Un globo chino cruza de oeste a este el país y un caza derriba un objeto no identificado en Alaska, a la compleja semana que ha tenido Estados Unidos no le podía faltar un lanzamiento de un misil intercontinental con capacidad nuclear. Este último, lejos de amenazas externas, lo ha ejecutado la Fuerza Aérea Espacial del país norteamericano a eso de las 8 de la mañana, hora de España, del pasado viernes.
Según reza el comunicado emitido, "este lanzamiento de prueba es parte de las actividades rutinarias y periódicas destinadas a demostrar que la disuasión nuclear de Estados Unidos es segura, confiable y eficaz para disuadir las amenazas del siglo XXI y tranquilizar a nuestros aliados". Desde la Fuerza Espacial también indican que este tipo de pruebas ya se han realizado más de 300 veces y la de ahora "no es el resultado de los eventos mundiales actuales".
El protagonista de la maniobra militar ha sido un misil Minuteman III desarmado —sin ojiva nuclear ni de ningún tipo— al que se añadió un vehículo de reentrada. Estos vehículos de reentrada son los encargados de transportar la ojiva hasta el objetivo en última instancia y tras desacoplarse del cohete encargado del lanzamiento.
En total, el vehículo de reentrada del misil balístico intercontinental viajó aproximadamente 6.700 kilómetros por el océano Pacífico hasta el atolón Kawajalein en las Islas Marshall. Con estos lanzamientos de prueba se consigue verificar que todos los sistemas implicados funcionen correctamente.
Lanzando al gigante
El lugar del despegue del Minuteman III fue la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg (California) y tuvo la asistencia de personal proveniente de la 91 Ala de Misiles de la Fuerza Aérea de Minot (Dakota del Norte). Esta última forma parte del Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea que se encarga de supervisar las alertas para el lanzamiento de los misiles balísticos intercontinentales.
"Este lanzamiento de prueba es la culminación de meses de preparación y colaboración entre múltiples agencias de las Fuerzas Aéreas", declaró Martín Escarzaga, comandante. "Los aviadores que realizan esta misión de disuasión estratégica son lo mejor que nuestra nación puede ofrecer. Trabajan los 365 días del año para mantener, respaldar, operar y asegurar este componente vital de nuestra tríada nuclear".
El Minuteman lanzado es el tercero de una saga que comenzó en plena Guerra Fría como respuesta a los desarrollos soviéticos de la época. Eran los años 50 y la tecnología disponible comenzaba a permitir la creación de los misiles balísticos intercontinentales; capaces de llegar a prácticamente cualquier punto del mundo en cuestión de minutos.
El primero, denominado LG-30 Minuteman, entró en servicio en el 62 y permaneció activo durante 7 años, el segundo hizo lo propio desde el 65 al 90 y el tercero —Minuteman III— desde 1970 hasta la actualidad. Toda la experiencia acumulada en las anteriores versiones se cristalizó en esta última, corrigiéndose algunos problemas y afinando tanto la tecnología que todavía hoy se encuentra plenamente operativa.
Las mejoras introducidas en el Minuteman III se aplicaron principalmente en la última etapa de propulsión y en el sistema de reentrada, incluido el vehículo. La primera recibió un nuevo motor de inyección que proporciona un control más preciso. Mientras que para el vehículo de reentrada diseñaron un nuevo chasis más resistente y con mayor espacio de carga para acarrear ojivas.
El sistema de reentrada colocado en la parte superior del misil está compuesto por 3 vehículos —aunque en el reciente ensayo tan solo hayan lanzado uno— capaces de atacar a otros tantos objetivos de manera independiente. Esta particularidad alzó al Minuteman III como el primer misil con esta tecnología y posteriormente fue copiado por otros países.
El misil balístico también incorpora el lanzamiento de señuelos como contramedida para evitar ser interceptado. Todo ello en una longitud de 18 metros de alto por 1,68 metros de diámetro en la parte más ancha.
La familia Minuteman, desde la primera versión hasta la tercera, se ha diseñado para ejecutar los lanzamientos desde instalaciones subterráneas —conocidas como silos— dispuestas en lugares estratégicos dentro de Estados Unidos. Se calcula que los norteamericanos tiene unas 400 unidades del Minuteman III.
Todo lo que rodea al Minuteman se considera secreto para el Departamento de Defensa de Estados Unidos, por lo que algunos detalles técnicos importantes se guardan con recelo. Algunos reportes indican que tiene un alcance alrededor de 14.000 kilómetros, mientras que otros son algo más conservadores y tan solo indican que supera los 10.000 kilómetros.
Las 30 toneladas del misil las componen un total de 3 etapas de propulsión y el vehículo de reentrada, que viaja carenado hasta que se desacopla. Este último se estima que puede llegar a una altitud de 1.100 kilómetros —la Estación Espacial Internacional está a 400 km— y alcanzar unos 28.000 km/h, 23 veces la velocidad del sonido.
Cuando está cargado, la última sección de cada vehículo de reentrada está compuesta por una ojiva termonuclear. En las diferentes actualizaciones que han ido aplicando en el Minuteman III, Estados Unidos ha integrado la carga W87, que anteriormente servía en el misil balístico Peacemaker del Ejército estadounidense.
La Fuerza Aérea adaptó en 2007 las ojivas del Peacemaker que dejó de servir un par de años y llevaba en activo desde 1986 con el fin de colocarlas en el Minuteman III. Esto supuso una reducción considerable de la potencia de carga a bordo, una estrategia que se alinea con la continua disminución de la capacidad nuclear de Estados Unidos en los últimos tiempos.
El relevo
Estados Unidos ya se encuentra trabajando en el relevo del Minuteman III. Según recoge en la misma nota del lanzamiento, el LG-35A Sentinel reemplazará al misil balístico intercontinental con una capacidad inicial en 2029. También indican que la capacidad operativa total no se alcanzará hasta mediados de la década de los 30 y que, hasta ese momento, la Fuerza Aérea debe garantizar el uso del misil actual.
El contrato de desarrollo del Sentinel se firmó en septiembre de 2020 siendo Northrop Grumman la compañía contratista principal. Las especificaciones como el alcance o el número de vehículos de reentrada se consideran material clasificado, aunque sí se conocen algunos detalles sobre la ojiva.
En marzo de 2019, se decidió que la ojiva termonuclear W87 Mod 1 fuera la elegida para protagonizar el Sentinel. Se trata de una versión algo más moderna respecto a las que equipa actualmente el Minuteman III, con aproximadamente una carga de 300 kilotones.