confirmado por la ministra de Defensa, Margarita Robles, y en ella participarán 54 militares ucranianos. Para ello, el Ejército de Tierra ha desarrollado un módulo de formación que durará entre 5 y 10 semanas en las instalaciones destinadas a este objetivo en distintos puntos del país, como la base militar El Empecinado de Valladolid o el Centro de Adiestramiento de San Gregorio, en Zaragoza.
En las primeras fases del entrenamiento de los ucranianos, familiarizados con sistemas soviéticos como los del T-72 pero no con los carros de combate occidentales como los Leopard alemanes o los Abrams estadounidenses, desempeñará un papel crucial el videojuego Steel Beasts. Este simulador virtual, desarrollado por la empresa estadounidense eSim Games y disponible para Windows, cuenta con una versión profesional que utilizan diversos ejércitos, entre ellos el español, para formar a los futuros operadores de tanques como el Leopard 2A4 o el Leopard 2E.
Clave: realismo extremo
El desarrollo inicial de Steel Beasts comenzó en 1995, pero el juego en su versión más básica no vio la luz hasta el año 2000, y pronto llamó la atención de clientes militares por su extremo realismo y fidelidad. El juego se caracteriza desde sus primeras versiones por el máximo nivel de detalle en la reproducción de las maniobras tácticas y los sistemas de control de tiro de decenas de carros blindados de todo el mundo. Su fuerte no son los gráficos, superados por juegos más populares como World of Tanks o sagas tan conocidas como Battlefield o Call of Duty, sino que su valor reside en la fidelidad con respecto al 'mundo real'.
Este nivel de detalle llega hasta apartados como el sonido: la mayoría de disparos y ruidos procedentes de los tanques del juego provienen de grabaciones reales realizadas con vehículos reales. Pero Steel Beasts fue un paso más allá con su versión Professional, que es la que utilizan países como Austria, Chile, Estados Unidos, Noruega, Países Bajos o España. Existen dos variantes, la versión de aula para la formación colectiva, y la Personal Edition (Steel Beasts Pro PE), más indicada para el autoaprendizaje a distancia, que ya va por su versión 4.3.
Aunque el título ofrece una gran variedad de carros de combate para elegir, los dos grandes protagonistas de Steel Beasts son precisamente el Leopard 2A4 como el que España va a enviar a Ucrania y los M1A1 Abrams del ejército estadounidense. El usuario puede utilizarlos de manera individual o formar parte de un batallón, asumir el papel de comandante o el de la dotación y recrear batallas históricas o distintos escenarios propuestos por el simulador o diseñados previamente por el adiestrador.
Los beneficios de un simulador como Steel Beasts los resume el CEO de eSim Games, Nils Hinrichsen, poniendo el caso español como ejemplo en la web Defence & Security: "Dado que nuestro software permite realizar ejercicios de puesto de mando en el Ejército español una vez al trimestre para cada brigada mecanizada, cada dos semanas para cada compañía mecanizada y mensualmente para cada batallón, cabría suponer que la destreza general con el ciclo de mando y control mejora sencillamente porque la simulación ofrece muchas más repeticiones baratas".
El nivel de detalle llega a cotas insólitas no sólo en los vehículos, sino también en lo que respecta al terreno. Para conseguir una resolución de cuadrícula submétrica, Steel Beasts utiliza bases de datos generadas a partir de exploraciones LIDAR, es decir, obtenidas gracias a dispositivos que permiten determinar la distancia desde un emisor láser a un objeto o superficie utilizando un haz láser pulsado. Eso permite simular con total realismo terrenos con pequeñas dunas de arena, ligeros desniveles o pueblos de montaña. Son lugares con orografías complejas, en los que la línea de visión que ofrece el terreno es clave a la hora de poder atacar objetivos o defenderse de tanques rivales.
El caso español
En España, ha sido el equipo de Apoyo y Simulación del Regimiento de Caballería Farnesio nº 12 el encargado de llevar un paso más allá el nivel de simulación que ofrece Steel Beasts, recreando alguno de los 17 vehículos del ejército presentes como opción en el juego. Eso ha servido para instruir en el manejo de los Leopard, pero también de vehículos como los Vantac, los VEC, los Pizarro, los Centauro o los Dragón 8x8, el blindado español más moderno, que llegó el pasado diciembre tras 15 años en desarrollo.
Para ello, Víctor Félix Gómez Arranz, jefe del equipo de Apoyo y Simulación, desarrolló lo que se conoce como Steel Beasts Inmersivo: unos cubículos que recrean el espacio interior de los tanques y disponen de elementos interactivos similares a los reales. Así, el conductor, el tirador y el jefe de vehículo se aíslan en estos espacios para evitar cualquier distracción.
"Pensamos que había que encerrarlos y que solo pudieran hablar por interfonía", señala Arranz en el último número de la Revista Española de Defensa. "Todo el armazón se construyó aquí y después incorporamos el simulador. Los procedimientos los hacemos a través de una pantalla táctil, que también es cosa nuestra".
La ventaja de este invento del propio Arranz y sus compañeros del Farnesio no sólo es formativa, sino también económica, ya que cada Steel Beasts Inmersivo ha costado unos 1.500 euros, frente a alternativas que superan los 300.000 euros. Y eso sin contar con el ahorro que supone utilizar este tipo de simuladores frente a las maniobras con carros de combate reales.
Evidentemente, no es lo mismo utilizar un joystick en un simulador que conducir o disparar en el interior de un tanque real, pero sí es un paso importante para acelerar la instrucción que los futuros operadores de los tanques se familiaricen con sus instrumentos de la manera más barata, rápida y eficaz posible.
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